Hermione ¿Greengrass?

3 ; Secretos de familia.

Los chicos se acomodaron alrededor de la cama de Hermione para hablar, el primero en tomar la palabra fue Alex.

—Hermione, nuestra familia posee varias cámaras en Gringotts, propiedades y empresas por todo el mundo. Nuestro linaje se ha mantenido puro desde siempre y es tan antiguo y noble como el de los Black, o los Malfoy, por lo tanto debo deducir que tu ya tienes una idea de en qué posición nos encontramos.

La chica se estremeció por completo, sabía la respuesta. Entendiéndolo, el joven continuó:

—Permítenos explicarte nuestra situación —habló Daphne, con voz serena.

Hermione asintió.

—Como ya te mencionó Alex, nuestra familia es una de las más antiguas, y por lo tanto, poderosas, por lo que... Quien Tú Sabes invitó a nuestros padres a unirse a sus filas cuando él volvió. La primer vez le apoyaron con firmeza, repudiaban a los muggles. Pero la segunda vez todo fue distinto. Él regreso más poderoso y peligroso que nunca —dijo Astoria quien luego fue interrumpida por Alex.

—Nuestros padres al principio se encontraban dudosos, pero cuando presenciaron la tortura de una familia entera que se había negado a unirse, muy a su pesar se unieron a los mortífagos —finalizó.

—Ahora nuestra familia debe guardar las apariencias, ya que nuestro padre junto a Lucius Malfoy, son su mano derecha. Por lo que nosotros debemos comportarnos como unos dignos hijos de mortífagos... —dijo Daphne con pesadez.

—Fríos, calculadores, astutos, y sobre todo, no debemos demostrar nuestros sentimientos. Mucho menos débiles o cálidos frente al señor tenebroso.

—Como los Slytherins —masculló Hermione.

—Así es, nosotros te enseñaremos a comportarte como una, porque debemos seguir las apariencias. En casa podemos ser una verdadera familia... pero fuera, lamentablemente debemos mostrarnos fríos y hostiles con los demás —comentó Alex—. Sobretodo con los sangre sucia.

—¿Podrías no usar ese adjetivo? —inquirió molesta.

Alexandré sonrió.

—Lo lamento, Hermione. Es una palabra a la que deberás acostumbrarte por aquí —suspiró.

Rodó los ojos.

—¿Seré sorteada de nuevo? —era algo que realmente quería preguntar desde hace un rato.

Los chicos se miraron nerviosos.

—Sí, es lo más probable. A Quien Tú Sabes no le agradará que una de las hijas de su mas fiel vasallo sea una Gryffindor —contestó el mayor.

—Parece que no tengo opción —masculló irritada.

Los jóvenes le sonrieron.

—Slytherin es una gran casa, ya los conocerás a todos. Te van a agradar —Hermione soltó una carcajada ante eso.

—Sí, claro —hizo una pausa antes de hacer una pregunta bastante seria—. ¿Ustedes ya fueron marcados?

—No, aún no, pero... —los tres se mostraban impasibles—. Nos convertirán en este curso.

La bruja castaña sintió miedo. Y eso era extraño en ella, tenía un mal presentimiento.

—Hermione, cuando Vold... Cuando él se enteró quien era la hija perdida de mis padres, la reclamó. Te reclamó Hermione. Él sabe la poderosa bruja que eres y te quiere a ti más que a cualquiera de nosotros en sus filas, porque sabe que has sido amiga de Potter por años, y supone que tú sabes muchas cosas que le serían de utilidad —finalizó con un deje de tristeza, Astoria.

—¡Pero yo no traicionaré a Harry! —soltó.

—No es cuestión de amistades, es que si no hacemos esto, el es capaz de aniquilar a toda nuestra familia.

Hermione suspiró resignada, ¿por qué se había metido en ese lío?

—La próxima semana se hará un baile en tu honor, para presentarte en sociedad, debo mencionarte que solamente asistirán las familias más poderosas del mundo mágico, por lo tanto... —suspiró Astoria– La mayoría mortífagos.

Hermione P. O. V.

Aquello no era tan malo, me presentarían en sociedad con sus "amigos" mortífagos, pero es peor traicionar a tu mejor amigo.

—Igual no puedo evitarlo.

—Otra cosa —dijo Alex sumamente serio—. Debes alejarte de tus amigos. Los Weasley, Potter, todos tus amigos Gryffindor.

—Sí, lo supuse —respondí molesta.

Los chicos me miraron con cierta pena.

—También tienes que hacer amistad con, personas de nuestra clase. De nuestro nivel —dijo Daphne.

Bien, eso también lo suponía.

—Ya que te cambiarán de casa, y lo más seguro es que irás a Slytherin, tu amistad solo puedes brindárnosla a nosotros —lo miré confundida.

—Ellos me detestan.

—Créeme que muchos padres mortífagos querrán que sus hijos sean amigos tuyos. Serán obligados a aceptarte y darte el lugar que mereces.

—Esperemos que así sea —dije con desdén.

Después de un rato de mas charlas, mis hermanos me ordenaron que me pusiera de pie, y caminara como lo suelo hacer normalmente. Los miraba por el rabillo del ojo, y los tres, con los brazos cruzados, negaban con la cabeza.

—Siempre camina erguida, nunca te encorves. Te hace perder la elegancia y disminuye tu estatura —dijo seria Daphne.

Seguí caminando un poco mas, ahora interrumpida por Astoria.

—Tienes un buen porte, has aprendido rápido, pero... —levantó las manos dramática— ¡Tu mirada! ¡Por Merlín! Nunca inclines la cabeza, siempre mira a todos por encima del hombro.

—Mirada siempre al frente —confirmó Alex —. Debes mirar a los demás como si en cada uno hubiera un defecto, míralos como si fueran inferiores —lo miré irritada—. Te entiendo, al principio es difícil, pero luego te acostumbras. Si no pregúntaselo a Draco —dijo riendo.

¿Qué pensará Malfoy cuando se entere que mi sangre es tan pura como la suya?

Un par de horas después dieron por terminada la "clase del día" y todos se despidieron de mí, dejándome sola en la amplia alcoba que me había estado esperando por años.

—Hermione, Daphne te prestará algo de su ropa, porque mañana pasaremos fuera todo el día —Astoria lucía emocionada.

—Has aprendido las reglas de etiqueta y modales de una Greengrass, pero tu cambio estético hará que te veas como una  auténtica —finalizó mi melliza.

La idea no me agradaba. Como la mayoría de las cosas ahí.