Capítulo 2

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El sonido de la alarma nos despierta y Henry la apaga, ya son las cinco de la mañana hora de ir a trabajar. La puerta se abre y me volteo para ver quién es y me encuentro a papá.
- No tenía idea de que estaban saliendo - dice y veo el panorama en que estamos.
Henry está sin camisa como de costumbre y ahora soy yo quién está bien pegado a él abrazándolo. Lo suelto y él me toma de la mano y se sienta.
- Así es - dice - Yelina ya me confesó su amor y yo lo acepté de inmediatamente, estamos hechos el uno para el otro.
- Estás demente - me suelto, papá ríe.
- Anda, dile a papá que soy tu mate y te has enamorado de mí - lo boto de la cama.
- Ya se te cayó el último tornillo que tenías - miro a papá - ¿De casualidad tienes uno?
- Creo que sí, pero dudo que eso se pueda arreglar - responde.
- Tienes razón, eso ya no se puede arreglar.
- Sigo aquí - dice Henry levantándose del suelo.
- Lo sabemos - digo y me levanto - La idea es que escuches como eres.
- Recuerda que estás bajo mi poder - dice.
- Ya bajen - dice papá riendo mientras se va.
- Estás muerta - dice Henry y le saco la lengua.
- No puedes contra mí - digo y comienzo a ordenar la cama.
- ¿Eso crees? - se lanza sobre mí y yo caigo al suelo con él encima.
Trato de quitarlo, pero me toma las muñecas y me las pega al suelo. Con un movimiento de piernas logro quitármelo de encima y tirarlo al suelo para así colocarme yo sobre él y sujetar con mis manos sus muñecas y con mis piernas prensar las suyas.
- Ríndete - digo sonriendo y él pone una cara de pánico - ¿Qué?
- No, nada - le tiro una de esas miradas de no te creo nada - Ya suéltame - lo hago - Me voy a bañar.
Sale corriendo hacia la puerta y se va, me levanto del suelo y camino hacia el closet y saco una blusa roja de manga corta, un overol y ropa interior. Camino hacia el baño y me quito la ropa para después meterme a la parte de la ducha.
Ya bañada y mudada me hago una trenza a cada lado de mi cabeza, éstas llegan al final de mis costillas por el largo de mi cabello. Me observo un rato en el espejo y salgo, busco unas medias, me las pongo y bajo a desayunar.
- Te ves hermosa - dice mamá cuando llego y me siento.
- Se ve igual de fea - dice Henry.
- Antes estabas diciendo que me amabas - digo.
- Seguro estaba drogado, no recuerdo haberlo dicho - dice mirando a la puerta.
- Tranquilo, esta vez lo grabé - dice papá y pone un audio donde se escucha a Henry diciendo lo de antes.
- ¡Borra eso! - grita Henry abalanzándose sobre él logrando quitarle el celular - Listo - regresa el celular a su dueño.
- No importa, ya se lo envié a Yelina - reímos.
- Dame tu celular - me ordena.
- No - tomo una tostada y le doy un mordisco.
- Debes hacer lo que te diga.
- Lo sé, pero tiempo atrás prometiste no revisar mi celular - le doy otro mordisco a la tostada.
- Me la pagarás - lo ignoro.

Después de haber desayunado, alimentado a las gallinas y haber recogido los huevos, mamá me alistó una canasta con huevos para venderle a la señora Morris, yo por mi parte preparé a Nina, mi yegua, y me subí a ella, mamá me entregó la canasta y me fui lentamente para no quebrar ningún huevo.
- ¡Hola señora Morris! - digo al llegar y encontrarla en el corredor.
- ¡Hola Yelina! - dice - Pensé que vendría tu hermano como de costumbre ¿está enfermo?
- No, solo perdí una apuesta - le entrego la canasta (sin bajarme de Nina).
- Gracias - me entrega el dinero.
- Nos vemos - doy vuelta para regresar, el camino es largo, pero si voy rápido no lo parece.
Iba a aumentar la velocidad cuando mi celular comenzó a sonar, lo saco de la bolsa de mi overol y contesto la llamada, es de Myrna.
- ¿Hola? - digo.
- ¿Yelina? - dice Myrna.
- ¿Si?
- Era para saber si mañana podrías quedarte un rato después de clases, solo un rato.
- Creo que sí, solo tengo que informarle a mis papás.
- Genial, también quería saber si podías venir un momento a mi casa.
- ¿Ahora?
- Si, es que necesito decirte algo.
- ¿No puede ser por teléfono?
- No.
- Bien, pero tengo que preguntarle a papá y a mamá, estoy trabajando.
- Eso no hace falta, ya los llamé y dijeron que si.
- Vaya, estás en todo - ríe.
- Solo ven y ya.
- Bueno, pero ten presente que estoy con Nina.
- Como si fuera la primera vez que vienes con ella.
- Bien, ya voy - corto la llamada y hago que Nina vaya a la dirección contraria.
Vuelvo a guardar el celular en donde estaba y hago que Nina acelere el paso para llegar más rápido ya que la casa de Myrna queda algo lejos, no tanto, pero sí lleva su tiempo llegar a ella.

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