Hermione ¿Greengrass?

23 ; Tortura imperdonable

Todos los mortífagos estaban en la incesante búsqueda de Harry Potter.

Algunos más que otros, enfrascándose ellos mismos en aventuras para encontrar a aquel joven que su señor queria ante él.

Todo aquello era ignorado por el Elegido, sabía que lo buscaban, más no sabía que las órdenes estrictas de Voldemort eran capturarle.

Se encontraba buscando los Horrocruxes que le faltaban de destruir, iba, junto a Ronald Weasley y Ginevra; quien estaba la mar de feliz por haberse desecho -como ella decía- de una vil mortífaga que no merecía vivir, como ella llamaba a Astoria.

Todo cargo se le había absuelto gracias a que Arthur había contactado alguna amistad del Ministerio, pidiendo ayuda por su hija; ya que, como era obvio, no podía pagar un soborno.

A la chica se le otorgó el perdón, alegando que el homicidio había sido en defensa propia, y no hubo más investigaciones.

Por otra parte, las parejas Slytherins se encontraban bien. Blaise y Pansy, finalmente habían hecho oficial su noviazgo, aceptando cada uno sus sentimientos. Antonin y Daphne seguían siendo novios, con futuros planes de compromiso, que aún eran vistos, muy a futuro. Victoria y Alex se encontraban en un momento muy lindo de noviazgo, ambos se amaban, y era lo que importaba; aunque el mundo se derrumbara. Draco y Hermione también estaban felices -en lo que cabía, por supuesto- ambos se tenían el uno al otro, y sabían que aunque todo estuviera mal en este momento, las cosas mejorarían, y de nuevo, saldrían adelante juntos.

Mientras tanto, Theo aún estaba invadido por la tristeza de la pérdida de su querida Astoria, sabía muy bien que en algún momento debía dejarla partir finalmente, y comenzar de nuevo; pero ese, aún no era el momento.

Andrew Lestrange se encontraba ensimismado solamente en misiones y en alguna que otra conquista de una noche, nada que fuese serio, ya que ninguna era como Hermione, la chica que al principio creyó amar, pero solamente era el modelo de chica que quería para él. Aún así, le guardaba mucho cariño a la novia de su primo.

En Hogwarts las cosas no iban muy bien, pues los Carrow habían tomado parte en el Colegio, al igual que a Snape se le había otorgado el puesto de director. Las reglas eran estrictas, y los castigos dolorosos.

Los chicos de Slytherin mortífagos, se habían enterado de que los hermanos Carrow, hacían practicar imperdonables con alumnos de primero. Aquello les incomodó un poco, pero sabían que eso era nada, en comparación a lo que había dedicado para los que se opusieran a Voldemort.

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Era un primero de agosto por la tarde, los Malfoy, los Lestrange, los Greengrass y los Nott, se encontraban en la elegante sala de estar de la Mansión Malfoy.

Se habían reunido a tomar el té, y a charlar sobre cómo podrían hacer para capturar a Potter.

-Creo que deberíamos buscarlo nosotros mismos, tal vez haciendo grupos mixtos de jóvenes y adultos, y buscarlo donde sea... -comentó Rodolphus.

-No creo que eso sea buena idea, nuestros hijos correrán riesgos, y ya han pasado por bastantes cosas últimamente. -dijo la señora Nott, tomando un sorbo de té.

-Apoyo lo que dice Eleanor, ellos ya han sufrido pérdidas por esta maldita guerra. -respondió Bella, mientras ponía dos terrones de azúcar en su bebida.

-Madre, no somos unos niños, podemos buscar a Potter por nuestra cuenta. -interrumpió el joven Antonin, quien se encontraba de pie, junto a Daphne.

-Sí, Bella. Nosotros mismos podemos ir en su búsqueda, será mejor. -habló Hermione por primera vez, ella se encontraba sentada junto a Draco.