{Julie}
Me levanté emocionada a darle al botón que haría parar el autobús.
- Venga rubiales esta es nuestra parada – avisé a un Niall con la vista pérdida en la ventana. Éste se levantó impaciente y fue hacia mí con una gran sonrisa forzada plasmada en el rostro. Le cogí la mano y le guie al piso de abajo, los pies de Niall se movían mecánicamente y una vez que pisamos la calle no vacilé en aclarar mis dudas.
- ¿Qué te pasa?- pregunté extrañada frunciendo el ceño.
- Nada- susurró intentando no mirarme a los ojos.
-Ya, seguro- dije irónicamente – Si no me lo quieres contar lo entiendo, pero no me mientas ni te mientas a ti mismo diciendo que no te pasa nada.
Intenté encontrar su mirada y cuando nuestros ojos se cruzaron le sonreí dulcemente pretendiendo transmitirle confianza. Me fijé en sus pupilas e inmediatamente supe lo que ocurría.
- Kathy- fue lo único que salió de mis labios sin necesidad de formular la pregunta ya que sabía que ése tema era el que le estaba rondando por la cabeza. Él sólo asintió, pero rápidamente se removió el pelo, me dedicó una mueca y me agarró firmemente la mano.
- Vamos, que quiero ver a dónde me llevas – me dijo en tono impaciente e intentando deshacerse del recuerdo de ésa cara y sonrisa angelical.
El autobús nos dejó en Brompton Road, muy cerca de Harrods. Yo me sabía el camino de memoria, de tantas veces que mis pies habían pasado por esas calles abarrotadas de gente. Giramos a la izquierda mientras hablábamos animadamente.
- Dame alguna pista del sitio- me suplicó risueño, yo me reí ante sus expresiones.
- Vale, vale – me puse pensativa, dejándole un rato en suspense – No puedo – él me miró abriendo los ojos como platos.
- Pero…- se dispuso a protestar y yo le interrumpí.
- Dije que era un sorpresa y seguirá siendo así- le sonreí segura y enganché mi brazo con el suyo. El resopló rendido. Pocos minutos de silencio pasaron hasta que mi querido amigo volvió a hablar.
-Por cierto, los chicos me lo recordaron esta mañana – empezó diciendo – mañana por la noche un amigo nuestro da una fiesta…
-Ya sé por dónde vas – evité que siguiera hablando, negando con la cabeza – No gracias- sentencié con una sonrisa.
-¿Q-Qué? ¿Por qué?- me preguntó un tanto contrariado.
-Las fiestas no son lo mío- me pasé la mano por el pelo intentando evitar el tema – pero gracias por invitarme – toqué cariñosamente su brazo.
-Esa respuesta no me vale- me dijo frunciendo el ceño.
-Pues es la única que hay- encogí los hombros, reacia a cambiar de opinión. Mis experiencias en las fiestas nunca han sido buenas y no esperaba tener que ir a otra para comprobar si esa mala suerte ya había cesado.
Seguimos andando, ahora giramos a la derecha. Estábamos en la calle y yo estaba emocionada de enseñarle aquel lugar tan especial para mí. Desagraciadamente con tanto ruido no se podía oír lo que mis oídos buscaban de forma desesperada. Agudicé mis sentidos, pendiente de aquella sucesión de notas graves que siempre retumbaban en mi pecho.
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Sin plan previsto (EDITANDO)
Novela JuvenilSimple. Dos palabras. Ocho letras. Desde mi perspectiva no era tan difícil pronunciar esas palabras, pero dado el acontecimiento que acababa de presenciar, para él era al contrario. Le parecía un mundo el simple hecho de que salieran de su boca, gas...