Capítulo 18

6.4K 638 149
                                    

Volkov regresó a su hogar tras el incidente y estuvo unos días más descansando en casa. No hay mucho que remarcar de esos días pues no salió más que para lo necesario, vio mucho anime y habló con Horacio por teléfono cuando el chico estaba fuera del trabajo. Horacio mencionó después de la vez que le lloró que intentaría mantenerse con una mejor actitud cuando le llamase y así fue, le aliviaba no escuchar a Horacio rompiéndose, pero desde esa vez que Volkov se había quedado preocupado.

Una vez que se reincorporó al trabajo, sintió que el ambiente no era el mismo que cuando había estado trabajando allí semanas atrás. Ciertamente el cuerpo policial estaba lleno de inútiles y de agentes que parecía que estuvieran en el recreo por la de estupideces que les podías ver hacer en los pasillos, pero ahora todo era más lúgubre y desanimado. Algo que probablemente hubiera agradado a Volkov si se hubiera dado de forma natural y no con aquel contraste tan abismal que indicaba que algo andaba mal.

No había que ser un lince para enlazar la idea del mal ambiente con algún problema mayor e, indagando un poco, Volkov descubrió que su secuestro no había sido un incidente aislado, aunque sí fue probablemente el más grave. Al parecer, estaban atacando a los policías más novatos del cuerpo como un acto premeditado y a mala fe; acto que había creado molestia a los agentes con más experiencia y temor a los más novatos, incluso algunos pidieron salir del cuerpo por miedo a represalias contra ellos.

Técnicamente no les podían impedir su marcha si aquello era lo que habían decidido, pero el superintendente estaba más que irritado por aquel comportamiento de los novatos, alegando que "el peligro forma parte de la vida que se aceptó al entrar en el cuerpo". Volkov comprendía aquel punto, pero los novatos tenían miedo por los ataques con un mensaje que todavía, era poco definido. De nada ayudaba que antes de su incorporación tuvieran la noticia reciente de tantos agentes caídos, por mucho que los mayores intentasen transmitir el mensaje de que les protegerían: Era obvio que no podían garantizarlo.

Sabiendo que existían un grupo de maleantes que todavía no eran capaces de delimitar muy bien quienes eran y que, estaban yendo a por los novatos para llamar la atención de los altos cargos en comisaría y dar un mensaje que no estaba definido; era difícil saber cómo proceder. Así que como el superintendente no había mandado ninguna pauta en específico de hacer las cosas de distinta forma, Volkov simplemente acabó trabajando con normalidad.




Volvía a estar en aquel mundo de infinito vacío en el cual el único detalle que destacaba es que absolutamente todo era de color blanco. No era la primera vez que su mente le trasladaba a un mundo irreal en sueños y, probablemente, no sería la última que sucediera: ¿Cuál era el gran problema de soñar? Por muy irreal que fuera, uno nunca sabía que estaba inmerso en un sueño hasta que despertaba.

Era por ese motivo que no importaba lo irreal que fuese, la de detalles que alertaban que aquello era un sueño: Nno era capaz de anticiparse a esa situación. La presencia de su hermano menor debería alarmarle, sobretodo porque parecía que el tiempo no hubiera hecho mella en la presencia de Alex, quien no había envejecido ni un día y seguía siendo un infante, cuando a día de hoy debía ser un adulto como él: Pero a diferencia de Viktor, Alex estaba muerto.

-No me pudiste salvar.

Viktor parpadeó, su corazón palpitaba con fuerza y no encontraba las palabras adecuadas para responder. – L-lo lamento...

Los dos se encontraban uno en frente del otro, Alex mirándole fijamente y Viktor apartando la mirada sin ser capaz de afrontar la situación. Quería llorar, pero por mucho que aquella escena no era real, continuaba existiendo aquel orgullo de hermano mayor que le provocaba no romperse en mil pedazos delante de su hermano menor. Alex continuó con su discurso.

Más de lo que conoces (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora