-Venga anda- rompí el silencio con intención de que el momento no se volviera más íntimo de lo que ya era. Él solo cerró los ojos y acarició su nariz contra la mía para más tarde levantarse y dejarme en el suelo. Su figura desapareció por la puerta de los camerinos y no pude evitar suspirar y masajearme el cuello con las dos manos.
-Sí que sabe encandilarte- oí una voz femenina a mi espalda. Me giré confundida pero al instante apareció una amable sonrisa en mi rostro.
-Todavía no lo ha conseguido- mentí parcialmente, ya que ni yo sabía exactamente la verdadera respuesta. Me senté y contemplé mi reflejo en la banda de cristal.
-Pero va por buen camino ¿Me equivoco?- inquirió apoyándose en el respaldo de la silla para más tarde deslizar sus manos por mis hombros y darme un abrazo –A mí no me engañas- me susurró. No pude reprimirme soltar una dulce risa ante su comentario.
-Vete a cambiarte Cat, que eres una tardona- la espeté divertida.
-No soy la única- me dijo abriendo los ojos.
-Ya, yo ahora voy- sentencié agarrando sus manos entrelazadas que se apoyaban en mi pecho para acercarlas a mis labios y depositar un beso.
-No pienses mucho ¡Que es malo!- me advirtió mientras se alejaba a por la vestimenta.
Empecé a echar mano de todos los potingues y maquillajes que estaban esparcidos por la mesa y comencé a prepararme, en un intento de apartar de mi mente aquellos apetecibles labios rosados y esos ojos tan cautivadores que estaban sellados en mi retina.
(Fuera de los camerinos, el ambiente de G.O.D.Y se respiraba en el aire…)
-¡Ves Liam! ¡Esa chica me ha mirado! Ahora sí que estoy segurísimo- el susodicho paseó la mirada por la estancia en busca de ésa mirada furtiva que supuestamente alguna chica le había lanzado a su rubio amigo.
-De lo que yo estoy segurísimo es de que estás desesperado por sacarte a Julie de la cabeza- pegó un corto trago a su cerveza, que anteriormente habían pedido – y ligarte a la primera chica que cruce la mirada contigo no me parece una buena forma de hacerlo.
-No sé de qué me estás hablando- Niall fijó sus cerúleos ojos en los dedos que tenía colocados encima de la mesa y que se movían nerviosos.
-Piensa en la pobre chica. La utilizas sin ningún escrúpulo- comentó el moreno ignorando el comentario anterior.
-Un clavo saca a otro clavo ¿no?- contestó cabizbajo y bajando cada vez más el tono, hasta que la última palabra de la frase fue un simple susurro para sí mismo.
-El fin justifica los medios, a eso te refieres ¿Verdad?- la única respuesta que obtuvo fue un ligero asentimiento de parte de Niall – Siempre me ha parecido cruel ésa teoría.
-Tiene gracia que el que la dijera se llamara Maquiavelo, suena a maligno y es justo con lo que tú lo relacionas- soltó una risita y Liam puso los ojos en blanco, aunque más tarde apareció una sonrisa en su semblante. Definitivamente la cerveza les estaba subiendo a los dos, poco a poco.
-Será un cuelgue pasajero, ya verás- alentó Liam a su abatido amigo.
-¿Filosofando tan pronto?- el grave tono de Harry se incorporó al bullicio de voces que charlaban alegremente a su alrededor. Tomó asiento desinteresadamente y llamó a una camarera. Pronto los tres ya tenían una jarra de cerveza entre sus manos.
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Sin plan previsto (EDITANDO)
Novela JuvenilSimple. Dos palabras. Ocho letras. Desde mi perspectiva no era tan difícil pronunciar esas palabras, pero dado el acontecimiento que acababa de presenciar, para él era al contrario. Le parecía un mundo el simple hecho de que salieran de su boca, gas...