Trough The Time °°Yoonjin°°

14

—¿Qué es eso? —Preguntó Yoongi extrañado, entrando en sala y encontrando a Seokjin en el sofá, con las piernas cruzadas y un libro de texto en su regazo.

      Seokjin levantó la mirada hacia Yoongi. Ya casi no tenía fiebre y su voz volvía a sonar tan melodiosa como siempre.

      —Es un libro de historia, Hoseok me lo prestó. —Cuando Yoongi estaba a punto de decir algo, Seokjin prosiguió. —Tranquilo, es de antes de nacer yo. —Dijo, alzando el libro para que Yoongi pudiera vez la portada, a lo que este sonríe, entendiendo.

      —El Reino de Koryeo, ¿eh?

      Seokjin asintió, volviendo a su lectura.

      —No comparto tu concepción del tiempo por la que no deba conocer demasiados acontecimientos históricos posteriores a mí pero, hasta que entendamos mejor cómo funciona, supongo que lo más prudente es contemplar todas las teorías posibles. —Añadió con voz clara, aunque con una pequeña mueca.

      —Pues... ¿Gracias? Supongo. —Murmuró frunciendo el ceño, sin saber dónde le dejaba eso en la opinión de Seokjin.

      Cuando el chico volvió a levantar sus ojos ambarinos y se encontró con facciones preocupadas, sonrió tranquilizador.

      —No estoy enfadado contigo.— Dijo cerrando el libro. —Entiendo que no es una situación común y no sabemos lo que podría pasar. No sabemos qué puedo o no puedo hacer, o si quiera si voy a volver.

      —¿De verdad? Cuando lo discutimos por primera vez parecías muy seguro de que yo estaba equivocado. —Yoongi se adentró más en el salón y se sentó junto a Seokjin. El menor llevaba una chaqueta con la cremallera cerrada un poco por encima del pecho sobre una camiseta azul. Ya que sus estatura eran casi iguales, la ropa de Yoongi solía servirle, pero el cuerpo de Seokjin era mucho más estilizado, con anchos hombros y fina cintura, además de piernas largas con fuertes muslos, donde llevaba unos vaqueros sueltos.

      —Como he dicho no comparto tu teoría pero... Yo tampoco tengo ninguna prueba así que, ¿quién sabe? Tal vez tus películas tengan razón. —De vuelta en el tema, Seokjin puso esa expresión preocupada y algo asustada. Esa que demostraba que en realidad, pese a todo, estaba aterrado. Nada le aseguraba su supervivencia si quiera, ni tampoco su futuro, porque este no era el que debía de ser su futuro.

      Yoongi observó los ojos de Seokjin de cerca. Cada detalle en ellos. Eran tan claros y brillantes, algo así como la miel siendo derramada desde la altura. Una carcasa de color, profundo y brillante.

      —Bueno, por ahora no ha pasado ninguna catástrofe, ¿no?

      Una sonrisa algo reprimida apreció en sus labios color intenso.

      —Supongo que no.—Soltó con un suspiro, antes de clavar sus ojos en la cara de Yoongi, y eso casi le dio miedo. Sus ojos parecían examinarlo, cada punto de su rostro, cada imperfección y cada curva.

      —¿Puedo hacerte una pregunta? —Yoongi soltó, intentando aminorar el ritmo de su corazón.

      Las palabras distrajeron a Seokjin de su tarea, quien parpadeó y se estiró para dejar el libro de historia sobre la mesa de centro.

      —Claro.

      —¿Cómo sabes tantas cosas? Quiero decir, leer, escribir, matemáticas... Pensaba que...

      —¿Los campesinos eran analfabetos? —Seokjin levantó una ceja, algo divertido por el tono de Yoongi, quien intentó excusarse.

       —No, es que... Bueno sí, pero no lo digo por ti, es...