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Era el día después de que Fargan supiese la verdad sobre el albino, el humano ha de decir que se impresionó bastante con el otro, ya que nunca pensó que sería un ser divino, pero por lo menos ya "entendía" una parte de su actitud.

- Willy, ¿Quieres ir a dar un paseo? - Preguntó el humano sacando la cabeza desde el umbral de la puerta para mirar al albino, que yacía tumbado en el sofá pensando en sus cosas.

- ¿Un paseo a donde? - Preguntó este algo seco, pero al menos era un pelín más agradable que la primera vez que se conocieron.

- Pues no sé, al pueblo o al bosque. Realmente me da igual. - Le dijo sincero el castaño mirando como el otro se quedaba callado.

- Estúpido humano, ¿Me vas a obligar a ir si digo que no, no? - Preguntó este haciendo que el humano asintiera, solamente quería pasar un rato con el ser divino.

El dios gruñó algunas palabras y se levantó del sofá para seguir al otro a la puerta principal y salir de la casa.

- ¿Prefieres ir al pueblo o al bosque? - Preguntó el humano brillandole los ojos, al menos pasaría algo de tiempo con su acompañante.

- Me da igual, pero cállate, no tengo ganas de hablar. - Le dijo el albino sincero, este a pesar de tener mal humor, también era una persona muy callada y pensativa.

El humano se resigno y empezó a andar a las orillas del pueblo, donde había bosque a un lado y al otro estaba el pueblo, mientras que el albino bastante "neutro'' le seguía.

- ¡Cariño, cariño! - Llamó una madre a alguien, Fargan al ver esto se paró a hablar con la mujer, haciendo que Willy lo mirase curioso.

- Señora, ¿Esta usted bien?, ¿Que le pasa? - Preguntó el de ojos oscuros con una brillante sonrisa bastante amable.

- ¡Mi hijo ha desaparecido! ¡Por favor ayúdeme a encontrarlo! - Le pidió medio llorando al humano, haciendo que este y el dios se mirasen.

- A mí no me mires, si quieres buscar al crío hazlo tu, yo iré a dar una vuelta. - Le dijo fríamente el ser divino haciendo que el humano suspirase.

- Tranquilízate, te ayudaré a encontrar a tu hijo. - Le dijo para después mirar a Willy pero este ya se había ido.

Willy se había adentrado un poco en el bosque, no tenía tiempo para buscar un crío que probablemente se lo comerían los monstruos al caer la noche o a saber qué. Realmente no le importaba, pues enrealidad era el ciclo de la vida, todos en algún momento morirían.

Suspiró relajado, disfrutando de su soledad y de la naturaleza que le rodeaba, sentía como la brisa del aire acariciaba su cuerpo, y como el leve sol le rozaba la cara.

"Es simplemente magnífico" - Pensó este, y bien, el era una persona arrogante, pero sabía apreciar el arte de la naturaleza y del mundo en general.

Se quitó sus zapatos y se los puso en sus manos, para comenzar a andar en el suave césped, sintiendo como éste le hacia leves cosillas en los pies.

Continuó cerrando los ojos y disfrutando de la naturaleza hasta que el leve llanto de alguien llamó su atención.

Pensó en si ir o no, pero sabía que su curiosidad era más grande, asique fue hacia el lugar del sonido.

Era un niño pequeño llorando porque se había quedado enganchado en la rama de un árbol y no podía salir.

Ahora el albino sabía que tenía dos opciones, o rescatar a esa pobre alma joven o simplemente dejarlo ahí.

"No es mi obligación" - Pensó este para después intentar retirarse.

- ¡Por favor señor, no se vaya, ayudame por favor! - Rogó este con la lágrima viva, pero el albino siguió andando.

- ¡Haré lo que quiera pero por favor, sácame de aquí, por favor señor! - Willy sentía sus gritos detrás de su espalda haciéndolo suspirar, se paró para después girarse.

¿Que más da si no es su obligación? Por lo menos debería ayudarlo y irse.

El dios suspiró, ser bueno por una vez no pasaría nada. Eso no iba a cambiar su personalidad.

Se giró y caminó hacia el niño, quitándole la rama con la que se había enganchado, pero notó que tenía el pie lastimado, haciéndolo bufar levemente.

- ¿Puedes andar? - Preguntó el albino mirando las heridas del niño.

- No. - Dijo este llorando a lágrima viva, haciendo extrañamente conmover al albino, no sabía porque le había ayudado, tal vez simplemente le recordaba a su yo del pasado, y por eso lo ayudó.

Willy cogió al niño entre sus brazos para comenzar a andar hacia el pueblo, desde luego que nunca más haría algo así.

Fargan suspiró, esperaba demasiado del albino, ¿Como iba a ayudarle a buscar a un niño sí ni siquiera quiere aprender a cocinar?

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Fargan suspiró, esperaba demasiado del albino, ¿Como iba a ayudarle a buscar a un niño sí ni siquiera quiere aprender a cocinar?.

Se pasó toda la tarde buscando a ese niño con la madre y cuándo empezó a anochecer se pararon en algún sitio del pueblo.

- Señora, lo siento pero... - Antes de poder acabar su frase la señora empezó a gritar.

- ¡Cariño, cariño! - Fargan se giró hacia donde miraba aquella mujer y lo que vió lo dejó sin aliento.

Era aquel dios arrogante, cargando al niño herido con una mueca de asco en la cara, puede que el mal humor lo tuviera, pero realmente le sorprendió.

- Su hijo. - Le dijo Willy a la madre dándole a su hijo, y está de mientras le daba muchísimos besos a su pequeño.

- ¡No te vuelvas a escapar nunca! ¡He estado muy preocupada! - La madre y su hijo lloraban a montones, una imagen que conmovió a Fargan, haciendo que sus ojos se cristalizaran, mientras que Willy se había quedado igual de cómo había venido. No veía la necesidad de llorar.

- Oh, ¿Como se llama usted? Quisiera saber el nombre del Salvador de mi hijo. - Preguntó la señora dirigiéndose al ser divino.

- Me llamo Willy. - Respondió este cruzándose de brazos, intentaba ser neutral, pero esque no le salía.

- Oh, como el joven de la estatua, es un milagro que ocurra eso, muchísimas gracias ¡Eres un héroe! - Le dijo la mujer haciendo sonreír al otro. Era un gran subidón de su ego.

"Señora creeme que lo sé, por algo tienen una estatua en el pueblo" - Pensó en su mente bastante engreído.

Fargan y Willy se despidieron de esta y se dirigieron a la humilde casa del humano.

- No esperaba que hicieras eso. - Le dijo el humano sincero, viendo cómo el otro se encogía de hombros.

- Sinceramente yo tampoco. - Le respondió neutro y bastante sonriente, estaba así desde que la mujer le agradecía.

- Me alegra que hayas hecho una buena acción. - Le dijo Fargan sonriente haciendo que Willy lo mirase con una sonrisa burlona.

- Creeme que no se repetirá. - Y ahí volvió el dios arrogante de siempre, dejando a Fargan con una mueca en la cara bastante graciosa.

(Que opinais de este cap, y de este Willy?, Es su primera buena acción, pero, ¿Será la última?)

the arrogance of a god - willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora