Capítulo 5. Audiciones de porristas

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Pov. Merida

—¡Vamos Merida! ¡Se nos hará tarde! —exclamo Rapunzel para voltear emocionada a verme.

—Vale, vale. —rei por lo bajo mientras mi amiga tomaba mi brazo y lo jalaba con felicidad.

Llegamos al campo para ver varias chicas estirándose esperando a las porristas oficiales. Rapunzel se encontraba lo suficientemente emociona, aunque también podía percibir sus nervios. Solo se dedico a dejarme sus cosas para irse con las demás chicas corriendo; realmente ella nunca a tenido ningún problema en socializar. Era una cosa que admiraba de ella.

Minutos más tarde, llegaron tanto las porristas como los capitanes del equipo de fútbol, cada uno con sus respectivas audiciones. Entonces, varias chicas comenzaron a sentarse alado mío, la mayoría de ellas hablaban con voz baja mirando al equipo de fútbol.

—¿Ya viste a Hiccup? Se puso mucho más guapo estás vacaciones. —dijo una voz enfrente de mi mirando a los jugadores, podría jurar que escuche lujuria en su voz.

—Y bueno. —respondio una voz a lado suyo para provocar un destello de risas.

—¿Acaso ese es Hiccup? Díos mío, acabando el entrenamiento le pediré su número. —exclamó otra voz detrás mío. Únicamente rodé los ojos.

"¿Hiccup?"


Por un momento llegué a pensar que acompañar a Rapunzel sería aburrido, pero nunca pensé que sería más gracioso de lo que creía. Claro que traje algunas tareas que los profesores dejaron en el transcurso de la semana, por si esto era una perdida de tiempo solo viendo a personas estirándose pero esto resultó aún mejor de lo que pensaba. Había momentos, dónde alguna chica que audicionaba se caí de una forma graciosa, así que soltaba una carcajada intentando que no me oyeran; aunque era imposible.

Entonces voltee a la cancha de fútbol, siendo honesta eran demasiado tontos aquellos chicos que audicionaban y al parecer tanto para el capitán y su amigo pensaban lo mismo que yo; ya que un chico de cabellera castaña tapo su rostro con su mano para negar con la cabeza. Así que las porristas no eran las únicas que se divertían realmente.

Cuando volví a voltear a ver a la cancha hubo un chico que cayó de rostro; no alcanzo a poner sus manos, no soporte soltar una carcajada con tal semejante caída. Amaba esto.

"Que chico tan estúpido"

"Que chico tan estúpido"

Al escuchar lo mismo en mi cabeza voltee a ver por todos lados, sonará raro pero sentía que el estaba aquí, muy cerca.

—¡Bueno chicas! —exclamó la capitana, me parece que su nombre es Astrid— Gracias por su cooperación del día de hoy, el lunes en la pizarra se encontrarán los nombres de las afortunadas que podrán formar parte de nuestro escuadrón, ¡Feliz fin de semana!

Varias chicas comenzaban a decirse entre ellas las que seguramente serían las seleccionadas o lo mal que habían audicionado, al igual que, mencionar sobre aquel chico que no paraba de hablar desde que llegué.

"Es tan hermosa..."

"¿Qué tiene de especial ese sujeto?"

Rapunzel había tardado ya un poco en llegar, así que me levanté y pude notar que se encontraba platicando con el chico que aconsejaba al capitán del equipo de fútbol americano; su cabello era curioso ya que era totalmente blanco. Desde lejos, podía ver que intentaba coquetearle, ya que las risas de mi amiga se podrían oír a kilómetros. Junto a ellos podía ver al amigo del chico, el capitán, justo a él que estuvieron mencionando todo el día; por su rostro podía ver un poco incómodo esperando a su amigo.

—Mmm... ¿Hola? —escuché una voz a lado mío atrayendo mi atención.

Al voltear noté a un chico, tal vez unos dos años, mayor que yo sonriendome. Intenté hacer lo mismo pero supongo que notó mi incomodidad o mi sonrisa incómoda.

—Tranquila, no te haré nada malo —rio por lo bajo mientras su mano se acerca a sus labios. Un gesto lindo— ¿Viniste a ver a alguien?

—De hecho, vine a acompañar a una amiga, justamente es ella. —señale a Rapunzel— ¿Y qué tal tú? ¿Esperas a alguien?

"¿Por qué me hablas?"

—Claro, ¿recuerdas al chico que se cayó en el entrenamiento? ¿El que no logró poner sus manos?, bueno, es mi hermano.

Una sonrisa tonta se formó en mis labios, esperaba que no me halla visto carcajearme de él.

—Oh claro, lo recuerdo ¿está bien?

Antes de que me respondiera, escuché un gemido con la garganta enfrente nuestro para notar a mi amiga sonriendo.

—Ella es de quién te hablaba. Oh mira la hora ya es tarde —dije mirando mi reloj imaginario que osaba sobre mi muñeca para pararme y alzar las cosas—. Ya tenemos que irnos, fue un gusto. Adiós. —comence a caminar sobre los asientos.

—Espera —la voz del chico me detuvo para voltear mi mirada hacia él, parecía nervioso —¿Cuál es tu nombre?

"¿Debería?"

—Mi nombre es Merida ¿y el tuyo? —sonreí.

—Tadashi. Espero volverte a ver Merida.








"¿Su amiga?"

"¿Su amiga?"

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