Capítulo 7

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Para las diez de la mañana había logrado vender todo, así que con esa misma plata pagué la luz y el agua y compré un poco de comida y cosas de higiene, también saqué mi cita para el examen de conducir. De regreso a casa mi teléfono comenzó a sonar indicando que tenía una llamada, así que lo saqué de mi bolsa y contesté colocándolo en altavoz.

- ¿Hola? – digo.

- ¿Estás bien? ¿Por qué no has venido a clases? – es Jasper.

- He tenido que salir a vender cosas, puedes preguntarle a tú mamá me ha comprado una bolsa de manzanas.

- Pudiste haberme dicho y te hubiera ayudado.

- Tranquilo, acabo de terminar, ya voy de regreso a casa.

- Debió ser difícil llevar todas esas cosas a caballo.

- Que va, no me costado nada – aguanto la risa – Oye, de hoy en ocho tengo mi examen de conducir, siempre me ibas ayudar ¿verdad?

- ¿A qué hora?

- Es a las dos de la tarde.

- Nos vamos en hora de almuerzo para que podamos salir entonces – sonrío.

- Gracias.

- Oye Yelina, ¿dónde trabajas? Ayer dijiste algo sobre un trabajo.

- En Dream Coffee, ¿por qué?

- Pienso ir a recogerte cuando salgas ¿qué dices?

- Pues así no tendría que caminar hasta casa, me parece bien.

- Perfecto, ¿a qué hora sales?

- A las diez, ¿crees que puedas estar despierto hasta tarde? – escucho el sonido de la campana indicando la entrada a clases.

- Te veo a las diez, adiós – cuelga la llamada y unos minutos después llegamos a casa.

Bajamos de la camioneta, dejo las llaves en el mismo lugar y guardo todo lo que he comprado en su lugar, luego me coloco las botas de trabajo, tomo el shampoo para los caballos, un balde y el cepillo, dejo la daga en el mueble de la cocina y salgo a bañar los caballos. Al terminar dejé las botas en el cuarto de lavandería y me fui directo a dar una ducha, cuando terminé me volví a vendar la mano, me hice un moño y me mudé con una licra negra y una blusa celeste de tirantes gruesos, luego me coloqué unos tenis y me fui directo a lavar mi uniforme de trabajo, después salí de la casa para entrenar con Alek.

Él se encontraba acostado en el césped mirando las nubes mientras comía una paleta y al sentir mi presencia se colocó de pie y me ofreció una paleta que acepté con todo gusto.

- Primero te enseñaré a defenderte sin armas – comienza mientras camina de un lado a otro – Cuando domines eso te enseñaré a defenderte con un arma, luego te enseñaré a volar y por último a detectar la presencia de demonios, ángeles y hunals.

- Esto nos va a llevar bastante tiempo ¿no?

- Tendrás que dominar todo eso lo más rápido posible, en poco tiempo vendrán a cazarte como antes.

- Fenomenal – digo con sarcasmo - ¿Cómo eres de profesor?

- No lo sé, vamos a descubrirlo.

- Oh, eso es todavía más genial – el sarcasmo en mi voz se nota a kilómetros y él sonríe.

- Bien empecemos – se coloca en una posición de ataque y yo lo copio – Quiero que me intentes golpear.

- ¿Así nada más?

- Así nada más, donde tú quieras.

Analizo bien en donde darle un golpe y al final decido darle uno en la cara así que le doy con todas mis fuerzas, claro que él logró bloquearlo y para el colmo me ha lanzado al suelo de espaldas haciendo que me quejara del dolor, pero me levanté y volví a copiar su posición de ataque. Él me indicó que lo volviera a atacar con un golpe y así lo hice, directo al estómago, pero como el anterior lo bloqueó y esta vez me hizo una llave.

¿Quién soy yo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora