Capítulo 79

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Camino hasta el vestidor y me pongo unos pantalones cortos y una camiseta.

Bajo las escaleras y veo que están todos en la cocina

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Bajo las escaleras y veo que están todos en la cocina.
-¡Buenos días!- dice Iván con una sonrisa.
-¡Buenos días!- le respondo caminando hasta Marco. Me da un beso en los labios y me aprieta a él con fuerza, posando su mano en mi culo.
-Vuelve a reírte de esa manera y te vas de mi casa- le amenaza Marco a Iván. Nos reímos todos.
-¿Te han despertado?- me pregunta Marco mirando a Sara y a Ana.
-Sí, pero no pasa nada- les miro con una pequeña sonrisa.
-¿Comemos ya?- dice Polo.
Asentimos y nos sentamos en la mesa. Hay de todo un poco. Cereales, tortitas, gofres, fruta, zumos, tostadas (con una pinta buenísima), pan, tortillas y unas cuantas cosas más.
-¿Y a que cala vamos a ir?- pregunto cogiendo una tortilla y un poco de tomate. Es como un mini buffet.
-Cala Saladeta- dice Álvaro.
-Es una de las mejores- añade Iván.

Cuando terminamos de desayunar subo con Ana y Sara al vestidor para ver que me pongo.
-¿Que bikini me cojo?- les pregunta abriendo el cajón donde guardo todos.
-Yo creo que este. Dice Sara

-¡Me encanta! ¿De dónde es?- pregunta Ana cogiéndolo de las manos de Sara

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-¡Me encanta! ¿De dónde es?- pregunta Ana cogiéndolo de las manos de Sara.
-De mi tienda.
-Enserio, tienes que decirme como se llama.
Río y Sara y Ana me imitan.
-Y yo me pondría lo que llevas puesto, el pantalón y la camiseta. Es bastante finita, no pasarás calor- dice Sara tocando la tela de la camiseta.
Me pongo el bikini y la ropa de antes. Cuando termino cojo todo lo necesario para la cala y bajo hasta el comedor.
-¿Ya estamos? Pregunta Polo.
-Si- contestamos todos.
Salimos de casa. Yo me voy las chicas en el coche de Sara. Y los chicos se van en el de Marco. En menos de cinco minutos llegamos a la cala. Es lo bueno de vivir en una isla supongo, que llegas enseguida a todas partes. Salimos del coche y segundos después aparece el coche de Marco. La cala es preciosa. Caminamos hasta un sitio libre y dejamos todo. Vamos al agua. Está perfecta. Nadamos y jugamos al mítico juego de tirar a alguien en los hombros del otro. Luego salimos las chicas a tomar un poco el sol y los chicos se quedan en el mar. Después de una media hora vamos a comer. Dejamos todo en los coches y vamos al bar. No me he fijado en el nombre. Primero traen los entrantes: ensalada, puntilla mejillones y patatas bravas. Y luego traen el arroz negro. Lo ponen en el centro de la mesa y comemos todos de ahí.
-Nosotros nos vamos chicos- dice Marco.
Miro el reloj. Tengo suficiente tiempo para ducharme y vestirme.
-Vamos a cenar al puerto- miro a Iván, que hace otra sonrisita.
-Luego nos cuentas- dice Ana.
-Sí, adiós- les digo mientras Marco me coge de la mano.
-Adiós- contestan todos.
Caminamos hasta el coche.
Aunque no conozca este lugar, se que por aquí no se va a casa.
-¿Dónde vamos?- le pregunto intentando saberlo por las señales de tráfico.
-A comprar condones- gira hacia la derecha y veo una farmacia.
-Ah- es lo único que consigo decir.
¿Eso significa que esta noche volveremos a tener sexo? Espero que si.
-Ahora vuelo- dice Marco bajando del coche.
-Vale.
Cuando volvamos a Nueva York iré al médico. Necesito la píldora. Miro por la calle mientras espero a Marco. Veo una playa que está a pocos metros de distancia y a un montón de turistas.

Viviendo con mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora