Capítulo 19

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Abro los ojos de golpe justo en el momento en que un demonio me iba a clavar un cuchillo, lo esquivo y tomándolo del cuello lo lanzo por la ventana, la cual él atraviesa como si no existiera nada, lo que me dejó un poco desconcertada. Pero al escuchar el sonido metálico de las espadas y cuchillos chocando entre ellos me levanto de la cama y abro el baúl para sacar mi espada. Hago a salir por la puerta para ir a la batalla, pero en eso caigo en cuenta que tengo el uniforme del instituto así que rápidamente cambio mi vestimenta por una licra y un top, no me coloqué zapatos para ahorrar tiempo y salí corriendo hacia el patio, lugar donde me encontré varios cadáveres de demonios y alguno que otro ángel.

- ¿Qué diablos ha pasado? – pregunta al aire mientras veo como Alek y Jasper luchan a muerte contra varios demonios.

Decido dejar las preguntas para el final y corro hacia ellos para ayudarlos, logrando que sus rostros se llenaran de sorpresa y al mismo tiempo de alegría. Terminé con varios cortes a lo largo de la pelea, pero ninguna herida mortal, lo mismo con ellos, tienen muchos más cortes que yo y varios de ellos parecen ser viejos, pero ninguno posee una herida mortal por lo que no me preocupé tanto.

- ¿Cuándo despertaste? – pregunta Jasper tomándome en sus brazos en el momento en que acabamos con los demonios.

- Hace unos minutos y veo que a buena hora – sonrío y él me abraza con fuerzas.

- Nos tenías muy preocupados, ¿por qué no despertabas? Se supone que tu no duermes y aun así te dormiste por cinco días

- ¿Cinco días? – pregunto alterada interrumpiendo las palabras de Jasper.

- Si, han pasado cinco días desde que te desmayaste – me responde Alek - ¿De verdad estás bien?

Cinco días, estuve en esa oscuridad con ella durante cinco días, nunca llegué a pensar que fuera a durar tanto, si me decían un día lo iba a ver creíble, pero cinco días son más de los que pensé.

- Vamos adentro, creo que es mejor que descanses un poco – dice Alek tomando mi espalda para guiarme al interior de la casa.

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Cierro el libro que Alek me había regalado para mi cumpleaños y lo coloco a un lado de mí mientras miro el techo pensando en todo lo que los chicos me dijeron. Según parece me desmayé en los brazos de Jasper y por alguna razón no hubo manera de que pudieran despertarme, para el colmo se veía que sufría, algo parecido a cuando duermes y tienes una pesadilla, así que durante cinco días se mantuvieron luchando contra los ángeles y demonios que llegaban por mí y al mismo tiempo rezaban porque despertara pronto, ya estaban a punto de darme por muerta y es que justamente cuando creían que lo estaba yo me revolcaba de dolor y de mis ojos salían lágrimas mezcladas con sangre. No me imagino estar en sus zapatos, debió de ser algo completamente horrible, aunque para ser sincera agradezco haber entrado en ese otro mundo, gracias a ello no sentí nada de dolor. Se preguntarán que habrá pasado con mi trabajo y el instituto, pues Jasper llamó a George diciendo que era mi novio y que yo me encontraba sumamente enferma así que faltaría unos días y con el instituto le dijeron a Myrna que avisara a los profesores, porque claramente ellos no iban a ir, Myrna también se ha encargado de la granja con la ayuda de los chicos.

Por otra parte, el libro que Alek me regaló resultó ser la historia de Ethan y Kasia, una historia totalmente encantadora, incluso yo me enamoré de ella, fue tanto que cuando la terminé, a pesar de que sabía cómo terminaría, lloré un poco. El saber cómo terminaría es muy diferente a saber cómo fue todo realmente y tras de todo que terminara de esa forma.

- Yelina – me llama Alek desde la puerta - ¿Puedo pasar?

- Adelante – me siento como indio y él se sienta a mi lado.

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