𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 3

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— ¡Estamos en casa! —La estridente voz de Haechan interrumpió mi poca, y casi inexiste, paz, entrando al departamento seguido por Seo.

                   
Hacía apenas un par de horas que había llegado del supermercado, mi mente aun no procesaba debidamente lo que había ocurrido.

                   
“No es normal”

                   
Ese chiquillo no era normal, en ningún sentido.

                   
Solté un leve gruñido molesto, últimamente pensaba mucho en ese muchacho. Me irritaba.

                   
—Cuanta felicidad, YoonOh. —Dijo con sarcasmo Johnny, sentándose a un lado de mí en el sofá.

                   
— ¡Je, veo que si fuiste al supermercado, YoonOh! —Gritó desde la cocina Hyuck, haciendo ruidos innecesarios buscando algo, quizá algo que comer.

                   
Volteé lentamente hacía Seo, quien había encendido el televisor y ahora reía levemente.

                   
— ¿Qué tal el trabajo? —Le pregunté, intentando ser lo más casual posible.

                   
Seo me miró un poco sorprendido por algunos segundos, pero después relajó su gesto y sonrió.

                   
—Bien, la cafetería es muy buena. Tiene bastantes clientes recurrentes, da buenas ganancias. —Comentó sin dejar de mirarme.

                   
Las miradas siempre se me habían hecho incomodas por lo que no tarde en girar la vista hacía el televisor, sin dejar la conversación.

                   
—Entonces…veo que fue buen negocio, traer a ese. —Dije con un poco de burla, refiriéndome a Haechan, quien salía de la concina con la boca llena de galletas y en las manos un plato lleno de estas mismas.

                   
—Eso espero, Hyuck sólo se la pasó de un lado a otro conversando con algunas clientas. —Comentó con un tono ligeramente fuerte, asegurándose de que Hyuck escuchara su reclamo.

                   
Hyuck muy característico de él, sólo miró el televisor y comenzó a reír por lo que veía, ignorando por completo los reclamos banales de su superior.

                   
—YoonOh…por cierto, hoy no vi a Dodo…me pregunto si tu rostro amargado lo ahuyentó de la cafetería. —Dijo con burla Hyuck, dándole el plato de galletas a Seo. —Digo, si miras a alguien con esa cara de amargura y desasosiego es natural que huya lo más lejos que pueda.

                   
—Cierra la boca, sólo está de descanso, idiota. —Le contesté.

                   
Me sorprende la facilidad con la que Hyuck lograba agotar mi paciencia y terminaba insultándolo. El menor sólo expresó un ligero “Oh” y siguió mirando el programa televisivo.

                   
— ¿Cómo sabes que hoy es su día de descanso, YoonOh? —Me interrogó un inquisitivo y pensativo Johnny, mirándome fijamente.

                   
“Maldición”

                   
—Yo…me lo he encontrado en el supermercado por casualidad, sólo lo comentó. —Respondí, intentando sonar lo más natural. No quería tener que mencionar el “incidente” ocurrido.

                   
— ¿Ah sí? que casualidad… ¿fue así YoonOh? ...—Hyuck volvió a la plática, sonriendo cómplice. —No será que acaso… ¿tú lo estabas siguiendo? Siguiendo a ese pequeño e indefenso chico, para que cuando se descuidara poder…

Café - Jaedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora