-Solo vengo a ducharme- dice cerrando la puerta.
-Pues dúchate después.
-Así ahorramos agua.
-No.
Aunque me encantaría ducharme con él, tiene que saber que no voy ha hacer lo que él diga siempre.
-Venga- me suplica.
-No Marco.
Entra en la ducha y se pone a centímetros de mi cara. Empiezo a notar la zona de mi sexo humeda, y no es por el agua. Es increíble como me hace sentir sin siquiera tocarme. Me besa los labios tiernamente. Sigo su beso, doy un leve paso hacia atrás, intentando apoyarme en algún lado, para sujetarme, abro la llave del agua sin querer y aparece una pequeña sonrisa de victoria en el rostro de Marco. Sigue mi beso y posa sus manos en mis caderas, para luego bajarlos hasta mi sexo, jadeo, esperando a que haga cualquier cosa, lo que sea, pero no hace nada.
-Te espero abajo, avisame cuando termines- susurra en mi oreja.
Camina hasta la puerta, coje una toalla, rodea su cintura con ella, y sale del baño. Me ha dejado con el calentón aposta, por no dejarle ducharse conmigo. Eso es muy cruel, y se va a enterar.Cuando termino de ducharme voy al vestidor para ver que puedo ponerme. Antes me ha dejado con la ganas, y ahora voy ha hacerlo yo, simplemente por mi orgullo. Rocío me dijo que cogira varios conjuntos por si acaso, no tenía pensado hacerle mucho caso, pero ahora le doy las gracias mentalmente. Tengo que llamarla y contarle todo lo que ha pasado, pero ni siquiera yo que sé somos ahora, y no se si esto va ha durar cuando lleguemos a Nueva York. Cojo las bragas de encaje de color rojo y el sujetador del mismo color. Me avergüenza un poco ponerme esto, ya que nunca suelo hacer estas cosas. Y dudo si hacerlo o no. Pero luego pienso en la cara que pondrá Marco al verme y me dan muchas ganas. Aparece una sonrisa en mi rostro al pensar en su cara. Me pongo el conjunto y su camiseta blanca translucida.
Al bajar lo busco con la mirada, veo que está nadando en la piscina, camino hasta esta. Él está nadando hasta mi, solo que no me ha visto todavía, ya que al salir yo, había metido la cabeza en el agua para bucear. Estoy nerviosa, y no se porque. El hecho de que me vea así, con esta ropa me avergüenza. Pero no puedo echarme para atrás, ya que ya me ha visto. Recuerdo el calentón que me había dejado antes, y eso me da más fuerzas para hacerlo. Parece una estupidez lo que voy ha hacer, y no es para tanto, pero me siento una prostituta o algo parecido.
-Ya he terminado- le digo arrodillandome en el borde de la piscina. Él se pone a mi altura, solo que no sale de la piscina. -¿Qué?- pregunto al ver cómo se fija en mis tetas.
-¿Qué llevas puesto?- pregunta curioso acercando su mano al dobladillo de la camiseta.
-Nada que te interese- le digo pegándole no muy fuerte en su mano. Quita la mano del dobladillo.
-Tengo derecho a ver lo que llevas puesto- dice acercándose a mí, noto otra vez mi sexo húmedo, lo está volviendo ha hacer. -Eres mía- dice a milímetros de mi boca.
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Viviendo con mi mejor amigo
Teen FictionValeria y Marco, dos amigos que se conocen desde pequeños. En el cumpleaños de Valeria, Marco, junto con Rocio y Carlos le regalan un viaje sorprendente. En ese viaje pasarán muchas cosas, en el cual cambiarán sus vidas. Para siempre. Pero, ¿cambi...