VIRUS MORTAL | Los humanos cometen errores, la vida misma está basada en lo que aprendemos de ellos, pero nos reconforta el saber que a la próxima vez lo haremos mejor, pero también hay errores de los cuales aprendes, pero no hay vuelta atrás.
Edwin...
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||Lori Grimes||
Después de lo de mi Carl, pensaba que nada me daba más miedo.
No estaba en lo correcto.
Hacía ya varios días que venía sintiéndome muy mal, mi mente me obligó a pensar que era todo causa de los eventos pasados, el CDC, las niñas, mi hijo.
Addison fue la que me hizo pensar en que podía haber otra posibilidad, por lo que decidí despejarme de esa duda cuando la operación de Carl salió todo como esperaban, sabía que Glenn y Maggie, la hija del granjero, irían a la farmacia y lo tomé como una oportunidad que no debería dejar pasar.
Cuando los chicos llegaron de la farmacia, inmediatamente me dirigí hacia el coreano.
― ¿Traes...? ― mi garganta se quedó un momento trabada, no me atrevía a decir la palabra en voz alta.
El chico no me dijo nada, simplemente me tendió una bolsa, yo sin dejarlo de ver a los ojos me guardo la prueba de embarazo en mis pantalones. Le asiento con la cabeza en señal de agradecimiento.
Cuando él está a punto de entrar a la casa de los Greene, me giro y le digo:
― Espera, Glenn... ― él se detiene, pero no me mira ― ...necesito que esto sea un secreto, ¿bien?... un secreto entre tú y yo... al menos, por ahora.
Su silencio y el suspiro que dejo salir me contestan por él, decido tomarlo como un 'sí'.
La prueba la hago en el baño de la casa, es un lugar alejado y tranquilo, me quedo esperando los minutos que me señalan la caja y el instructivo, los nervios crecían en mi interior, mi corazón palpitaba muy deprisa, de mis ojos no dejaban de salir lágrimas, mis manos empezaban a temblar.
Pasado el tiempo, tomo entre mis manos la prueba, mi mano viaja rápidamente hacia mi boca, obstruyendo la salida de un grito, cuando veo el resultado marcado, lo único que puedo pensar es 'no sé si dar gracias a dios... o maldecir por no ser el resultado que yo esperaba'.
Me recargo en la puerta y antes de poder deslizarme por ella, alguien toca la puerta del baño.
― Lamento interrumpir tu momento, pero, esto realmente necesita su propio momento, no soy capaz de soportar al número dos por más tiempo.
Lo reconozco por la voz, es Rick, mi esposo, y el hecho de que hiciera su broma del número dos me hace notar que ahora está feliz, todo gracias a que ahora Carl se encontraba recuperándose.
Sin decir una sola cosa, guardo la prueba en la parte trasera de mi pantalón y tiro la envoltura en la basura, escucho dos toques más en la puerta y salgo limpiándome cualquier rastro de lágrimas.
