Capítulo 8

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Le quité la envoltura a la paleta y empecé a comerla mientras Alek me miraba con una cara de no puedo creer que haya dicho semejante estupidez.

- ¿Tu eres ciega o qué? Es más que obvio, llevo observándote durante años y puedo afirmar que ese chico está enamorado de ti.

- La semana pasada me ha dicho que nadie sería capaz de fijarse en mí.

- Mira, los hombres pueden ser todo un fracaso intentando conquistar a la mujer que aman, te lo digo por experiencia, no importa la especie que seas, los hombres son un asco en eso – rio.

- Como digas, pero no sé muy bien si sea cierto.

- ¿El que tú le gustes o el que te guste?

- Ambas.

- Son un par de enamorados – hace una pausa – La juventud, qué tiempos aquellos.

- ¿Qué edad tienes?

- Ciento cincuenta años.

- ¡Eres un viejo!

- Repítelo una vez más y voy a olvidar la promesa que le hice a tu madre – asiento y él sonríe con malicia.

Se acerca y se sienta en la cama, me extiende la mano para que la tome y lo algo dudosa coloca una pequeña llama de fuego sobre mi palma y me tenso, pero al sentir calidez en vez de una quemadura me fui relajando poco a poco. Ante eso él sonríe y con un movimiento de mano la llama se convirtió en un bebé, incluso lo pude escuchar llorar, luego la bebé fue creciendo hasta convertirse en una muchacha con ala de ángel y ala de demonio, sonrío ante ello y la llama desaparece.

- Puedo elegir si mi fuego quema o no a alguien – dice Alek soltándome la mano – Esos han sido mis recuerdos de ti, de cuando te miraba desde las sombras.

- Fue increíble.

- Tú madre me enseñó hacerlo, me llevó años de práctica.

- Yo quiero un poder así de increíble – él sonrió ante mi comentario.

- Pareces una niña cuando ve un juguete nuevo en la tienda – rio – Bueno, creo que me iré para que así puedas tener un poco de privacidad, además necesito estirar las alas un rato.

- Claro – sale de la habitación y yo me acomodo un poco tocando de esta manera algo con mis pies, es el sobre que me dejaron mis padres y el regalo de Henry.

Los tomo y abro el regalo de Henry de primero, tiene un libro llamado El Clan de la Sangre Maldita, sonrío y lo saco de la caja para encontrarme con un anillo plateado con el símbolo de infinito, me lo coloco y miro mi mano con el anillo por unos segundos. Tomo el sobre que mis padres me dejaron y saco la carta que hay dentro de él y comienzo a leerla:

¡Feliz cumpleaños! Desde hoy tu vida va a dar un giro de ciento ochenta grados y no solo porque ya vas a empezar tu vida como adulta sino por todo lo que tendrás que enfrentar desde ahora, pero queremos que sepas que sin importar lo que pase siempre serás nuestra hija y te amamos mucho.

En este sobre vas a encontrar una llave que abrirá el baúl en el que estaba puesto, en él encontrarás la respuesta a muchas de las preguntas que te has hecho a lo largo de tu vida, pero también te crearán más dudas. Lo más seguro es que para cuando leas esta carta nosotros ya te hayamos contado que eres adoptiva y que no eres humana, así que debes de estar muy confundida y lo más seguro es que te sientes traicionada o algo parecido, pero quiero que sepas que todo lo que hemos hecho ha sido por tú bien.

Solo esperamos que nos perdones algún día, después de todo eres nuestro pequeño angelito y siempre lo serás.

Te amamos, no lo olvides.

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