𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 5

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Mi disgusto se notaba a distancia, incluso se podía sentir en el ambiente de mi departamento. No podía creerlo.

                   
Esa mañana había ido a la empresa para la cual trabajo, como todos los días. Mi jefe al verme vendado y con algunos parches en la ceja se sorprendió, y después de interrogarme sobre el accidente por horas terminó diciéndome que lo mejor era que descansara y me tomará unos días en lo que me recuperaba.

                   
— “No seas necio, YoonOh, eres un miembro importante para esta compañía, no queremos que te lastimes” —Fue lo que argumentó el señor.

                   
No me quedé conforme y él terminó accediendo a que podía darme un nuevo proyecto para que comenzara a pesar en cómo hacerlo, pero que tenía que tener un mes de reposo.

                   
¡Un mes!

                   
—Jodido viejo. —Murmuré molesto. Lo que menos deseaba era descansar o tener tiempo libre para pensar, quería agotarme hasta no poder más…esa era mi vida.

                   
—No debe ser tan malo, YoonOh, todos desearían tener jefes tan accesibles como el tuyo. —Intentó animarme John, pero no funciono. ¡Yo no quería tiempo libre!

                   
— ¿Y qué se supone que haré todo este mes? ¿Dormir, leer? Necesito hacer algo productivo, Seo. —Ojalá jamás hubiera dicho eso, ya que en cuando solté mi frustración, Hyuck y Sep sonrieron cómplices. —No, no digan nada estúpido, por favor. —Dije irritado.

                   
—Ayúdanos en la cafetería. —Negué frenéticamente con la cabeza, ante la sugerencia tan estúpida de Seo. — ¡Vamos, YoonOh! Necesitamos a alguien que atienda de mesero…por favor…sólo será este mes, no te cuesta nada. —Le miré con recelo, él comenzó a mirarme con suplica.

                   
—Johnny, te lo he dicho muchas veces. Odio el café. —Musité con recelo. — Simplemente no puedo. —Dije con sinceridad. Desde pequeño no soportaba el olor amargo y fuerte del café.

                   
—Está bien, Seo déjalo. Si no puede está bien. —Me sorprendí ante el comentario de Hyuck ¿Qué le pasaba? —

                   
Entiendo que quiere estar aquí todo el día, será bueno, podría limpiar la casa, ir al supermercado… ¡E incluso hacer la comida para todos! Será bueno. —Agregó sonriendo.

                   
Me quedé mudo… ¿Yo sería la sirvienta? ¡Ah, no, eso no!

                   
Conociéndome no podría aguantar no hacer nada y terminaría limpiando, conseguir un trabajo temporal no era opción, después de todo… ¿Quién querría contratar a alguien herido? ¡Mierda!

                   
—Está bien, ustedes ganan. Iré y les ayudaré, eso sí, no pienso meterme con esa porquería de máquina de café. —Murmuré con molestia, no podría creer que ese tonto de Haechan, me convenciera.

                   
— ¿Eh? ¡No! Yo quería sirvienta. —Replicó Hyuck, con un puchero.

                   
Es ahí donde ya no supe si lo decía de broma o terriblemente en serio.

                   

                   
Llegamos a la cafetería tan pronto pudimos, nos fuimos en mi auto, ya que la motocicleta de Johnny sólo cabían dos personas.

                   
Al entrar en aquel lugar todos los empleados, que aún se alistaban para abrir la cafetería, nos miraron con asombro.

Café - Jaedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora