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El albino abrió sus ojos con un suspiro cansado, la luz de afuera le estaba molestando, a tal punto de hacerlo despertar.

Escuchó la puerta principal abrirse y se reeincorporó, ¿El estúpido campesino había salido o entrado?, En fin le daría igual, ya que se levantó y salió de su habitación para haber si había movimiento en la casa.

- ¿Humano estúpido? - Llamó pero nadie respondió. - Imbécil, ¿Estas en casa? - Seguían sin responder. - ¿Fargan? - Preguntó bajito pero no respondió nadie, por lo que supuso que no estaría en su hogar.

"Muy bien, tenemos casa sola, vamos a cotillear un poco sobre nuestro querido campesino" - Pensó este malicioso, no estaba mal de vez en cuando cotillear un poco.

Empezó a mirar la sala principal que era el salón, enrealidad el campesino tenía muebles decentes, pero Willy nunca lo admitiría, nunca estará mejor que en el paraíso.

Lo primero que fue a revisar eran los cuadros colgados, eran unos pocos, la mayoría de Fargan y seguramente de sus amistades, pero uno llamó la atención del ser divino.

Parecía el campesino junto a su padre, muy sonriente, supuso que aquel hombre había fallecido. En fin, cosas de humanos.

Ignoró ya todo por su estómago, empezó a escucharlo gruñir, dándole la señal de que tenía hambre. Asique se dirigió a la cocina, pero mentiría si dijera que sabía cocinar. El de prendas verdes no sabía cocinar, ya que en el paraíso siempre había unas doncellas que hacía todo por él. Básicamente lo malcriaban a alguien que tenía cientos de años.

Se apoyó en la mesa de la cocina pensando, lo que debería de hacer estos días, podría ir un día de estos a ver el pueblo y hacerse pasar por un simple humano, que claramente costará un poco por su actual físico ya que era igualito al de la estatua y encima es muy atractivo. Pero en fin, todo se puede.

Fargan apareció por el umbral de la cocina, había vuelto a casa y Willy no se había enterado. El castaño observó al otro curioso cuando lo vio tan metido en sus pensamientos que no notó que estaba a su lado.

- ¿Willy? - Lo llamó haciendo que ahora sí se fijase en el, con una mueca de terror en su cara.

- Ah, ya has vuelto. - Dijo para después  pasar su vista a la vestimenta del campesino, vestía bastante mejor, ya que las prendas que uso ayer eran para trabajar, y hoy ya llevaba ropa actual.

- ¿Dormiste bien? ¿Pasaste frío? - Preguntó el atractivo campesino de ojos oscuros, haciendo que Willy lo mirase confundido, ¿Realmente estaba preguntando eso? Y lo que no sabía el albino era el calor en su pecho que se había formado por la pregunta tan normal del otro.

- He dormido bien. - Le contestó el de ojos esmeraldas en tono neutro, parecía que había despertado de un mejor humor que ayer. - No necesito que te "preocupes" por mi. - Le dijo finalmente con el tono arrogante de siempre.

- Está bien, ¿Has desayunado? - Preguntó humano alzando una ceja con un reproche, haciendo que el albino desviase la mirada.

- Me acabo de despertar. - Le dijo el albino, obviamente no le diría que estaba esperando a que le hiciese el desayuno.

- Siéntate, te prepararé el desayuno, pero después de eso vamos a hablar. - Cosa que hizo el ser divino tenga un pequeño escalofrío, pero frunció su ceño.

Se quedaron en silencio hasta que Fargan termino de hacerle al otro el desayuno, Willy empezó a masticar y a beber su desayuno.

- He ido a hablar con Merlon. - Dijo el moreno de piel, cosa que hizo el Willy escupiera el zumo de su boca, manchando al otro.

- ¡¿Que has hecho qué?! - Preguntó el dios con una mueca de enfado, para después cayera un rayo cerca de la casa. - ¡¿Que te ha dicho esa inutilidad con canas?!

- Tranquilízate, solo pregunté porque eras tan parecido al de la estatua y... - Fargan intento explicar tranquilo pero el albino lo miró exasperante.

- ¿Y que? Maldito humano estúpido, termina, ¿Que te dijo? - Preguntó el ser divino bastante cabreado, su buen humor ya se había esfumado.

- ¡Me lo dijo todo! - Interrumpió Fargan haciendo que Willy se callase y mirase a un punto fijo pensando.

- ¿Que te dijo en concreto? - Le preguntó algo amenazante el albino, varios rayos cayeron afuera haciendo que el humano frunciera el ceño.

- Que te castigaron por algo que hiciste, que eres un dios y por eso en el pueblo está tu estatua, y que estás obligado a convivir conmigo hasta que tus superiores lo decidan. - Terminó el castaño de hablar haciendo que Willy se quedase nuevamente callado, como calculando la situación.

- Bueno estúpido humano, ya lo sabes. No estoy aquí por gusto. - Dijo por fin el albino volviendo a comer con tranquilidad, pero sus palabras sonaban más arrogantes que nunca.

- Yo... Lo siento, quería saber más y tú nunca me decías nada. - Se disculpó Fargan haciendo que Willy mirase hacia otro lado.

- No voy a aceptar tus disculpas, pero la próxima vez, no vayas a ver a ese viejo verde, siempre quiere algo a cambio. - Le dijo en tono neutro el otro para seguir comiendo, Fargan suspiró, parece que había vuelto a su humor "neutral".

- Gracias por decir eso. - Agradeció el humano, puesto que no sabía nada.

- No te confundas, te lo digo porque si algo te pasa, los superiores me machacan. - Y el albino termino su desayuno, ya estaba algo más neutro que ayer, y el humano lo agradecía, no era fácil lidiar con él. - Y por cierto, por lo menos ya sabes que soy un dios, asique te pediría que cada vez que cocines, cocines para mí también. - Le sugirió al otro en tono neutro.

- Mmm... ¿Sabes cocinar? - Preguntó el humano burlón, sabía que el albino llevaba despierto desde un rato, ya que estaba bastante espabilado cuando llegó.

A Willy se le formó una mueca de vergüenza en la cara, era la primera vez que el humano veía a alguien tan importante, tan avergonzado por alguien como él.

- ¡Por supuesto que sí! ¿Por quién me tomas campesino de pacotilla? - El albino se giró al otro cabreado y este sólo pudo levantar sus manos en modo de rendición.

- Lo siento, era una broma, lo haré para que te pongas de buen humor. - Por lo menos quería el humano que el otro estuviera neutro, porque cabreado nadie lo aguantaba.

- ¡No me gustan las putas bromas! - Le dijo el dios para después suspirar cansado. - Solo no lo hagas más. - Le dijo a este haciendo que el otro asintiera. - Y no te acostumbres a mí, no estaré aquí por mucho tiempo. - Le dijo en tono arrogante pero en verdad le preocupaba, ¿Cuanto tiempo estará allí? Deseaba con toda su alma volver al paraíso.

(Bueno pos aquí tenemos a un Willy algo más "agradable", aunque no durará mucho jijiji)

the arrogance of a god - willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora