𝐈 𝐒𝐄𝐄 𝐅𝐈𝐑𝐄 |𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧|

20

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Esa isla parecía completamente vacía pero aún así mantenían la fe que podrían encontrar comida y agua en aquel lugar. Todos expresaban ansiedad en llegar pero tenían calma para llegar seguros a la orilla.

— Reepicheep tu y los demás irán por provisiones, nosotros echaremos un vistazo alrededor — Menciono Caspian.

A medida que se acercaban podían oír con claridad las explosiones, eran conscientes que allí había un volcán y debían ser cuidadosos por si este decidía erupcionar. Fénix sentía como su brazos apreciaban el calor dejándola algo confusa y más aún cuando su pecho parecía tener una bola de fuego dentro.

Cuando llegaron a la orilla cada uno tomo el camino indicado, Fénix iba junto con Lucy detrás de los chicos mientras veía a su alrededor y colocaba toda su atención a las sensaciones que estaba procesando su cuerpo.

— Que habrá allí abajo?

Pudieron notar que alguien estuvo allí, una cuerda estaba amarrada a una roca para poder bajar a esa cueva.
El primero en bajar fue Edmund quien se aseguró que todo estuviese bien para que los demás pudiesen bajar, cuando lo confirmo Caspian bajo.

— Ten cuidado — Dijo Fénix a Lucy cuando está tomo la cuerda para bajar.

Pero la joven expreso sorpresa al ver los ojos de su amiga que habían cambiado y se habían vuelto como el color del fuego.

— Fénix tus ojos!

La mujer no sabía el porque del escándalo pero cuando oyó el color sintió confusión, en sus manos salían humo. Salió corriendo de allí ignorando por completo los llamados de la jovencita, iría a sumergir sus manos al agua pero su cuerpo comenzó a sentirse débil.
De pronto sus oídos oían voces a lo lejos.

— Esme? — Pregunto.

Pudo reconocer la voz de su ninfa quien la llamaba, como pudo comenzó a seguir la voz alejándose por completo de los demás y sería algo complicado regresar. Pero no se detuvo avanzó en busca de su fiel amiga hasta que sus pies no pudieron continuar, si daba un paso más podría caer en esa lava que se encontraba tranquila.

— Salta...— Susurraban —. Salta, así volverás a ser tú.

Vio las palmas de sus manos que dejaban ver una gran llamarada que se intensificaba con el despertar de la lava, parecían dos imanes que deseaban unirse tan pronto como fuese posible. Pero Fénix estaba en una gran duda, no sabía si saltar o alejarse, esa voz era Esme y jamás le haría ningún mal, aún así era consciente que otro fuego podría hacerle mal, por esa razón cerro sus ojos y dejo que su cuerpo estuviese relajado si era algo bueno Aslan lo permitiría sino la salvaría.
Su cuerpo parecía ser levemente empujado pero de pronto fue detenido bruscamente. Fue rodeada por los brazos de Caspian quien la había buscado cuando supo de lo ocurrido.

— Caspian...— Susurro.

Los ojos de Fénix volvían a su color normal y su cuerpo parecía ser liberado de una fuerza extraña que la había poseído para lanzarla. La mujer lo abrazo asustada con su respiración agitada y dio gracias que su amado llegara a tiempo para salvarla.
El castaño tuvo miedo de perderla por esa razón la saco de allí inmediatamente antes que la tentación pudiese con ella nuevamente.

Caspian le menciono que habían encontrado un manantial pero no pudo ver más ya que fue detrás de ella dejando solos a los hermanos pero al verlos con los demás y con una nueva espada de los siete estuvo tranquilo.

— Majestad solo hemos encontrado volcánica — Dijo Rhince enseñando el canasto de las provisiones.

Sabía que no era un lugar donde sacarían un gran provecho y ese fue uno de los motivos de ordenar regresar al barco, quería salir de allí antes que algo peor suceda.

— Y dónde está Eustace? — Pregunto Lucy.

— Al parecer no está aquí ayudando, como siempre — Respondió el roedor.

La chica comenzó a preocuparse y lo llamaba sin obtener respuesta alguna por esa razón su hermano decidió ir por él para que su hermana estuviese tranquila y pudiese regresar al barco donde estaría segura. Caspian fue con él sin antes pedirle a su amada que fuese con la reina valiente.

— Regresaré pronto — Dijo el castaño dándole un beso a su amada antes de marcharse.

Las dos reinas junto a los demás tripulantes subieron a los botes para regresar al navío y estar más seguras con los demás hombres. Lucy abrazaba a Fénix, estaba preocupada por ella y su primo, por dentro entendió lo que Coriakin quiso decir la tentación tenía la ventaja y se estaba aprovechando de ello en esos momentos.

— Y los reyes, mi señora? — Pregunto el Capitán.

— Están buscando a Eustace — Respondió Fénix.

En ese momento oyeron un sonido bastante peculiar dejando a los tripulantes, incluso a las chicas en silencio preguntándose si había sido el volcán pero Drinian supo que no lo era y cuando volvió a oír el mismo aviso nuevamente preparo a sus hombres para protegerse de lo que estaba por venir.

— Al parecer la isla nos desea dar una sorpresa antes de continuar con nuestro viaje — Dijo el hombre.

Todos vieron hacia la isla asombrandose por lo que sus ojos veían. Lucy grito lo más que podía advirtiendo a su hermano y amigo por lo que estaba allí, nada más y nada menos que un dragón.
Fénix se preocupo y se sintió inútil al no poder ayudar por eso pedía que nada malo sucediera, pero al parecer Aslan permitió que el rey justo fuese capturado por la bestia para que algo en ella se despertara.

— EDMUND!!! — Gritaron las dos chicas al ver que el dragón tenía al susodicho.

Fénix elevó su mano como intentando tomar al joven pero era evidente que eso no sucedería ya que estaba a una larga distancia, aún así tener esa reacción no fue en vano. Una llamarada pareció salir de su piel quemando la cola del dragón por unos segundos a los que provocaron la queja de este.

— Drinian llévanos a la orilla! — Ordeno la mujer.

El capitán insistió en que permanecieran en el barco pero ella no se quedaría de brazos cruzados por esa razón Drinian debió obedecer sin reproche alguno.

— Mira! — Dijo Lucy.

El dragón estaba con Caspian y Edmund quienes lo veían con asombro y confusión al mismo tiempo.
Cuando llegaron con ellos pudieron comprender todo, era Eustace quien había tomado el tesoro de un dragón.

— Todos saben que el tesoro de un dragón está encantado — Dijo el castaño pero recibió un resoplido por parte del niño —. Bueno, los que viven en Narnia.

Lucy se acercó a su primo para ayudarlo con ese brazalete que lo estaba lastimando.

— Lamento haberte quemado — Dijo Fénix algo apenada haciendo sonreír a la otra joven.

La noche estaba llegando pero no podían abordar a Eustace y era tarde para una solución por esa razón Caspian tomo la decisión de quedarse en la isla hasta mañana para saber cómo iban a continuar.

— Pero majestad puede ser peligroso, no tienen comida ni un lugar cálido — Dijo Rhince.

Ante ese comentario Eustace actuó lanzando fuego para crear una fogata haciendo sonreír a los presentes.