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Willy despertó al día siguiente, estaba bastante cansado después de todo lo que pasó esa noche.

Se destapó y se miró en el espejo, tenía mejor aspecto, por lo que se dedicó una sonrisa coqueta y salió del cuarto, encontrándose a Fargan cocinando.

- Hey. - Dijo el humano y Willy saludó con la cabeza sentándose en la silla de al lado.

- ¿Dormiste bien? - Preguntó el humano haciendo que el albino volviese a asintir.

- ¿Sabes que han destruido el molino? - Preguntó Fargan bastante tranquilo.

- No, y la verdad no me importa. - Empezó a hablar el albino algo seco, realmente no le importaba un molino de mierda.

- Bueno solo decía, por si sabías algo. - Dijo Fargan haciendo que Willy se empezase a mosquear, ¿Le estaba acusando indirectamente?

- ¿Me estas acusando de reventar algo que yo no he hecho? - Preguntó el albino en un tono arrogante levantando una ceja, haciendo que Fargan se pusiera levemente incómodo.

- No quise decir eso. - Respondió el humano sincero.

- Ya, claro. - Habló por última vez el albino rodando los ojos perdido en sus pensamientos.

Fargan terminó de cocinar y dejó los dos platos en la mesa para después sentarse y comer.

La comida fue silenciosa y rápida.

- Estúpido humano, después tienes que venir conmigo a un sitio. - Dijo el albino algo serio limpiándose su boca con una servilleta.

- ¿A dónde? - Preguntó curioso el humano, por primera vez iban a ir juntos a un sitio por petición suya.

- No creas que es porque quiero, esta noche se van a reunir en este pueblo de estúpidos humanos dioses bastantes importantes y creeme que estoy obligado a traerte, si no no venías. - Le informó Willy mirándolo fijamente, Fargan hizo una mueca de desilusión pero bueno, por lo menos conocería a más dioses.

- Supongo que está bien, te acompañaré. - Accedió el humano.

- Y creeme que así no irás vestido, necesitas prendas de seda para esta ocasión. - Le dijo también Willy. - Por lo que hoy vamos a comprarte eso y mañana iremos a esa reunión.

Fargan miró sus prendas curioso, para él se veía bien, pero Willy negó con la cabeza.

- Creeme que si yo te veo como un simple campesino, ellos te van a ver como una hormiga. - Le dijo Willy haciendo una mueca al final, sabía bien de lo que hablaba ya que lo había vivido.

- Entonces está bien, vamos a comprar eso. - Dijo Fargan recogiendo la mesa.

Los dos salieron de su hogar, Willy hizo una mueca de cabreo viendo que el suelo todavía estaba un poco mojado, era un asco cuando llovía y peor si sabías que lo provocadas tu.

Llegaron a las tiendas del pueblo y Willy divisó la tienda más elegante que vió y entró seguido de Fargan.

Todos los trajes estaban hechos de diferentes telas, pero se dirigió a las de seda, todas estas se veían extremadamente hermosas, esa ropa le encantaba al albino.

- ¿Cuál te gusta? - Preguntó Willy algo neutro mirando al otro secamente.

Fargan miró la cantidades de prendas y sinceramente no sabía cuál elegir.

- Mmm. No sabría decirte. - Le contestó el humano avergonzado.

El albino chasqueó su lengua y se dirigió a coger las prendas que pensaba que le quedaría mejor a su humano. Llevaba 4 prendas de seda de distintos colores, rojo, amarillo, marrón y negro.

- Elige una. - Demandó el otro sin paciencia, Fargan era demasiado indeciso y Willy necesitaba paciencia.

- La negra. - Escogió Fargan para que después el albino lo empujara al probador.

- No salgas hasta que te lo hayas puesto. - Ordenó y Fargan hizo lo que pidió.

Willy desvío su mirada a la dependienta de la tienda que lo estaba comiendo con la mirada y este sonrió. Quería nuevas prendas de seda para la reunión y las conseguiría.

- Buenas querida. - Empezó a hablar el otro con una sonrisa altanera bastante sexy a decir verdad.

- Ho-hola. - Dijo está nerviosa acomodándose su camisa en forma de que se le viera algo más de escote.

- Mmm, necesito tu ayuda para algo. - Empezó a decir el albino mirándola de arriba abajo, por dentro le hacía gracia que todos los humanos cayesen en sus encantos, vaya ilusos.

- ¿Que necesitas? - Preguntó está inclinándose para que se le viese su escote.

- Tengo que ir a una reunión bastante importante y necesito algo de ropa para que destaque. ¿Entiendes linda? - Preguntó este acomodándole un mechón detrás de la oreja.

- Claro que sí. - Dijo esta con una sonrisilla, había caído justo en la trampa.

"Bien, ya me estaba cansando de hacer el teatrito". - Pensó el albino todavía sonriendo con una sonrisa falsa, por dentro ni le llamaba la atención.

 - Pensó el albino todavía sonriendo con una sonrisa falsa, por dentro ni le llamaba la atención

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- Todavía no entiendo cómo has hecho para comprarte también ropa y que no nos cobren. - Dijo Fargan todavía confundido.

- Cosas de los dioses querido humano, no lo entenderías. - Respondió Willy, ahora mismo tenía un subidón de ego, siempre conseguía lo que quería. La gente caía fácilmente en sus queridos encantos.

- Si tú lo dices... - Terminó diciendo el humano dejando el tema atrás.

Los dos pasaron al lado del molino, este no estaba destruido del todo, la verdad una pena.

- Si lo destruyen por lo menos que lo hagan bien. - Comentó el albino fijándose como todavía había un trozo de molino que seguía en pie.

El humano le miró mal, como si lo hubiera hecho el. - ¿Qué?, Es la verdad. - Volvió a decir el albino caminando con aires de grandeza, haciendo que Fargan negase con la cabeza.

(Capítulo de relleno, pero era necesario, JAJA, haber decidme, ¿Quién habrá en esa reunión y que creéis que pasará? Dadme vuestras opiniones)

the arrogance of a god - willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora