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Seokjin despertó con los brillantes rayos de luz que entraban por la ventana. Se removió ligeramente en la superficie y durante un momento estuvo confundido. No era el sofá de Yoongi. Era cómodo, pero no tanto. No, era la cama de Yoongi. Recordaba la sensación de la última vez. Pero aquella vez fue diferente, casi sobrecogedora. Había sentido como si se estuviera hundiendo en la cama, como si fuera a comérselo vivo, y había acabado durmiendo unas pocas horas en el suelo de madera. Pero esa vez era diferente. Su cuerpo estaba relajado, tranquilo con la sensación de comodidad. Frunció el ceño sin embargo, cuando rodó sobre esta y se dio cuenta de que sí había algo en común con la vez anterior: estaba solo.

      Entonces abrió los ojos lentamente, la luz molestándole un momento, alumbrando sus iris claros hasta que sus pupilas se acostumbraron a la nueva luz. Entonces divisó a Yoongi, sentado en la silla del escritorio que tenia al fondo de la habitación, pero que había orientado hacia la cama además de acercarla. Estaba sentado con un tobillo bajo la rodilla contraria mientras mantenía en sus manos una taza blanca, de la que sorbió cuando Seokjin fijó sus ojos en él.

      —Buenos días. —Yoongi dijo una vez había tragado.

      Seokjin suspiro con una sonrisa, aún algo atontado por el sueño. El aire entraba en él libremente y llenaba sus pulmones para luego volver a salir en paz.

      —Te ves algo siniestro mirándome dormir así. —Rio.

      Yoongi frunció el ceño, aunque sin poder evitar una pequeña sonrisa.

       —¿Sabes? Nadie me halaga como tú.

       Seokjin  comenzó a reír más fuertemente, estirándose en la cama, que no llegaba a ser para dos personas, pero de igual forma habían cabido los dos la noche anterior.

      La noche anterior.

      Los recuerdos azotaron la cabeza de Seokjin. Yoongi hablándole. Yoongi besándole. Yoongi abrazándole bajo la manta mientras veían la primera película de Seokjin. Yoongi cargando su cuerpo medio dormido hasta su cama y acostándose a su lado. Yoongi dándole las buenas noches, con un brazo alrededor de su cintura y un beso en la frente.

       Seokjin sonrió satisfecho.

       —Solo era un comentario. —Respondió entonces el menor.

      El rubio se acercó a la cama, dejando la taza en la mesa de noche y sentandose en el borde de la cama, cerca de Seokjin. Yoongi frunció ligeramente la frente acariciando los flecos de Seokjin, bastante largos, que incluso podía colocar detrás de su oreja.

      —¿Sabes? Creo que te vendría bien un corte de pelo.

      —¿Qué? —Seokjin rio. —¿Por qué quieres cortarlo? ¿No te gusta? —Inquirió con sonrisa traviesa.

       —Oh, no, me encanta. Pero es muy largo, mira ni siquiera puedes ver si hago así. —Rio, empujando el fleco negro sobre sus ojos mientras Seokjin tiraba de sus muñecas, intentando detenerle pero demasiado divertido, sin fuerzas.

      —¡El pelo no es para tenerlo en la cara! — Discutió, apartando por fin la mano de Yoongi, que había estirado sus hebras hasta su nariz. Seokjin se pasó la mano por el centro del pelo, empujando los flecos hacia los lados y hacia atrás.

      —Aún así te quedaría bien.

      Seokjin se incorporó en la cama, sentándose frente a Yoongi, pasando sus dedos por las hebras rubias.

      —¿Como tú?

      —Tal vez.

      Yoongi miró a Seokjin a los ojos e intentó impedir la risa que le provino de sus pensamientos, fracasando en el intento.

Trough The Time °°Yoonjin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora