8. Las reglas del juego

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Ari se sentó de golpe

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Ari se sentó de golpe. Se quedó observándome con la boca abierta y parpadeó rápidamente esperando mi respuesta.

—Maddy, ¡reacciona! ¿De qué estás hablando?

—Ari, la cagué —murmuré haciendo un puchero. Cerró la boca de golpe, esperando a que yo continuara—. Ayer encontré un celular en la cafetería... era... de Valentin. —Le hice un gesto para que no dijera nada—. Anoche cuando me quedé sola en la habitación de la fiesta, conocí a un chico.

—¿Ya...? ¿y eso qué tiene que ver con Valentin?

—Espera... déjame contarte. —Me llevé la mano al pecho y comencé a respirar pausadamente.

—¡Maddie!

—No me sé el nombre de Edward —murmuré más para mí que para ella. Ari rodó los ojos. Sacudí la cabeza para ordenar mis pensamientos—. El punto es que llegamos a una fiesta y adivina a quien nos encontramos.

—¿A Valentin?

—No —gruñí—. A Santiago.

—¿El mismo Santiago que no quiso verte? ¿y con quien estaba allí?

—Con una chica —dije tan bajito que creí que Ari no había oído.

—Hijo de la... basura. —Dio un golpe en la cama—. Dime que terminaste con él.

—Sí. —Hice un puchero—. Aunque pareció no importarle. —Comencé a sollozar y Ari me abrazó.

—¿Y luego qué hiciste?

—Luego me vine para acá... y tenías razón... Valentin es escritor. —Se quedó esperando a que continuara, sabía que eso no era todo—. ¿Sabes qué hice?

Arrugó la cara, esperando una tragedia salir de mi boca. Las dos solíamos ser dramáticas y exageradas para nuestras cosas.

—¿Le enviaste una foto de tus bragas? ¿te declaraste? ¿le dijiste que lo querías aquí y ahora? —Dio un pequeño salto de emoción—. ¡Le dijiste que extrañabas verlo en la cafetería! —Bajó la voz, e imitó mi voz—. Valentin, nada es lo mismo desde que te fuiste.

—¡Ari! ¡Nooo! Aunque eso habría sido mejor...

—¿Qué? Me estás asustando. Dime qué hiciste.

—Yo... —No me sentía capaz de decir en voz alta lo que había hecho. Me daba mucha vergüenza, así que cogí el celular, abrí la aplicación y se lo mostré—. Esta es una aplicación donde lo escritores suben sus novelas... Esta es la cuenta de Valentin. ¿Ves ese libro? Lo publiqué ayer —murmuré impresionada de mí misma. Ari tenía esa expresión de no entender nada—. Valentín escribió el primer capítulo... y yo el segundo. Es decir...

—Oh my god, Maddie. ¿Publicaste el libro de Valentin sin su autorización? ¿Y además añadiste de tu cosecha?

Asentí. Trasladó la mano que estaba sobre su rodilla hasta su frente, y se la frotó de un lado a otro sin emitir ninguna palabra mientras leía. Cuando terminó, asintió con la cabeza como si estuviese orgullosa y a la vez asustada.

El amor se escribe por capítulos - [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora