𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 20

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—No responde…debe estar durmiendo. —Taeyong dejó de llamar a la puerta de la habitación de Doyoung, era la tercera vez y no abría, ni siquiera respondía o decía que no marcháramos.

Miré a Tae, levemente preocupado, no podía quedarme con la idea de que dormía y marcharme a casa…sentía que de ser así jamás le volvería a ver.

—Está bien…—Suspiró con cansancio, introduciendo la llave a la cerradura, dándome acceso a la habitación. —Sólo porque es importante…—Dicho esto, me dejo pasar y cerró la puerta.

Avancé un poco, en silencio, observando todo lo que mis ojos alcanzaban a ver. Era la primera vez que entraba a la habitación de Doyoung, era…cálida. No había nada excepcional en ese lugar, sin embargo, se sentía bien estar ahí…

“Como estar en casa” Tal vez porque en ese lugar estaba Doyoung.

Caminé hasta la cama y pude ver que Doyoung dormía plácidamente, me resultaba imposible despertarle, lucía en paz, totalmente calmado. Estuve tentado a acariciar su rostro durmiente, pero se podría despertar, así que decidí avanzar en la habitación, en silencio, esperaría a que despierte por sí solo.

Todo ahí resultaba encantador, había muchos adornos y fotografías en las paredes, algunas era de la adolescencia de Doyoung, lucía idéntico, lo único diferente era su vestimenta, pues lucía en ellas un bonito uniforme escolar.

—Curioso… —Murmuré, sin poder contener mi emoción. En la habitación había una gran ventana, quedaba frente a la cama de Doyoung, del otro lado de la habitación, lo curioso era que frente a la ventana había un sillón individual de color verdoso

Caminé hasta llegar a él, era más grande de lo que se podía apreciar, me atrevía a decir que cabían dos personas ahí. Extrañamente, el sillón tenía vista hacia la calle y no a la habitación. A un lado del asiento yacía una mesilla con varios adornos más, y un portarretratos…en la fotografía estábamos Doyoung y yo, ese día en el acuario.

No pude evitar pasear mi mano por el sofá, era suave y lucía cómodo. Regresé mí vista hacia Doyoung, no parecía como si fuese a despertar pronto, por lo que terminé sentándome en el sillón.

—Es realmente cómodo. —Susurré, tomando la fotografía entre mis manos. La sonrisa de Doyoung acaparaba toda mi atención, sus dulces labios se curvaban de manera alegre…él siempre estaba feliz…

Me aferré con fuerza al portarretratos, intentando contener mi nostalgia, y me obligué a soltarlo en su lugar. Miré por la ventana, disfrutando el ambiente del lugar, ya era de noche, por lo que no se podía ver nada más allá de lo que alumbraba la lámpara de la calle. Me recosté sobre el respaldo del sillón y cerré los ojos, mi cuerpo podía sentir el sillón, cálido como Doyoung, además olía a café. Sonreí, seguramente Doyoung solía tomar café sentado en ese lugar, mirando por la ventana…

Abrí una vez más mis ojos, sintiéndome completamente nostálgico ahora.

¿Qué estaba haciendo? Me encontraba en el mismo lugar que Doyoung, sin embargo me sentía lejano en ese momento…su corazón estaba lejos, muy lejos…

La obscuridad de la calle absorbía mi nostalgia, en ese momento parecía ridículo estar mirando por esa ventana la nada… ¿Cuántas veces Doyoung habría hecho eso? …¿Habrá llorado ahí sentado? ¿Reído? ¿Dormido? …No lo sabía, pero, si de algo estaba seguro, es que ese lugar pertenecía a Doyoung, entonces…

Si yo miro por la ventana donde tú has mirado… Si leo los libros que tú has leído…Si voy a los lugares por los que tú has pasado…Si esa es la única forma de que podamos estar juntos…Entonces podemos contar con que estaremos juntos por siempre

Café - Jaedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora