Capítulo 18

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Después de haber trabajado fui escoltada por Jasper y Alek, quienes se quedaron en la cafetería durante todo mi turno, bueno, Alek lo hizo, Jasper tuvo que ir por ropa y otras cosas a su casa así que llegó un poco después.

- ¿Tu madre está de acuerdo con esto? – le pregunto a Jasper mientras bajo de su auto.

- Sí, me ha dado su consentimiento – responde y baja del auto.

- Que suerte que haya dejado de llover – comenta Alek bajando de su motocicleta.

- Es cierto – digo, Jasper saca un maletín de la cajuela.

- Ahora que recuerdo – dice Jasper mientras cierra la cajuela – Mañana es tu examen de conducir ¿verdad?

- Cierto, se me había olvidado por completo – entramos a la casa y prendimos todas las luces a nuestro paso – Este mes la luz me saldrá carísima – comento en cuanto entramos a mí habitación.

- Yo pago un alquiler por una casa que no uso, no te quejes – dice Alek.

- Lo haces porque quieres – me mira confundido – Puedes pasarte a vivir aquí sin problemas, ya vives aquí después de todo.

- ¿En serio? ¿No te molesta que me quede aquí?

- Claro que no y no te preocupes por pagarme, lo haces entrenándome y salvándome la vida – sonrío y él me devuelve la sonrisa.

- Gracias – miro a Jasper, parece que no le ha agradado la idea.

- ¿Podemos hablar? – me dice Jasper.

- Claro.

- A solas – mira a Alek.

- Estaré en la habitación de invitados hablando con el dueño de la casa – dice este y sale de la habitación, me siento en la cama.

- Acepto que él es un buen hombre, incluso me cae mejor que antes – comienza a decir – Pero no me gusta la idea que vivas sola con un hombre.

- Si sabes que es así como he vivido durante una semana ¿verdad?

- Pero era diferente, se la pasaban entrenando todas las noches ¿no?

- ¿Y qué crees que seguiremos haciendo? Aún me faltan varias técnicas de defensa, perfeccionar mi vuelo, combate armado, aún debo detectar cuando hay un ángel o demonio cerca y debo aprender esos viajes de sombras que me parecen increíblemente útiles – hago una pausa – Seguiremos entrenando como de costumbre.

- ¿Puedo seguir quedándome a dormir aquí?

- Eres más que bienvenido a esta casa, puedes venir cuando quieras – sonríe mientras sus ojos brillan de felicidad.

- Ahora si me disculpas me daré un baño.

- ¿Me das un besito antes? – su voz sonó tan tierna que casi caigo derretida ante él, así que con una sonrisa en mis labios lo besé.

Tomé una licra negra, una blusa roja de tirantes gruesos y ropa íntima, luego me metí al baño y tomé una ducha tranquila, al terminar me vestí y salí para encontrarme con la habitación vacía, no le tomé mucha importancia y saqué mi teléfono y una paleta de mi bolso. Comencé a comer la paleta mientras caminaba hacia la habitación de invitados donde solo me encontré a Alek, por lo que decidí preguntar por Jasper.

- Ha dicho que tenía una emergencia de trabajo y se fue.

- ¿Qué trabajo?

- Mira Yelina, los hunals, al igual que los ángeles o demonios cumplen con algunas misiones de vez en cuando – hace una pausa – Creo que es por eso que no viven mucho.

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