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Fargan se asomó al baño, Willy estaba mirándose fijamente en el espejo.

Parecía absorbido por este, después de haber gritado, estaba finamente mirándose.

- ¿Estás bien? - Preguntó Fargan, aunque sabía muy bien la respuesta.

El albino cabreado se giró. - ¡Si te parece todo va a estar bien! - Le dijo en un tono bastante seco.

Willy era exactamente igual, solo que ahora era un niño pequeño, sus facciones no habían cambiado mucho, ya que seguía siendo igual de bello.

- Tranquilízate. - Pidió Fargan mirando ahora al niño pequeño, pero este se cogía el cabello con sus dedos.

- ¡No, no y no! ¡Esto no puede estar pasando! - Se dijo el albino hacia sí mismo, volviendo a mirarse en el espejo.

No le podía estar pasando eso.

Fargan miró con algo de pena al albino, y Willy al notar ese tipo de mirada lo fulminó con la suya.

- Ni se te ocurra mirarme así estúpido. - Declaró el albino bastante alterado.

Básicamente era el mismo Willy, solo en un cuerpo de niño pequeño.

El albino chasqueó los dedos para teletransportarse pero no ocurrió nada.

Cosa que sorprendió a los dos, el albino volvió a chasquear varias veces los dedos.

Y no ocurría nada.

- ¡¿Me estas jodiendo?! - Dijo nervioso chasqueando más los dedos.

No podía ocurrir.

No podía volver a ser un humano de nuevo.

- Willy... Tranquilo, todo se va a arreglar. - Intento tranquilizar Fargan, pero el otro ya no lo escuchaba.

Willy lo miró mal, dispuesto a irse, pero el castaño lo paró.

- Willy, ¿A donde crees que vas? - Preguntó el humano, ahora Willy era un niño pequeño y básicamente estaba "indefenso" al no tener sus "poderes".

- A ver al viejo de Merlon, ese tiene que tener respuestas. - El albino iba a irse de nuevo pero Fargan lo cogió del brazo.

- Es de noche y ahora hay mobs, te dejaría ir si al menos tuvieras tus poderes. - Pero el albino frunció el ceño.

¿Que se creía? ¿Su padre?

- ¿Perdona? ¿Quién te crees para prohibirme a donde ir? - Le pregunto el pequeño niño un poco agresivo.

- Mira... Te prometo llevarte mañana, pero hoy no, es de noche y habrán mounstros por ahí. - El albino no contestó, ya que un fuerte dolor de cabeza le empezó a dar.

Willy apoyó una de sus manos en su cabeza y nuevos quejidos aparecieron, haciendo que Fargan se preocupase.

- ¿Que te pasa? - Pregunto alterado el humano, pero cuando le quiso responder, este ya se había desmayado.

El humano le puso la mano en la frente, aparentemente no tenía fiebre ni nada, aunque el dolor de cabeza podría ser un efecto secundario de la poción.

Lo único que se le ocurrió a Fargan, era acostarlo, y ya mañana le se ocurriría alguna otra cosa.

Cogió al pequeño niño entre sus brazos y lo llevó hacia su cuarto, lo acostó y lo arropó.

Fargan observó el rostro del mini Willy, sin duda era una ternurita y más aún durmiendo.

Eso quitando el hecho de que se había desmayado.

El albino parecía un angelito caído del cielo.

El castaño le sonrió levemente aunque el otro no lo viera y salió del cuarto.

Mañana sería un día movidito.

Willy abrió sus ojos cansados, y volvió a cerrarlos, hasta que recordó lo que pasó ayer

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Willy abrió sus ojos cansados, y volvió a cerrarlos, hasta que recordó lo que pasó ayer.

- ¡Mierda! - Dijo para después ir corriendo al baño para mirarse en el espejo.

Seguía exactamente igual, no lo había soñado. Encima chasqueaba sus dedos y no ocurría nada.

Me voy a cagar en la vieja con la que me crucé ayer. - Maldijo en su mente, escuchó como Fargan hacía el desayuno en la cocina asique se dirigió hacia allí con una cara de muy mala hostia.

- ¿Que tal has dormido? - Pregunto el humano intentado darle una charla que no fuese su repentino "cambio".

- Después de desayunar me vas a llevar a ver a Merlon. - Demandó el albino cruzándose de brazos, mirando con superioridad al humano de delante.

Una escena muy graciosa, ya que Willy hacia bastante gracia como niño pequeño.

- Está bien. - Accedió el castaño dándole el desayuno al otro.

Willy se iba a sentar en la silla pero se dio cuenta que estaba demasiado alta.

- Esto es una mierda. - Se quejó haciendo que Fargan se fijase en el problema.

El humano sonrió para sí, le hacía bastante gracia la situación, nunca se esperaba ver a Willy así.

- Deja que te ayude. - Dijo Fargan pero el albino negó apartándose ligeramente de él.

- No quiero tu ayuda. - Soltó el otro cruzándose de brazos. - Aparte ni tenía hambre. - Dijo bastante convencido.

Fargan se lo hubiera creído si no hubiera escuchado a su barriga rugir. Cosa que hizo al albino sonrojarse.

Una escena demasiado tierna a decir verdad.

- Subeme ya. - Terminó diciendo el albino algo avergonzado, Fargan rodeó sus dos brazos en la cadera sentandolo en la silla.

Willy se dispuso a comer viendo cómo el castaño limpiaba levemente algunas cosillas de la cocina.

Cuando el albino terminó, Fargan y Willy salieron de la casa caminando hacia el hogar de Merlon.

De mientras algunas personas se paraban levemente para halagar al albino, ya que le parecían "un niño muy tierno''.

Claro que eso aumentaba demasiado el ego de Willfred.

Llegaron a la casa de Merlon, el albino tocó fuerte la puerta con sus pequeños nudillos.

- ¡Viejo, abre la puta puerta! - Le gritó el albino haciendo que segundos después Merlon la abriera.

- Os estaba esperando. - Dijo el anciano mirando a los dos con una mueca de preocupación.

(Buenassss, ¿Creen que Willy tendrá algún cambio más? ¿Será el no tener poderes permanente? ¿Fargan va a hacer el papel de papa? ¿Que les dirá Merlon? ¿Habrá solución?)

the arrogance of a god - willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora