Cuando mis pestañas se despegaron y abrí los ojos la oscuridad me rodeaba y la débil luz de los farolillos orientales era la único que iluminaba parcialmente los rostros de mis, ahora recientes, cinco amigos. Estaban inmóviles, con los ojos cerrados, en una especie de trance. El primero que los abrió fue Niall.
-No tengo palabras- dijo con un hilo de voz. Zayn fue el siguiente y me miro de medio lado para más tarde asentir repetidas veces. Yo sonreía tímidamente.
Louis me miraba curioso.
-¿Donde has estado escondida todo este tiempo?- su tono en la voz me indico que estaba impresionado cosa que me halagó bastante, y solté una suave risa nerviosa.
-Me has hipnotizado- me reconoció Liam. Yo abrí los ojos como platos.
No me esperaba nada de esto, pero esa afirmación me reconforto enormemente.
Cuando dirigí mi mirada hacia Harry el me miraba detenidamente y aunque tuviera los ojos entrecerrados pude notar que le brillaban, como si tuviera una fina capa de agua, no necesitaba que ninguna palabra saliera de sus labios. Le sonreí cálidamente. Le había emocionado y eso significaba muchísimo para mí. Mi sueño, que ahora me parecía menos inalcanzable, era llegar al alma de las personas con mi voz y mi música y esta noche lo había rozado con la punta de los dedos.
No podía parar de sonreír y tampoco sabia que decir para romper el silencio. Pero la atmosfera no se volvió ni mucho menos incomoda, estábamos relajados disfrutando de la compañía los unos de los otros, sumidos en un agradable silencio.
-¿Alguien se atreve ahora a cantar?- soltó Louis a lo que todos reímos.
-Claro que sí, tráeme aquí a mi querida Holly- me pidió Niall, yo se la di encantada.
-Qué rápido le coges cariño a tus guitarras Niall- dijo Zayn sonriendo.
-¿Nunca os habéis fijado que a todas las guitarras a las que ha puesto nombre, eran de chica?- comentó Louis, todos asintieron.
-Es que si le pone nombres de chico seria un tanto extraño- comenté.
-Estoy con Julie, yo me preocuparía- me corroboró Liam. Todos soltaron una carcajada. Menos Niall, que mantenía una expresión firme.
-No frunzas el ceño Niall, luego te saldrán arrugas- le informe para que sonriera. Objetivo que conseguí al instante.
-Típico comentario de chica- me dijo él mientras me guiñaba el ojo, yo inconscientemente le saqué divertida la lengua. Niall empezó a dar golpes secos pero cuidadosos a las cuerdas impregnándolos de fuerza.
Y nada más empezar esa aserie de acordes comenzaron a cantar,sus voces se acoplaban perfectamente y aunque fuera una sesión improvisada salían y entraban con toques de originalidad cada uno por su cuenta sin salirse del ritmo ni del tono.
Yo les miraba emocionada e intentaba fijarme cada vez en una de sus voces para ver como cantaban individualmente. Y me hechizaban por igual con su propio estilo. Seguía el ritmo con la pierna y lo marcaba golpeando mi mano contra el muslo, mientras sonreía y movía la cabeza sintiendo aquella perfecta sincronización. Yo la cantaba en mi cabeza, era un clásico que siempre me había gustado. Recuerdo que la primera vez que escuché ésa canción estaba en una feria que había en Brighton, dónde yo solía ir a veranear todos los veranos.
Tendría siete u ocho años cuando la oí salir por los grandes altavoces y tengo la imagen de preguntarle a mi padre que cuál era esa canción nada más oír la primera frase, la sonrisa que me dedicó en ése momento está grabada en mi memoria cómo si fuera ayer.
Unos de lo pocos recuerdos que tengo de él…
Los chicos acabaron y me obligué a salir de mi ensimismamiento para aplaudirles merecidamente, sonreí ampliamente.
-Desde ahora en adelante me considero fan incondicional- informé. Todos reímos.
Un aire fresco me recorrió la columna vertebral y me abanicó la cara, cerré los ojos por un momento para sentir aquella brisa acariciándome mientras inspiraba y me llenaba los pulmones de aquel aire tan puro. Los chicos habían recostado sus cabezas en la silla y estaban mirando al gran manto azul oscuro que cubría todo el cielo, con muchos y pequeños puntos de luz.
-¿Veis aquellas estrellas que forman una especie de carrito de la compra?- les pregunté mientras señalaba hacia arriba. Los cinco hicieron un sonido de afirmación proveniente de la garganta –Es la osa menor-
-¿Y esa estrella qué es la que más brilla?- cuestionó interesado Zayn.
-Venus- mi voz fue doblemente oída ya que una voz masculina había sonado sobre la mía.
Mi mirada se posó en unos ojos verdes muy característicos, que daban la sensación que hacían un recorrido profundo dentro de mi alma, capaz de rebuscar en mis sentimientos. Me sentí indefensa pero reconfortada a la vez.
-No sabía que tú supieras de constelaciones, Harry- la voz de Liam era tranquila y pausada, estaba absorto en las estrellas del firmamento. Apartó sus penetrantes ojos de los míos, dejándome un sentimiento frío y vacío, para volver a fijarlos perdidos en el cielo.
-Hay muchas cosas de mí que no sabéis- susurró.
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Sin plan previsto (EDITANDO)
Teen FictionSimple. Dos palabras. Ocho letras. Desde mi perspectiva no era tan difícil pronunciar esas palabras, pero dado el acontecimiento que acababa de presenciar, para él era al contrario. Le parecía un mundo el simple hecho de que salieran de su boca, gas...