Hermione ¿Greengrass?

6 ; Futuros mortífagos

NOTA DE LA AUTORA

Volví después de mucho tiempo, años en realidad. La idea inicial era editar toda la historia (que terminé por allá del 2015 y que escribí teniendo 14-15 años jaja), habían -y hay- muchas cosas que hoy a mis 22 años leo y digo ¿wtf? Pero bueno supongo que ese es el punto de crecer.

Tengo algunos puntos que quisiera destacar:

• No se la tomen muy en serio (H¿G?), era apenas una puberta en aquellos tiempos y acababa de entrar en el Dramione. Me hubiera encantado seguirla editando pero estoy en la escuela de Medicina,  a un año de graduarme, y creo que hoy en día mis prioridades han cambiado.

Amo y amaré el Dramione de por vida, pero creo que este es un capítulo en mi historia que debo cerrar (a esta novela, me refiero).

• La re-subo porque muchas personas me lo han pedido y creo que es injusto de mi parte tenerla guardada tanto tiempo, después de que muchos  entraron a este mundo del Dramione por ella.

Por favor y mas importante: Absténganse de comentarios negativos (no quiero verme en la obligación de retirarla de nuevo), conozco mis errores, pero repito, era una niña.

Sin más que decir:

¡Que la disfruten! Y: LEAN BAJO SU PROPIO RIESGO.

Con amor, siempre:
—Dramiones.

P.D. Nos vemos en mi nuevo fanfic (Dramione, claro). Trama oscura y llena de cosas picantes. Nada de amor de un día para otro como mis antiguas historias jiji. Estaré publicándolo en estos días.

Les amo, bai.

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El viento le golpeaba el rostro y sentía la velocidad a la que volaba en su cuerpo. Su vista se dirigió hacia el suelo, volaba a bastantes metros de altura y desde la distancia lograba distinguir los amplios jardines de la mansión que habían habitado los Malfoy por generaciones.

Disfrutaba sus últimos días como adolescente... dentro de poco, sus días enfocados en molestar a Harry Potter y al Trío Dorado estaban por quedar atrás. Era solo un muchacho de dieciséis años, pero los últimos acontecimientos en el Ministerio de Magia hicieron de conocimiento público el regreso del Señor Tenebroso... y se esperaba mucho de él. 

Decidió que era hora de bajar. La brillante luna de julio estaba en su máximo esplendor en la cúspide del cielo, esa noche engalanada con millares de estrellas que brindaban un espectáculo hermoso. Nunca fue un tipo que amaba la naturaleza, pero era imposible no mirar sobre él en ese momento.

Lanzó su Saeta de Fuego en la entrada de la mansión, consciente de que alguno de los elfos iría a recogerla en breve. Recibió una mirada reprobatoria de su madre, sentada en la sala de estar leyendo un antiguo ejemplar.

—Te perdiste la cena, Draco —le recriminó—. Tu padre tenía algo importante que comunicarte, está esperándote en su despacho.

—Lo lamentó madre. Iré en breve —se disculpó.

Caminó hacia el sitio en que Lucius lo esperaba, consiente de que no era buena idea hacerlo esperar. Odiaba las demoras y seguro se pondría de mal humor por no estar presente en la cena para darle el anuncio. Antes de entrar ordenó a los elfos que le llevasen la cena a su alcoba... estaba muerto de hambre pero las horas se le habían pasado sin darse cuenta.