Capítulo 6

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¿Por qué de todos los agentes disponibles al final terminaba patrullando con Greco? No era un mal tipo, la gran mayoría de la malla confiaba en él y era un tipo amigable, además de un agente destacado (no por nada era comisario como él), pero no se sorprendió en absoluto cuando de una conversación normal se acabó hablando del mismo tema que siempre: Horacio.

-He visto que en los cuadrantes de las próximas semanas aparece el nombre de Horacio. ¿Feliz de tener a tu novio de regreso en el trabajo?

Volkov suspiró pesadamente, si algunos de sus compañeros habían hablado de su hipotética relación con Horacio cuando este había estado en prisión más de medio año. ¿Qué sucedería ahora que estarían ambos en comisaria? –No es mi novio y dadas las bajas que ha sufrido el cuerpo policial, sí, está bien tener de regreso a agentes formados.

-Oh, vamos, no te pongas así. – Si Greco no hubiera estado conduciendo en ese preciso instante, seguramente habría gesticulado de algún modo u otro. – No trates al pobre muchacho como si fuera un número más.

-Es estúpido que insistan siempre en el mismo tema cuando el amor es solamente una debilidad, ¿Son conscientes que en el cuerpo siempre tenemos una pistola apuntando a nuestras cabezas que puede ser disparada de un momento a otro?

Greco quiso girar la cabeza para mirar fijamente a Volkov, pero no lo hizo por estar conduciendo. Para ser un tipo frío como el hielo, también era agresivo y dramático cuando le convenía. – Pues motivo de más para no vivir una vida de mierda sin experiencias. – Una mano en el volante, la otra hizo un gesto que Volkov no supo interpretar. – Y te equivocas, el amor no es una debilidad sino que te puede aportar fuerza que de otro modo no podrías conseguir. Recuérdalo.

El ruso ya había entrado en una completa negativa y sin ninguna intención de hablar más, cortó el tema de raíz. El silencio que inundó el patrulla fue bastante incómodo y ninguno de ellos decidió encender la radio para mitigar esa situación aunque Volkov, por su parte, estaba acostumbrado a ello.

Para suerte o desgracia, depende del punto de vista por el que se viese, les avisaron para dirigirse a un atraco, pero una vez en el badulaque todo sucedió muy deprisa: Fueron los primeros en llegar y un segundo patrulla apareció al cabo de unos minutos. A partir de ahí la necesidad de sangre de los atracadores se hizo patente; las negociaciones se rompieron enseguida, la gran mayoría de rehenes pagó con su vida y solo uno fue capaz de huir corriendo de la situación. Volkov no es capaz de recordar mucho más, pues al tratar de esconderse tras el vehículo policial, un tirador escondido en el edificio de enfrente tuvo la suficiente precisión como para dispararle la pierna.

No era un punto vital, pero al extenderse temporalmente el tiroteo también sufrió una pérdida de sangre considerable que le hizo perder la consciencia. A continuación su memoria solo son un conjunto de fragmentos: Recuerda el dolor de ser transportado en una camilla y también recuerda llegar a urgencias, donde le colocaron una mascarilla para respirar mejor y tener fuerza durante unos instantes para abrir los ojos. Al parecer el médico que le iba a extraer la bala de la pierna era aquel hombre con un tatuaje en la cara al que Horacio le parecían bonitos sus ojos. Volkov perdió la consciencia pensando que los ojos de Horacio eran más bonitos que aquellos.


[...]


Cuando volvió a recobrar la consciencia ya había salido del quirófano y seguía bastante aturdido por la anestesia general. Al parecer Greco había estado esperando todo ese tiempo, pues él había salido ileso del tiroteo y fue quien había llamado a los paramédicos. Recuerda que le comentó un resumen de lo sucedido, pero con el paso de las horas y los químicos en su cuerpo, esos detalles se perdieron.

Más de lo que conoces (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora