𝐈 𝐒𝐄𝐄 𝐅𝐈𝐑𝐄 |𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧|

21

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Miraba las hermosas constelaciones que solo Narnia podía brindar, mientras que su cuerpo estaba recostado en el suelo. Sus manos estaban unidas y descansaban en su vientre que subía y bajaba en completa paz.

— Te dije alguna vez que tu belleza sobrepasa hasta estás constelaciones? — Sonrió al oír la voz de su prometido quien se recostó a su lado —. Cómo te encuentras?

Luego de lo ocurrido Fénix no había mencionado ni una palabra solo se limito en participar en conversaciones y permaneció observando el lugar que la llevaba a ese momento donde quiso lanzarse al fuego pensando que su poder podría regresar.

— Siento que mi alma está vacía — Confesó la mujer sin mirar a Caspian.

Caspian acaricio la mejilla de su amada llamando su atención para que lo viese a los ojos y luego de unos segundos en silencio decidió ayudarla.

— Recuerda que toda alma cansada será satisfecha y toda alma entristecida será saciada — Dijo el hombre —. Tu vacío será llenado cuando menos lo pienses, solo mantén la fe, aquella fe que es admirable de tí a pesar de estar en medio del proceso...recuerda, las tormentas no son eternas y cuando acaban saldrá la luz.

Fénix se acercó a él para que la abrazara y poder cerrar sus ojos con tranquilidad al saber que estaba protegida por un gran hombre valiente quien soporto todas sus tormentas incluyendo las suyas que no eran nada fáciles después de todo.
Reepicheep contaba una historia particular sobre un dragón para animar a Eustace ante su nueva forma pero el niño no fue el único quien lo oía sino los otros reyes y Gael, eran atrapados por su magnífica narración e imaginación lo cual el roedor se sintió halagado y no dudo en continuar para distraer a todos.

Después de unas horas todos estaban dormidos dejando que sus cuerpo descansarán para el viaje que aún los esperaba. La mayoría estaba impaciente al saber que sucedería y otros solo centraban sus mentes en esos estómagos que comenzaban a sentir hambre ante la decisión de los reyes y capitán del barco, reducir la comida hasta encontrar más provisiones pero al parecer eso se estaba volviendo complicado, en la isla donde descansaban solo habían encontrado volcánica y rogaban para encontrar nuevas tierras que sacie su hambre.

A la mañana siguiente cuando el sol a penas salió, la niña del grupo, Gael despertó antes que los demás llevándose una sorpresa. La estrella azul, estaba allí quieta esperando a que la siguieran como ordeno el mago Coriakin.

— Despierten todos! La estrella azul! — Dijo Lucy cuando fue avisada por su nueva amiguita.

Todos despertaron para comprender las palabras de la reina valiente, cuando vieron la estrella azul se alegraron pronto ese viaje sería cumplido y podrían regresar a casa todos.
Fénix sintió alivio y vio a su amado quien enseño una sonrisa pero luego cierta sorpresa causando preocupación en ella.

— Que ocurre?

— Tus ojos Fénix, volvieron a ponerse como el color del fuego — Dijo el castaño tomando a su amada del rostro.

La mujer no supo el porque de ese cambio repentino pero tuvo temor de hacer una locura como la de ayer por esa razón pidió a Caspian que la llevara al barco donde pudiese estar más segura.

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A pesar que emprendieron viaje nuevamente el viento soplaba muy poco casi nada evitando que su aventura se atrasara amargando a más de uno al saber que otro obstáculo se había puesto en su camino para no avanzar.

— Debemos pensar en algo — Dijo Edmund —. Ya no hay comida y estamos en medio de la nada.

Todo lo que decía era cierto, Drinian quería dar la vuelta ya que estaban a tiempo pero Caspian no al igual que los otros reyes y más aún al saber que tenían una misión por cumplir, no tenían las agallas para regresar con malas noticias todos confiaban en ellos.
Pero mientras discutían sobre las posibles consecuencias sobre ambas opciones el barco se movió bruscamente alarmando a todos, aún que se relajaron cuando escuchando los gritos de jubilo al ver que Eustace tomo con su cola la proa para llevar el alba y ayudar a los tripulantes a llegar a su destino.

— EUSTACE ERES UN GENIO!!! — Grito Edmund a su primo.

El niño tomo el control siguiendo a la estrella azul dejando que los tripulantes que estaban remando descansarán un poco.

Fénix fue con las dos jovencitas que hablaban sobre cierta belleza, la mujer oía con ternura esa conversación. Lucy pasaba por el proceso de su identidad como mujer, aquellos procesos dónde aprendía aceptarse tal como era sin querer ser como su hermana o como alguien más.

— Ambas son bellas, tienen corazones puros que no muchas poseen — Dijo Fénix uniéndose a la conversación —. Cada una tiene algo que las hace especial porque querer ser como alguien más cuando la flor más belleza desea ser como ustedes.

Ambas sonrieron con ligeros sonrojos ante el cumplido de la reina de fuego. Y continuaron de esa manera hablando sobre lo que cada una la podía llegar hacer especial hasta que Gael fue a ver a su padre y las dos mayores quedaron solas.
Lucy no pudo detener su lengua y pregunto que había pasado en aquella isla, su manera de huir y su silencio después de lo ocurrido.

— El mal se aprovechó de mi dolor y recordó lo que más me atormentaba dejándome oír la voz de Esme como si estuviese junto a mí — Dijo Fénix.

Menciono todo lo que recordaba hasta esa petición a Aslan, si era malo que la ayudará y si era bueno que dejara que su cuerpo tocará el fuego pero Caspian llego a tiempo para salvarla de una catástrofe.

— Se que este viaje podrá ayudarte — Dijo Lucy —. No sé cómo pero tengo fe en ello.

La mujer abrazo a su amiga agradeciendo su apoyo y amor que siempre le brindaba. Las dos amigas decidieron salir del camarote para distraerse pero al parecer tendrían otra aventura, Eustace los había llevado hasta la isla de Ramandu antes de lo previsto.

— Prepárate Lu porque algo grande nos espera — Dijo Fénix.

Lucy fue por Gael para anunciarle la buena noticia mientras que Fénix iba por Caspian, pero sus pasos se detuvieron cuando oyó un “no vayas” muy lejano dejándola algo confusa, aún así no pensó mucho en ello ya que los tripulantes estaban listos para ir hacia la isla.