Hermione ¿Greengrass?

12 ; Guerra declarada

La hora del baile había llegado, y un atractivo rubio esperaba al pie de las escaleras de su sala común a su pareja de baile.

Al ver que una rubia asomaba el rostro con una gran sonrisa, inmediatamente al chico se le ilumino la mirada al observarla tan preciosa.

-Buenas noches. -dijo el rubio besando la mejilla de la chica de ojos castaños. -Hoy estas mas hermosa que nunca. -le dijo susurrándole al oído.

Y no era para menos el halago de Draco, ya que Hermione esa noche se veía despampanante e increíblemente bella.

Llevaba un vestido en color negro, con los hombros descubiertos y escote en forma de corazón, con las mangas un poco más allá de los codos. Ajustado hasta la cintura con un listón negro, y luego cayendo de frente hasta la mitad de los muslos, y por detrás, la cola del vestido llegaba hasta el suelo. El vestido tenía debajo, tela de seda negra para evitar que se transparentara, debido a que el bordado era de encaje fino y hermoso. Los zapatos, eran unos tacones negros de plataforma, muy hermosos. (N. A. Al inicio del capitulo). Como accesorios, llevaba un juego de joyería que su madre le había enviado para el baile, consistía en un hermoso y carísimo collar de rubíes, junto a unos pequeños pendientes y un anillo que le daban un toque aun mas sofisticado al atuendo de la rubia. Su cabello rubio lo llevaba suelto y completamente lacio hasta la cintura. El maquillaje, bastante sofisticado y perfecto. Sus labios estaban de un color rojo carmesí, lo que los hacía más atractivos a la vista de Draco, lo cual le provocaba unas irresistibles ganas de besarla hasta dejarla sin aliento.

-Gracias Draco. Tu también estas guapísimo. -dijo mientras besaba su mejilla.

El chico vestía un impecable traje negro, junto a la camisa y zapatos del mismo color. No llevaba corbata, si no que, tenía desabotonados los primeros dos botones de la camisa, lo cual dejaba a la vista su pálido torso, dándole un aire bastante atractivo. Su cabello nunca lo volvió a llevar como en los primeros años, ahora lo llevaba un poco alborotado, lo cual, al contrario de verse mal, lo hacía ver sexy.

-Gracias, yo siempre estoy guapo. -sonrío con arrogancia. -Pero tu estas deslumbrante. -dijo mirándola de arriba a abajo, lo cual provocó que las mejillas de Hermione se volvieran ligeramente rosas. -Quiero besarte. -dijo haciendo un puchero de niño pequeño.

Hermione sonrió, y le dio un beso ligero, apenas un roce de labios.

El chico gruño ante tan leve beso.

-Hermione... -dijo medio molesto.

-Ya, estamos en la sala común. Nos pueden ver. -dijo susurrando.

De pronto un sonido hizo que se separaran.

Andrew bajaba de las escaleras con una gran sonrisa, la cual se desvaneció al ver a Draco con quien consideraba "su próxima conquista".

El chico llevaba un traje en color negro, pero con camisa blanca y corbata negra. A decir verdad se veía guapísimo a los ojos de cualquier chica, pero no para Hermione, quien sólo tenía ojos para el rubio de ojos grises.

-Buenas noches preciosa. -dijo besando la mano de Hermione, al momento que Draco rodaba los ojos molesto. -Debo decir que te ves... -dijo mirándola de arriba abajo, lo cual pronto que el rubio lo observara con odio mientras apretaba los puños con ira. -Bellísima.

-Gracias Andrew. -dijo ella con una dulce sonrisa.

-Hola Lestrange. -dijo Draco llamándolo por su apellido, lo cual nunca hacia, pero al sentirse tan molesto prefirió llamarle así.

-Hola primo. -sonrío con falsedad. -No te había visto. -dijo disculpándose.

-Si claro. -contestó sarcástico.