Capítulo 62

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Levanto mis ojos mirando los suyos fijamente, detrás de esas pestañas de una longitud imposible, aguardaba de pie, al lado de la isla. Caminé hacia él sin pensar. Impacté mis labios contra los suyos y posé mis manos en su cuello, al principio no respondió, pero segundos después continuó mi beso, era tierno y dulce, como en un cuento de hadas, pero movió su mano derecha hacia mi nuca, aplastándome hacia él y ese beso dulce y tierno se convirtió en un beso apasionado. Su otra mano se deslizó rápidamente por mi brazo, hasta llegar a mi cintura, su mano se colocó en la parte más baja de mi espalda y me aplastó contra el, obligandome a arquearme contra él. No podía sentir ni ver nada que no fuera Marco. Sus labios buscaban mi mandíbula, jadeé cuando su boca encontró esta después, poco a poco me rozó la garganta justo debajo de la oreja, con los labios,  jadeé de nuevo, siguió cuello abajo hasta llegar a mi hombro cubierto solo por una fina tira del vestido. Mis mejillas estaban ardiendo, notaba la sangre ardiendo por toda mi cara y por todo mi cuerpo. Acercó sus dedos hasta mi mejilla izquierda después, lentamente se deslizó por mi rostro hacia abajo, siguiendo levemente el contorno de mi mandíbula hasta mi garganta y después más abajo hasta llegar de nuevo a mi cintura.

¿Por qué no me apartaba de él? ¿Por qué sentía que mis manos se aferraban a sus fuertes y amplios brazos? ¿Por qué no lo sentía lo suficientemente cerca? ¿Por qué sentía que esto era solo el principio? Aunque todas estas preguntas eran estúpidas, ya sabía la verdad: no quería que Marco fuera solo mi amigo, quería algo más, y no era la única que lo deseaba. Estaba enamorada de Marco, aunque no lo sabía hasta ahora. Era más que un amigo para mí. Marco y yo nos habíamos convertido en una sola persona.

Sus labios eran suaves y cálidos. Atrajo de nuevo mi rostro contra el suyo con rapidez y fiereza, gimió cuando posó de nuevo sus labios contra los míos. El fuego corría por mis venas, quemándome donde mi piel tocaba la suya. Sentí una corriente eléctrica a través de mi cuerpo, ¿él también se daba cuenta del modo en que una corriente eléctrica parecía recorrer mi cuerpo como si mi sangre fuera una mezcla de fuego y adrenalina pidiendo más y más? Posé mis manos sobre su abdomen intentando levantar la fina tela que separaba su piel de mis torpes manos, se quitó la camiseta con un encogimiento de hombros, dejándola caer al suelo. Y sus manos volvieron a mi cintura, aplastandome de nuevo contra él. Sentía como si no lo tuviera lo suficientemente cerca. Acerqué mis labios hasta alcanzar su mandíbula, pero con sus manos dirigió mi cara hasta encontrarse frente la suya, tocando mi sobresaliente labio inferior con sus dedos. Nos miramos fijamente durante unos segundos.
-Te quiero- dije entrecortadamente a causa de la falta de aire de mis pulmones.
-Te quiero- dijo, y volvió a impactar sus labios contra los míos. Noté como sonreía mientras nos besabamos, respondí a su sonrisa con otra y después le escuché reír, segundos después sus labios volvieron a impactar fuertemente contra los míos.

Viviendo con mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora