Capítulo 15

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Me duele todo el cuerpo, puedo sentir la comodidad de una cama bajo mi cuerpo y la calidez de alguien en mi mano, intento abrir mis ojos, pero mis parpados pesan por lo que tengo que esforzarme un poco más para lograrlo. Lo primero que veo es una cama arriba de mí así que deduzco que estoy en uno de los camarotes del cuarto de invitados, muevo mi cabeza para ver a quien le pertenece la calidez que siento, es Jasper, está dormido y se encuentra tomando mi mano, sonrío y apreto un poco su mano provocando que se despertara. Él, automáticamente, se puso a llorar en cuanto me vio mientras pegaba mi mano a su rostro.

- Pensé que ibas a morir – dice – No contestabas mis llamadas y comencé a sospechar, sé que entrenas con el demonio, pero sé que de igual manera me hubieras contestado – toma aire – Es por eso que vine tan rápido como pude y cuando te vi en el suelo pensé que habías muerto, me asusté tanto.

- Perdón – digo en un tono bajo por mi debilidad – Lamento haberte preocupado – niega.

- Perdóname a mí, si no hubiera llegado tan tarde.

- ¿Y Alek? – pregunto al recordar que lo había dejado en mi habitación.

- Él

- Aquí estoy – lo corta el mencionado apareciendo por la puerta – Estoy vivo gracias a ti – se acerca a mí e increíblemente Jasper le sede su lugar – Muchas gracias – me siento con mucho cuidado, él toma mi mano y la apreta a lo que yo respondo con una sonrisa.

- Tú has sido el que me salvaste ¿recuerdas? Mataste a esa mujer salvando mi vida – él sonríe.

- Peleaste valientemente, me siento muy orgulloso de ti – sonrío, pero las lágrimas que tanto quería soltar durante la pelea comienzan a salir.

- Tenía tanto miedo – digo mientras limpio mis lágrimas con mi mano desocupada – Pensé que iba a morir.

Alek me abraza con gentileza y comienza a acariciar mi espalda, yo lo abrazo y me desahogo llorando todo lo que no he podido llorar hasta ahora. Cuando por fin me calmo nos separamos y yo le sonrío en forma de agradecimiento.

En eso noto que el sol ya ha salido por lo que trato de levantarme, pero termino siendo atrapada por los chicos cuando casi caigo al suelo.

- Ten cuidado, aún sigues débil y tienes una pierna herida – dice Jasper mientras me depositan en la cama.

- La granja y el instituto – digo desesperada.

- El instituto puede sobrevivir un día sin ti – me dice – Y ya hemos atendido la granja nosotros.

- ¿Qué? – los dos sonríen - ¿Hasta ordeñaron las vacas?

- Sobre eso – se rasca la cabeza.

- He sido yo – dice Myrna apareciendo en la puerta – De hecho, acabo de terminar – se acerca y los chicos se apartan – De verdad que eres dura de matar – me abraza – Me tenías muy preocupada – le devuelvo el abrazo.

- He sentido lo que Alek sintió las veces que lo lancé contra el suelo con mi súper fuerza – rio – De verdad que duele – los tres ríen ante mi comentario – Muchas gracias por ayudarme.

- Para eso están los amigos – dice Myrna y sonrío.

Pero de la nada mi sonrisa es reemplazada al sentir unas ganas tan intensas de comérmelos, sobre todo al sentir su exquisito olor, por lo que me veo obligada a tapar mi nariz. Alek parece captar lo que me sucede porque corre hacia un bolso que se encuentra en el otro camarote, saca una paleta, la abre y me la da para que así pueda comer, lo cual no tardo ni dos segundos en hacerlo.

- Gracias – digo.

- No hay de que, después de todo necesitas recuperar fuerzas, es común que quieras una – me dice, supongo que es para que no me sienta mal.

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