Capítulo 12

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Al terminar de matar a los cerdos preparamos y separamos la carne, Myrna me ayudó a conducir la camioneta para ir a venderla a la Carnecería Williams, nuestro fiel cliente, también aproveché para vender la leche y los huevos que tenía. Alek también nos acompañó, de hecho, él nos ayudó a cargar la carne y todo lo demás a la camioneta.

Cuando terminamos de hacer las ventas regresamos a casa y Myrna se fue a la suya en su motocicleta, no sin antes dedicarle una mirada de odio a Alek. En cuanto se fue continué con el entrenamiento de Alek hasta que mi alarma sonó por lo que tuve que dirigirme al baño.

Para cuando me vestí con mi vestido rojo y salí del baño Arthur llegó así que me puse mis zapatillas lo más rápido que pude y salí corriendo a abrirle, pero ya Alek lo había invitado a pasar, le sonreí como agradecimiento y él me la devolvió mientras subía las gradas. Arthur por otra parte es un hombre de cabello negro con algunas canas en él, tez morena, de baja estatura y de ojos cafés, viste un traje negro y trae consigo un portafolio negro.

- Tome asiento por favor – le dije a Arthur mientras señalaba el sillón, él se sienta y yo me siento en el que está frente a él.

- Veo que se encuentra muy bien – dice y mira hacia las gradas por un momento.

- Si, pero él no es lo que cree, solo ha venido ayudarme con la granja, es un amigo – sonríe.

- Me alegra que tenga buenos amigos – sonrío – En fin, aquí están los papeles – saca unos papeles del portafolio, extrae un bolígrafo de su bolsillo y los coloca sobre la mesita que nos separa – Léalos y firme donde se indique por favor.

Tomo los papeles y leo atentamente todo lo que dice en ellos, luego los firmo como él lo indicó y se los entrego, hablamos por unos minutos, me entregó una copia del testamento y al final se retiró. Cuando lo hizo Alek bajó con una sonrisa inocente en el rostro, lo que me preocupó un poco, pero cuando me lanzó mi teléfono lo entendí, tenía una llamada de Jasper y él contestó.

- ¿Hola? – digo.

- ¿Por qué estás con él? Más importante ¿por qué él contesta tú teléfono? – se oye molesto.

- Él me estaba ayudando con unas cosas y fue te ha contestado porque estaba con mi abogado firmando unas cosas del testamento – miro a Alek con ganas de matarlo.

- Ya era la sexta llamada, pensé que era importante – susurra logrando que me calme un poco.

- Si necesitabas ayuda me la hubieras pedido a mí no a él.

- ¿Para qué me llamabas? – trato de cambiar de tema.

- Te llamaba para ir a recogerte, no sabía si ya habías terminado así que quería preguntar, además, Myrna me ha dicho que estabas con él y quería confirmarlo, pero ya veo que si – ruedo los ojos.

- Ya estoy lista, puedes venir – corto la llamada – Myrna es una bocona – miro a Alek – Gracias por contestar, pero la próxima deja que suene.

- De acuerdo.

- Bien, ahora debo ir a terminar de alistar mis cosas.

Subo a mi habitación y busco un bolsito donde pueda echar mis cosas, al encontrar uno echo un cambio de zapatos, mi daga, mi cartera, las paletas que me sobraron de ayer y el teléfono, bajo a la habitación de lavandería y echo mi uniforme de trabajo.

Camino a la sala donde se encuentra Alek y me pongo hablar de él sobre cómo se siente volar y el cómo debo hacerlo, también me dice que si me encorvo un poco a la hora de sacar mis alas ayuda más y reduce el dolor. Luego de unos minutos de charla Jasper llega y tomo las llaves, cierro la puerta en cuanto Alek sale y él se va por su motocicleta a la parte trasera de la casa.

¿Quién soy yo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora