𝐈 𝐒𝐄𝐄 𝐅𝐈𝐑𝐄 |𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧|

04

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Fénix estaba junto a Edmund y el castor viendo como el ejército de Jadis se hacía presente, eran demasiados a comparación de ellos pero la reina permanecia con la fe intacta había soñado por ese momento donde la justicia y la injusticia se veían finalmente las caras.
En ese momento las trompetas comenzaron a oirse poniendo a la los narnianos atentos listos para la batalla, un hipogrifo anuncio la llegada de la Bruja Blanca a Peter, el muchacho volteó para ver a su hermano y a la reina de fuego quienes le dieron su apoyo asintiendo con la cabeza.

— POR NARNIA Y POR ASLAN!!! — Grito Peter anunciando el comienzo de un antes y un después.

La reina Fénix cerro sus ojos por un instante y elevó sus manos dejando que el fuego que estaba en su vestido comenzará avivarse envolviendola por completo.

— Guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme bajo la sombra de tus alas, de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos que buscan mi vida! — Recitó con todo furor dejando ver cómo sus ojos cambiaban el color de una mismísima llamarada.

Fue convertida en un ave fénix y junto a otras aves como ella volaron para interrumpir el camino de Jadis quien al principio demostró que eso no era un obstáculo. La reina de fuego lanzo su poder al ejército enemigo derrotando a un gran grupo de criaturas pero debió esquivar el hielo que la malvada bruja arrojaba en contra de ella.
Dos pueblos divididos por el bien y el mal luchaban dando todo de sí para salir victoriosos cueste lo que cueste. La joven sobrevoló cerca de Jadis logrando que uno de sus oso saliera herido.

— FÉNIX CUIDADO!!! — Grito Edmund cuando uno de los gigantes lanzaba un tronco hacia ella.

La reina fue ágil esquivando pero uno de los suyos no, cayó al suelo haciéndose cenizas. Fénix derramó una lágrima entristecida y con una mezcla de rabia, pero la vida pérdida de su aliado no sería en vano con todo el furor posible logro avivar el fuego en gran parte de Beruna acabando con la vida de ese gigante y más.
El ejército de Jadis aún seguía ganando en número provocando que las tropas narnianas tengan que retirarse hacia el segundo plan de respaldo, pero la joven al oír ese potente rugido sintió que su corazón se alegraba por completo y distrayendo a la Bruja Blanca comenzó a pelear con ella mientras que Aslan corría hacia ella.

— Aún que en nuestros ojos se refleje que la maldad va un paso adelante déjame decirte que la bondad y el bien van más que adelantados — Dijo Fénix convirtiendose en una mujer nuevamente viendo a Jadis antes de ser empujada por Aslan.

Fue tan solo un par de parpadeos para ver cómo las tinieblas se marchaban junto a su dueña y la paz volvía habitar Narnia.

— Bien hecho — Dijo Aslan con una sonrisa.

Fénix estaba dispuesta a ir con sus nuevos amigos los Pevensie pero debió permanecer un poco alejada cuando vio dificultades, la pequeña Lucy tomo la poción de la flor del fuego y le dio una gota a su hermano Edmund quien estaba moribundo por haber recibido una herida por parte de Jadis.

— Son dignos gobernantes — Dijo Fénix.

— Lo son, a tu lado ellos podrán llevar a Narnia a un mejor lugar — Dijo Aslan.

El león la dejo por un momento para despertar a esas estatuas que eran narnianos bajo un hechizo de la malvada bruja. Ya todos eran libres sin ninguna preocupación ahora podían ser felices sin ningún temor.

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Ahora no solo tenían una reina sino cuatro más que eran dignos de esa corona y de ese pueblo quienes estaban tan agradecidos con ellos por haberlos liberado de la opresión que danzaban y cantaban día y noche manifestando su alegría.

— Cuidare de Narnia y de los nuevos reyes con todo mi ser — Dijo Fénix a Aslan —. Espero pronto verlo otra vez.

— Y lo harás hija mía, pero recuerda todo a su tiempo — Finalizó el león.

Era normal que Aslan se marchara nuevamente pero también que regresará por eso todos deseaban que su regreso sea pronto. Aún así confiaron en sus nuevos reyes que día a día crecían y aprendían a sobrellevar un reino, a los ojos de Fénix lo hacían muy bien.

— Edmund ha ido sin nosotros por el ciervo blanco — Dijo Lucy a sus dos hermanos y amiga quien no pudo evitar reír por diversión.

Ya eran adultos pero conservaban un poco aquella diversión de niños era lo que más le gustaba a Fénix por eso no fue un problema convivir y reina al lado de los hermanos.

— Entonces vayamos con él — Dijo Susan tomando a su hermana del brazo para ir por sus caballos.

Peter solo sonrió mientras negaba con la cabeza pero luego vio a Fénix y extendió su mano para ir juntos.
Ya era todo un hombre y soñando con algún día dejar su descendencia, y a pesar de muchas citas rechazadas nunca dejo de insistir en a cortejar a la reina de fuego quien no pudo verlo más allá que un hermano al fin y al cabo a pesar que no envejecía como ellos sabía que era mayor y cuando logro conocerlo solo era un niño dejando esa imagen en su mente.

Mientras cabalgaban en busca del ciervo blanco Fénix tuvo una clara visión en como los reyes volverían a su mundo como alguna vez Aslan lo menciono por esa razón decidió desviarse del camino y volver al castillo diciendo que había olvidado hablar con el centauro sobre un nuevo viaje que harían de esa manera logro seguirlos pero sin que ellos lo supieran.

— Hasta pronto mis reyes — Dijo Fénix al ver como los hermanos se adentraban al ropero donde todo había comenzado.

A pesar que sus ojos se cristalizaron con la sabiduría que se le fue otorgada entendió todo y sabía que algún día ellos volverían otra vez a Narnia.