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—¿Por qué?

      —¿Vas a preguntar "por qué" a todo?

      Seokjin sonrió.

      —El gesto que haces cuando te lo pregunto es divertido.

      —¿Qué gesto? —Yoongi frunció el ceño y se giró hacia Seokjin.

      —Miras al vacío como si fuera una molestia pero intentas explicármelo de todos modos. —Dijo con sus labios arqueados. Una sonrisa tranquila que se mantenía en total equilibrio con el entorno.

      —No eres una molestia. —El rubio suspiró.

      —No importa, me gusta cuando lo haces. Y lo entiendo.

      Yoongi cerró los ojos, sintiendo el aire entrar a sus pulmones y sus músculos relajarse uno a uno.

      —De acuerdo. —Yoongi se giró en el suelo, apoyándose en sus antebrazos para mirar a Seokjin desde arriba. —Te toca. Dime algo sobre tu hogar.

      —¿Huh?

      —Tu casa tu familia, no lo sé, algo así. Lo que haces por las mañanas cuando te despiertas.

      Seokjin movió sus ojos ambarinos de vuelta al techo y puso una expresión triste, casi nostálgica.

      —Cuando me despierto ayudo a mi madre con lo que necesite. Suele dormir poco. Luego salgo y alimento a los caballos. Cuando están.

       —¿Qué significa eso? —Yoongi arqueó una ceja, confundido.

       —Alquilamos los caballos. Para el transporte entre ciudades o pueblos. No todo el mundo puede comprar o mantener uno. Antes teníamos más y guardábamos dos para nosotros. Por si había una emergencia. Pero comenzamos a perder dinero y los caballos comenzaron a enfermar.

      —¿Sabes montar a caballo?

      —Cualquiera que se precie sabe. Solo Seúl está a veinte kilómetros. Son cuatro horas andando.

      Yoongi alzó la mirada y sonrió.

      —Interesante. Continúa.

      —Uh... No lo sé. Vivo con mi hermano y mi madre.

      —El chico que estaba contigo en el arroyo, ¿verdad?

     Seokjin asintió con un destello triste en sus ojos.

      —Se llama Taehyung. Es la mejor persona del mundo.

      El silencio envolvió la sala como un torbellino. Girando y girando sin parar a su alrededor, casi con consciencia propia, moviéndose, pero ahí. Hasta que Yoongi habló.

      —¿Y qué más?

      Seokjin se volvió hacia Yoongi desde donde estaba, observando algún punto fijo aleatorio en techo, repentinamente más interesante que recordar todo lo que le había sido arrancado sin motivo.

      —¿Hm?

      —Te has callado de repente.

      Seokjin volvió a apartar la mirada.

       —Perdona es que... Taehyung, él... Está enfermo.

      —¿Enfermo cómo?

      El azabache giró sobre su hombro y se volvió hacia el interior de la sala.

      —No lo sé. —Murmuró triste.

      —Lo siento. — Yoongi se rascó la nuca incómodo y sintió su estómago dar un vuelco cuando se vio sumido en el silencio.

Trough The Time °°Yoonjin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora