Capítulo 15

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En aquel día indicado, Daniel Williams se graduaba de la escuela de subinspectores. La graduación tenía una carga emocional muy importante para aquellos futuros policías, porque era un día donde se ponía fin a su trayectoria educativa y todos aquellos hombres y mujeres podrían en cuestión de días, poner en práctica todo lo aprendido. También era un día muy importante porque era un día de compartir con familiares y amigos aquellos logros que habían conseguido. Sin embargo, si había algo en lo que Daniel Williams y Horacio Pérez coincidían es que no tenían familia de sangre como tal; por eso a su graduación acudirían el superintendente y Volkov.

El superintendente no solía ir a los típicos actos de "bien quedismo", así que en cierta manera sorprendía a Volkov que su superior hubiera accedido a ir; pero después de todo, aquel hombre malhumorado había acogido a Horacio en su propio hogar cuando no tenía donde ir, así que por muy "capullo" que le llamase, suponía que Conway apreciaba a su manera al muchacho.

Y a pesar de que Volkov sabía que Conway conocía bastante de su relación con Horacio, seguía sintiéndose avergonzado porque con un hecho como acudir a esa graduación se hiciera patente de manera pública; aunque la gente solo fuera a ver al comisario como un simple perro que acompañaba al superintendente a todas partes. La cuestión que importaba es que él mismo sabía porque estaba yendo allí ese día y la sensación de que todo se estaba volviendo mucho más serio entre ellos también le asustaba: Nunca había tenido algo así.

-Así que os lo pasasteis bien el otro día, eh, cabroncete.

-No veo la necesidad de sacar este tema de conversación otra vez. – Volkov desvió la mirada, mirando cualquier cosa irrelevante por la ventanilla del coche mientras Conway conducía con una sonrisa que delataba que estaba dispuesto a conversar de temas humillantes.

-Se me olvidó preguntarte si querías una copia de vuestra película porno casera, nunca se sabe...

-Ya me disculpé por mi negligencia, deje de restregármelo por la cara. – Sería un recuerdo vergonzoso durante toda su vida, porque sí, Volkov había tenido la perspicacia suficiente como para anular los micrófonos de Putin la última vez que había visto a Horacio, pero al mismo tiempo había sido imbécil y había dejado las cámaras activadas. No le gusta asumirlo, pero había estado demasiado caliente como para que su cerebro fuera funcional. Al parecer el superintendente lo había solucionado antes de que ocurriese nada, pero no dejaba de ser terriblemente vergonzoso. – Así que deseche la prueba definitivamente y no me saque más el tema, por favor.

Obviamente Conway no dejó el tema en paz y Volkov realmente tenía ganas de abrir la puerta del vehículo para tirarse aunque estuviera en marcha, probablemente no lo hizo porque estaban de camino a ver a Horacio en un día considerado especial.

La academia estaba repleta de familiares y amigos emocionados por los logros de los que en ese día recibirían un ascenso por el que habían trabajado muy duro. Debido a la cantidad de gente que se reunió allí y que los estudiantes estaban ocupados con el acto en sí, no es como si pudieran acercarse a conversar de forma natural con Horacio... O en este caso Daniel, pero sin duda el muchacho supo que ellos estaban ahí, y es que la gente cuchicheó acerca de la presencia del superintendente.

Horacio pareció feliz cuando le llamaron por su falso apellido e hizo acto de presencia en el escenario, siendo felicitado por los profesores de la academia y luego recibiendo una gran acogida por sus compañeros. Volkov sonrió genuinamente, Horacio era capaz de contagiarle su alegría a pesar de no estar hablando con él directamente.




El cuerpo de policía contaba con numerosos informantes e individuos externos que se atrevían a infiltrarse a cambio de estar en el lado de la justicia y, por supuesto, a cambio de una cantidad decente de dinero. Si bien la gran cantidad de informantes estaban formados de rufianes que deseaban reducir sus multas o condenas, también había un número de informantes que estaban compuestos por individuos que por alguna razón u otra habían pertenecido al cuerpo policial y ahora eran meros civiles.

Más de lo que conoces (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora