𝐈 𝐒𝐄𝐄 𝐅𝐈𝐑𝐄 |𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧|

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╚» ᴀᴄᴛᴏ.ɪɪɪ «╝

━━ 𝐈 𝐒𝐄𝐄 𝐅𝐈𝐑𝐄, 𝐋𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐕𝐄𝐒𝐈𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐕𝐈𝐀𝐉𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐋𝐁𝐀.

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Trumpkin felicito a los dos reyes por la alianza que lograron crear con los gigantes del norte entregando paz en toda Narnia nuevamente.

— Creo que gran victoria merece una celebración — Dijo el enano haciendo sonreír a los dos reyes quienes estuvieron de acuerdo.

Fénix ordeno que anunciará sobre el banquete de esa noche mientras que iría por un baño y luego a descansar por su reciente llegada, los dos reyes y un grupo de respaldo visitaron algunos pueblos al norte de la nación para saber si la tranquilidad continuaba en pie y tuvieron mucha suerte al encontrar todo calmado.

— Nos vemos esta noche mi reina — Dijo Caspian besando la mano de Fénix a lo que está sonrio.

Desde que ambos quedaron como reyes de la nación se volvieron muy unidos, no era una relación de hermandad como lo tuvo con los Pevensie sino otra especie de relación que traía consigo amistad pero también alguno que otro coqueteo por parte de los dos. Aún así ninguno se animaba a dar otro paso solo caminaban en ese círculo en el cual crearon.

La reina de fuego ingreso a su habitación pero por sorpresa un dolor punzante comenzó a sentirse en sus manos provocando que soltara un gemido de incomodidad ante ello. Al ver las palmas de sus manos logro notar pequeñas líneas rojas y que su piel se tornaba más blanca pero fue solo por unos segundos, las volvió a revisar algo preocupada al no entender el porqué de lo sucedido, intento convencerse que tal vez era producto de su cansancio por esa razón se dio un relajante baño y luego dejo que su cuerpo descansará en aquella cama.

Se escuchaba un gran alboroto, en cuestión de segundos se vio a ella misma en un barco bajo una tormenta que parecía incontrolable.

— Que nos intentas demostrar? — Volteó oyendo la voz de Jadis.

— Vete de aquí! Estás muerta, Caspian!

— Él no te oíra, nadie lo hará — Dijo la Bruja Blanca en forma de espíritu —. Y sabes porqué? Por qué quien está muerta, eres TÚ!!!

Fénix sintió que su pecho era oprimido provocando que sus rodillas tocaran el suelo y su mano tocará cuello intentando hacer que el aire regrese a ella pero era imposible. La malévola risa de Jadis se oía y a los segundos un estruendo se escuchó.

Despertó exaltada por esa horrenda pesadilla, iba a recostarse nuevamente pero escucho como tocaban la puerta allí recordó que era hora del banquete y que algunas ninfas la ayudarían con su vestido.

— Los invitados están llegando majestad — Dijo una de las ninfas.

Ella asintió con una leve sonrisa y dejo que la arreglaran para dirigirse hacia el salón lo más pronto posible. Su presencia no debía hacerse tardar.

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Narnianos pero también telmarinos disfrutaban de aquella celebración. Fénix veía con tranquilidad todo y eso causaba paz en su interior ni siquiera se había puesto a pensar en aquel dolor o mal sueño que tuvo antes del evento.

— Se ve esplendida majestad — Dijo Cornelius —. Usted y el rey Caspian han hecho crecer esta nación, me alegra ser parte de ello.

— A mí igual, era lo que siempre anhele desde que fui coronada como reina de Narnia — Menciono la mujer —. Y estoy agradecida con la nobleza del nuevo rey,  sin su ayuda no hubiese logrado todo esto.

En ese momento sus ojos buscaron al susodicho encontrandolo junto a un grupo de hombres y al parecer establecían una conversación bastante interesante ya que Caspian oía con mucha atención. Pero un hombre junto a una bella joven se acercaron al rey.

— Lord Bernabé, siempre ha querido emparejar a su hija con Caspian desde antes que fuese nombrado rey — Dijo el profesor haciendo que Fénix pusiera más atención en las tres personas.

Caspian fue amable con aquel hombre y su hija pero en un momento corrió su mirada cruzando la suya con la de Fénix. Este con sutileza se despidió de los presentes y camino hacia la reina de fuego quien sintió algo de nervios cuando lo veía caminar hacia ella.
No sabía si era por el hecho que se había vuelto todo un hombre y un rey digno de ser admirado o porque había rechazado la oportunidad de hablar con esa joven para ir con ella.

— Mi reina, profesor — Dijo Caspian sonriendo.

— Majestad, no pude pasar por alto que Lord Bernabé ha regresado con sus planes otra vez — Bromeó el hombre.

— Así es... pero ya le he dejado en claro que no sucederá nada, por más quieran casarme oiré a mi corazón — Cuando dijo eso último posó sus ojos en Fénix quien se sonrojo.

— Hace bien señor, el corazón nunca se equivoca pero a veces la mente puede ser engañosa y por eso debemos tener cuidado con ello.

La celebración continuo con alegría pero Caspian estaba algo inquieto en un momento por eso pidió a Fénix salir un rato de ese lugar. Ambos reyes caminaron por los pasillos silenciosos, el noble rey menciono la noticia que recibió al respecto de los siete señores de telmar fieles amigos de su padre que huyeron cuando Miraz robo el trono.

— Sabes dónde fueron?

— Los vieron partir a las islas solitarias — Dijo Caspian —. Y como rey viajare para saber que ha pasado con ellos.

— Iré contigo — Dijo Fénix.

Caspian adoraba la disposición y el apoyo que recibía por parte de la reina Fénix por eso jamás se lo negaba, y más sabiendo que estaría fuera por mucho tiempo se creía débil de poder resistir estar alejado de la chica.

— Entonces iremos a una nueva aventura, juntos — Dijo él haciendo sonreír a la reina de fuego.

Pero su sonrisa se borró cuando sintió nuevamente aquel dolor en sus dedos, Caspian la observo con preocupación y el mismo pudo ver esas pequeñas líneas rojas que parecían venas de fuego.
La mujer no supo responder que era lo que estaba pasando con ella y eso la preocupaba aún más, el hombre la abrazo prometiendo que encontrarían el motivo y una cura si era necesario.

— Estaré contigo siempre — Dijo acariciando la mejilla de la chica.

Esas caricias lograron calmarla causando que sus ojos se cerrarán sintiendo la paz recorrer su alma. Pero de pronto sintió como sus labios eran presionados, tardo unos segundos al darse cuenta que Caspian la estaba besando, fue una gran sorpresa para ella pero la mejor y la cual no dudo en seguir.
Dejo que una de sus manos descansará en el hombro del muchacho y la otra acariciara la barba de este, por otro lado el rey la presionaba delicadamente por la cintura pegando su cuerpo más al suyo. Disfrutaban esa danza en las cuales sus bocas eran las protagonistas junto al amor, era algo que habían anhelado desde hace mucho tiempo y que finalmente sucedió pero en algo estaban de acuerdo, la espera valió la pena.