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Caspian la tomo inmediatamente entre sus brazos y vio su rostro para corroborar que no le había pasado nada malo, Fénix acaricio las mejillas del hombre sintiéndose a salvo nuevamente.

— Me volvía loco al no saber que harían contigo — Admitió el castaño abrazando a su amada —. Si alguien se atrevía a ponerte un dedo...

Fénix sonrió un poco luego lo beso de ese modo podría hacerlo callar y olvidarse que la situación pudo haberse salido de control. El hombre algo sorprendido por ese repentino gesto comenzó a seguir aquel beso aprovechando cualquier oportunidad.

— Lamento interrumpir majestades pero el barco está listo para zarpar — Dijo uno de los tripulantes.

El rey asintió con una sonrisa algo avergonzada y tomo la mano de su amada para sacarla de allí. En el camino los hermanos y el otro niño Eustace se les unieron para regresar al barco pero un ciudadano de aquella isla se acercó a los reyes pidiendo ayuda, quería navegar con ellos para encontrar a su esposa quien fue enviada como sacrificio en la bruma.

— Gael, prometo que traeré a mamá con nosotros nuevamente pero debes quedarte con tu tía y comportate — Dijo el nuevo tripulante despidiéndose de su niña quien intentaba ir con él mientras sollozaba.

Lucy y Fénix se vieron con tristeza pero era lo correcto tal vez un viaje como ese podría ser peligroso para una niña. Continuaron avanzando mientras recibían la alegría del pueblo que los despedía con aplausos y agradecimiento por haberlos liberado de esos ladrones.

— Majestad — Se acercó Lord Bern con una espada en sus manos —. Majestad, está me fue confiada por su padre la he ocultado en una cueva por muchos años.

— Es una antigua espada narniana — Menciono Edmund con admiración.

— Es de su era dorada, son siete fueron obsequios del mismo Aslan para proteger Narnia — Dijo el anciano —. Lo siete obtuvimos una pero ahora mi señor, es suya.

Las personas incluyendo a los otros narnianos veían expectantes ese momento, Caspian al recibir la espada oyó el apoyo de las personas que conservaban su alegría. Pero el castaño vio a Edmund quien había demostrado cierto interés en la espada por esa razón decidió que él la conservará y así poder tomar la mano de Fénix para regresar a los botes.

Los reyes, incluso Eustace se sintió más cómodo en estando en el barco claro fue por unos minutos hasta que logro sumergirse en su amargura nuevamente aislandose de los demás y quejándose mientras escribía en su diario. La reina de fuego intento cambiar eso acercándose al rubio con cierta curiosidad.

— Que escribes?

— Oh, yo, nada importante — Dijo nervioso haciendo un poco a la mujer.

— Sabes en un tiempo la escritura fue mi gran amiga — Confesó la castaña —. Lograba expresarme y desahogarme en vez que mis propias palabras salieran de mi boca.

— Así es, también puede ser un pasatiempo en tus momentos de aburrimiento — Admitió el muchacho haciendo sonreír a Fénix.

Tener una respuesta amable por parte del jovencito lo llevaba a un gran avance por esa razón buscaba cosas que pudiesen ser de su interés para no aburrirlo y pudo hacerlo hasta que Lucy salió del camarote más limpia, la reina de fuego se despidió del niño y se marchó para cambiarse de ropa.

Se vio en un espejo corroborando que no tuviese ninguna herida o moretón pero sus ojos fueron a parar en ellos mismos que emitieron aquel color naranja rojizo cuando sus poderes eran utilizados y sintió como el calor invadía su vientre por tan solo unos segundos, esos segundos bastaron que el corazón de la mujer palpitara rápidamente volver a sentir esa sensación le traía adrenalina y cierta felicidad pero no quería ilusionarse sabía lo que estaba ocurriendo con ella por esa razón solo sonrió.

— Gracias Aslan...— Susurro.

