Capítulo 50

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Después de unos minutos siguen en silencio. No han dicho nada, siguen con las mismas caras del principio.
-¿Qué pasa chicos? Parece que hayáis visto un fantasma- Ari empieza a reírse por sus caras a la vez que aparece por el ventanal.
Siguen sin decir nada, no reaccionan.
-Ari- dice Marco al fin.
-Dime- dice ella con una sonrisa mientras se sienta en la silla en el que yo me había sentado antes para desayunar.
-Confiesa- dice Sara.
-¿Qué?
-¿Fuiste tu?- Marco está intentando calmarse, pero sus aletas de la nariz no para de dilatarse una y otra vez.
-¿Qué he hecho?- pregunta posando sus codos en la mesa mientras apoya su cabeza en sus manos.
-Cristian... lo sabemos todo- Sara en la única que consigue decir algo.
Ari no dice nada. Nos mira a todos, uno por uno.
-Yo... yo puedo... lo puedo explicar...- se levanta de la silla y camina hasta nosotros.
-Ari... ¿te das cuenta de lo que has hecho?- Marco pellizca el puente de su nariz con los dedos índice y pulgar de la mano derecha -¡¿CÓMO PUEDES SER TAN HIJA DE PUTA JODER?! ¡HACE APENAS NUEVE HORAS VAL ESTABA INCONSCIENTE POR TU CULPA! ¡PODRÍA HABERLE PASADO ALGO MUCHO PEOR QUE QUEDARSE INCONSCIENTE! ¡¿TE DAS CUENTA DE LO QUE HAS HECHO?! ¡VETE DE MI CASA Y NO VUELVAS EN TU PUTA VIDA! ¡PSICÓPATA!- Ari recoge todas sus cosas y camina en silencio hacia la puerta.
-¡QUE TE PIRES YA JODER!- grita Marco. Ari echa a correr hasta la calle. Camino hasta Marco.
-Estoy bien, no me ha pasado nada- musité en su oído en un intento de tranquilizarlo. Marco me abraza con más fuerza.
-¿Te hago daño?
-Un poco- me sonrojo y hundo mi cabeza entre su cuello y su hombro derecho.
-Lo siento- deja de apretarme tanto.
-Te quiero- le digo dándole un beso en el cuello.
-Y yo- me da un pequeño apretón. -Mucho.
Poco a poco los brazos de Marco dejan de rodearme.
-Va, a dormir un poco anda.
-Pues acompáñame.- cojo su mano y caminamos hasta mi habitación.

-¿Marco?- pregunto con los ojos cerrados.
-Está en su habitación durmiendo con los chicos. Nos ofreció quedarnos aquí para dormir un rato- dice Sara.
-Ah.
Giro mi cabeza hacia la derecha, Ana está durmiendo, está a punto de caerse de la cama.
-¿Vamos a abajo y la dejamos dormir?- pregunta Sara levantándose y dándome su mano.
Asiento y con ayuda de sus manos consigo levantarme de la cama.
-Vamos al jardín.
Sigo a Sara sin decir nada. Camina hasta la pequeña parcela de playa. Se sienta en la orilla. Me siento a su lado.
-¿Quieres que hablemos?- pregunta cruzando las piernas.
Hoy hay pocas nubes, y la temperatura es un poco baja para las horas que son. Es casi mediodía. Me doy cuenta de que sigo en albornoz. El aire golpea mi cara. El sonido de las olas es tan relajante que me volvería a dormir. Pero necesito hablar con Sara.
-Sí.

Viviendo con mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora