Wang Yibo es un empresario muy conocido en Beijing pero también es un completo casanova
Xiao Zhan es el asistente de Wang Yibo, quien odia que su jefe sea un casanova puesto que el se encarga de eliminar toda la evidencia y claramente tiene su...
El nuevo día llegó, domingo por la mañana Yibo estaba en el aeropuerto mientras estaba ahí su asistente al único que quería ver antes de irse.
—Tenga un buen viaje Sr. Wang—dice Xiao Zhan.
—Mn... Gracias Xiao Zhan—sonríe levemente—Aunque nuestros cuerpos estén separados nuestros corazones siempre están juntos, somos uno solo
—... ¿Puede dejar de decir tonterías y abordar su avión?—
Rie levemente y comienza a caminar mientras Xiao Zhan veía la espalda de su presidente viendo como abordaba el avión... «Cuidate... Yibo»
Era la primera vez que estaría tan lejos de su presidente, claro que él podía ir pero Yibo no confiaba en nadie más que no fuera su asistente es por eso que lo dejo a cargo. Xiao Zhan regreso a su hogar para esperar al día siguiente e ir a la empresa.
Por otro lado, Song Ji Yang no podía recordar nada de lo que hizo el viernes por la noche ya que el sábado estuvo todo el día dormido así que decidió llamar a Liu Hai Kuan.
—Hai Kuan... ¿Tu fuiste por mi al bar? —cuestiona
—Sí, no vuelvas a beber así—comento—No fuiste a despedir a Yibo—
—¡¿Qué hora es?!—cuestiona exaltado
—Pasa de medio día—
Ji Yang colgó aquella llamada lamentándose de no haber podido despertar antes y poder despedir a la persona que ama, solo se acostó y cerró sus ojos tratando de recordar.
—¿Yi..Yibo?—
Abrió sus ojos y se levantó de su cama alarmado al recordar aquella noche, solo pudo recordar que beso a alguien y ese alguien es Wang Yibo, solo pudo ver desde sus labios para abajo pero sabía que era Yibo porque el traje era azul como el de Yibo.
—No puede ser—sonríe tocando sus labios—Bese a Yibo—
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El día lunes llegó, Xiao Zhan ordenaba a sus compañeros como debía ser, a sus compañeros no les importaba ya que sabían que él era alguien muy importante de la familia Wang y más de su presidente, tenían miedo de meterse con la persona especial de su presidente.
—Superior, aquí tiene—dijo Wen Han
—Muchas gracias, haz hecho un buen trabajo—sonríe.
Wen Han sonrió:—Ahora que el presidente no está... ¿Me estará llamando para hacer algunas cosas?—
Estaba a punto de responder hasta que su celular comenzó a sonar «Hablando del rey de roma, casanova que se asoma»
—Presidente Wang, ¿cómo llegó? ¿Le gusta su estadía en el hotel?—
—Siempre escoges lo mejor para mí pero no estoy del todo contento—comenta.
