Pov. Merida-¡Merida! ¡A desayunar!
"Maldita sea, solo quiero dormir"
Me levanté con pocos ánimos para dirigirme al baño y lavarme la cara antes de bajar. Sin antes, mirarme en el espejo mientras mis dedos se deslizaban lentamente sobre la cicatriz que abordaba mi cuello en la parte superior derecha.
Era normal padecer una que otra cicatriz que nos recordara a nuestras vidas pasadas, y está era una de ellas, aunque no formaba parte de mis favoritas. ¿Qué es exactamente esa cicatriz? Realmente no lo sé; se supone que a lo largo de tu vida vas conociendo fragmentos de lo fuiste e hiciste anteriormente, en la mayoría de los casos, se acostumbra llevar desde chicos a los niños con "especialistas de sueños", que se dedican a interpretar todo lo que uno sueña en aquel momento. Yo realmente deje de ir hace ya varios años, simplemente porque deje de tener aquellos fragmentos de recuerdos. Así que la idea de escuchar a tu alma gemela no me emociona lo suficiente como a los demás.
Bajé las escaleras para encontrar a mi familia desayunando lo que hizo mamá. Me senté en mi respectivo lugar para poder comenzar a comer en silencio.
-¿Estás nerviosa por lo de esta noche? -dijo mi madre dándole un sorbo a su café.
-Claro, yuju, estoy tan emocionada -respondí sarcásticamente mientras seguía desayunando.
Realmente no entendía el porque debería de estarlo; no es algo el cual debería ponerte nerviosa o exitada para ser honesta. No me parece una idea tan agradable el hecho de saber lo que piensa mi alma gemela. Tal vez en un mundo alterno ni sabemos cómo lo es, ni tampoco lo que piensa, absolutamente nada, y tenemos que gastar la mayor parte de nuestras vidas buscándola sin el simple hecho de saber sus pensamientos.
En unos días entraré a la preparatoria, dónde la magia suele suceder como en todas esas películas baratas de Hollywood. Es pequeño el lugar en el que vivimos, así que la mayoría de las personas que se entrarán conmigo las conozco desde el jardín de niños.
El día transcurrió como todos los otros, largos por el simple hecho que es verano. El día acaba y comienza como todos los otros; pero para todos, es el día más importante en mi vida, pero solo es un cumpleaños más.
-¡Merida arréglate! ¡Están a punto de llegar los invitados! -grito desde abajo mi madre.
-¡Si mamá! -dije para cerrar la puerta.
A los pocos minutos baje para comenzar a saludar a la familia, y después de un tiempo pude notar aquella cabellera rubia entre los invitados.
-¡Rapunzel! -la abracé.
-¡Rojita!
Cómo era costumbre, al momento de cumplir tus dieciséis años, la mayoría de la familia y amigos comienza a reunirse desde la tarde para recibir el cumpleaños de la persona y así festejar su "iniciación" -como suelen llamarle- al mundo del amor. Así que solamente me dedique a platicar con mi amiga en un rincón de la casa mientras los invitados comenzaban a hacerse presentes en la sala.
-¿Te puedo hacer una pregunta? -dije después de observar a todas las personas de mi alrededor.
-Por supuesto
-¿Qué se siente? Saber lo que tú "alma gemela" piensa.
Mi amiga, solamente es mayor que yo por ciertos meses de diferencia, así que hace poco -antes de salir de la secundaria-, comenzó a tener presentes los pensamientos de la persona con la que se encontraba conectada.
-Siendote sincera, no lo sé todavía con exactitud; piensa demasiado poco así que no suelo escucharlo tanto. Pero no es algo que debes preocuparte, se vuelve costumbre despues de un tiempo.
Iba a mencionar algo pero la voz de mi madre me interrumpió "Ya es hora". Me alejé de mi amiga con una sonrisa algo forzada y dirigirme al pastel que se encontraba justo en medio de toda la sala; las manecillas del reloj cada vez me volvían más tensa; solamente faltaban segundos para mí cumpleaños. Al momento que ambas manecillas se colocaron en el doce, todos comenzaron a festejar.
-¿Escuchas algo? -decían varias voces en la multitud.
-Todavía no... -susurré para sonreírles.
Maldita sea
-Olvidenlo, ya escuché algo -dije para rodar los ojos.
"Esto será un infierno."
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Mericcup: In My Thoughts
Ficção Adolescente[TERMINADA] FRIENDS TO LOVERS Al cumplir los 16 años comienzas a oír los pensamientos de tu alma gemela, lo único malo es que no puedes llegar a interactuar con ella de alguna forma. Y lo único que p...