Alguien tocó la puerta llamando su atención, inmediatamente intento cubrir su abdomen descubierto logrando que la camisa se enredara y provocará que su vientre estuviese a la vista.

— Lo siento yo...— Dijo Caspian algo avergonzado.

— Tranquilo ya había terminado — Menciono la mujer.

Acomodando su atuendo más calmada al saber que era alguien de confianza y que no había visto nada más que su vientre. El castaño se acercó a ella con una sonrisa y la tomo de la cintura viéndose fijamente.
El hombre quería continuar resolviendo lo que sucedió en la isla antes de ser interrumpido, quería saber si su reina realmente se encontraba bien.

— Si te digo que me siento mejor ahora que estás tú, me creerías? — Ambos sonrieron.

— Por supuesto, me sucede lo mismo — Respondió el rey.

Rozó su nariz con la de Fénix dejando que sus cuerpos se estremecieran ante el contacto, le reina lo vio por unos segundos pero no pudo aguantar tenerlo tan cerca por esa razón lo beso quitando su deseo de besarlo. Caspian presiono su cuerpo con el suyo teniéndola aún más cerca llevando una de sus manos bajo su camisa sintiendo su piel que estaba a una temperatura cálida y agradable para él.
Fue un beso que poco a poco se volvía más apasionado, ni siquiera supieron como pero sus cuerpos fueron llevados hasta una esquina, la espalda de Fénix choco contra la pared haciendo que ambos se distanciaran para tomar el oxígeno perdido.

— Y tú, me creerías si te digo que eres lo más bello que mis ojos pudieron ver alguna vez?

Fénix sonrió mientras acariciaba la barba del hombre sintiéndose completa a su lado, el hombre beso la frente de su amada por unos segundos antes de invitarla a salir del camarote.
Allí Caspian fue con Edmund y Drinian mientras que la mujer veía el duelo que estaban llevando a cabo Eustace y Reepicheep, con una sonrisa calmo a su prima quien estaba algo preocupada pero todos sabían que el roedor era incapaz de hacerle daño aquel niño y más aún sabiendo que era pariente de los reyes de antaño. 

— Eleva un poco tu espada — Reepicheep ayudaba al rubio creando un buen combate.

Pero en ese momento Eustace hizo un movimiento que provocó su caída, su cuerpo choco contra los canastos que tenían provisiones pero en uno de ellos se oyó un grito agudo llamando la atención de los tripulantes y las dos reinas.

— Gael? — Pregunto Rhince, el nuevo tripulante.

Su hija se había ocultado en uno de los canastos para ir con su padre. La niña se aferró al hombre cuando noto que el capitán del barco se estaba acercando pero el hombre le entrego una naranja y le dio la bienvenida ala tripulación haciendo sonreír con orgullo a Fénix por su gente quienes eran humildes y generosos con los demás.

— No te preocupes cuidaremos de ella, por favor Lucy llévala al camarote — Ordeno la mujer recibiendo agradecimiento por parte de Rhince —. Tavros preparame una amaca con los demás, dejaré que ellas duerman en el camarote.

— Claro majestad — Dijo la criatura.

La reina de fuego junto con Lucy se encargaron de hacer sentir cómoda a Gael y que podía confiar en ellas por cualquier cosa que suceda o quiera decir. También como reinas prometieron que encontrarían a su madre cueste lo que cueste generando alivio por parte de la niña.

— No temas, nosotras siempre estaremos contigo — Dijo la reina valiente.

Gael no pudo evitar abrazar a las dos reinas al sentir su protección y calidez, Fénix sonrió y se prometió ella misma en cuidar de las menores sin importar dar su vida por ello ya que las dos jóvenes lograron llevarla a los recuerdos con la dulce Esme quien poseía una hermosa inocencia pero valentía al mismo tiempo como las dos chicas en ese momento.

𝐈 𝐒𝐄𝐄 𝐅𝐈𝐑𝐄 |𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora