Se quedó helada y parecía perturbada. No se esperaba para nada esa pregunta, ni menos que yo me hubiese dado cuenta. Se sonrojó de forma que nunca antes había visto. Tragó lentamente el sorbo de bebida en su boca y suspiró ampliamente cuando volvió a dejar la copa en el escritorio.
—Yo...—Bufó, y un mechón de cabello se levantó y revoloteó en su frente. Frunció el ceño—. Eso no te importa.
—¡Aja! Entonces lo admites —dije levantando las cejas.
—No admito nada —replicó exhalando fuerte. Comenzó a echarse aire con un libro, y yo solté una carcajada por lo nerviosa que se puso.
—Mads —la llamé con voz fuerte. Se sobresaltó.
—Uffff, Valentín. Es solo que... solo queríamos saber qué hacías. Hicimos una apuesta. Creí que eras un fotógrafo... Ari dijo que eras un escritor. Ella ganó —gruñó—. Por eso te miraba...te mirábamos. Nada más.
—¿Nada más? —pregunté entornando los ojos, como si la hubiese pillado en algo.
Creo que es suficiente vino.
—Solo eso.
—Entonces todo el tiempo que me observabas te preguntabas qué hacía yo...—dije como si no le creyese nada.
—Estábamos aburridas, no pasa mucho en la cafetería. No eras el único al que mirábamos —agregó burlescamente.
—¿y perdiste la apuesta? ¿qué tienes qué hacer?
Abrió la boca y se quedó así, como si no supiera qué decir a continuación.
—Tengo que organizar una fiesta...y...—habló tan bajito que no alcancé a escuchar lo último. Bebió unos sorbos más.
—¿Y...qué?
—Que tengo que invitarte a ti y a un amigo tuyo —respondió echando la cabeza hacia atrás, esquivando completamente mi mirada. Me quedé en silencio para que volviera a levantar la cabeza, hasta que lo hizo—, ¿por qué no me dices nada? —murmuró entre risas.
—Estoy esperando que me invites —repliqué con obviedad. Resopló e inclinó su copa hacia la cámara con una mirada cautivadora.
—Estás oficialmente invitado a una súper fiesta que voy a organizar. Tú y un amigo, ¿quieres venir? —Y como pensándolo mejor, agregó—: Será pronto el cumpleaños de Ari.
—Obvio que iré. Tengo un amigo soltero, se llama Félix. Iré con él —dije meneando las cejas.
—¿Y qué importa si está soltero? —replicó encogiéndose de hombros. Se inclinó en el escritorio acercándose a la cámara y se lamió el borde del labio haciendo que mis pensamientos se mezclaran en mi mente—, ¿es guapo?
Tú eres guapa.
¿En qué me metí?
—No más que yo —respondí. Asintió, como si no lo dudara—. ¿Hay algo más que me quieras preguntar?
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El amor se escribe por capítulos - [Terminada]
JugendliteraturMaddie está atrapada en una vida que no la emociona. Se tomó un año sabático para descubrir qué quiere hacer; tiene un trabajo a tiempo completo en una cafetería, y un novio que parece tener cada vez menos interés en ella. Sin embargo, cuando un chi...