Capitulo 18: Incertidumbre

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No podía apartar la mirada de los ojos de Marcus buscando cualquier atisbo de mentira en ellos. Pero fallé en el intento.  

-¿Por qué te mentiría?- dijo encogiéndose de hombros. ¡Maldita sea! Me estaba haciendo dudar…tenía que haber alguna razón por la que dijera eso, y más aún para culpar a Harry, él no puede estar metido en éste embrollo.  

-Se le acabó el tiempo señorita Johnston- escuché una voz metálica por unos altavoces instalados en aquella habitación tan fría.  

Clavé mis pupilas en las de Marcus intentando que algo dentro de él se removiera y que viera que por dentro echaba chispas por dejarme con aquella duda.  

-Nos volveremos a ver- le susurré decidida.  

-No esperaba menos- me contestó guiñándome un ojo. ¡Será cabrón!  

Inspiré hondo y salí de aquella habitación, encontrándome con el mismo oficial.  

-Acompáñeme - me invitó. Estaba convencida de que no hubiera aceptado un ‘no’ como respuesta, pero de todas formas yo no me iba con cualquiera así como así, ni aunque fuera policía.  

-¿A dónde si me permite preguntar?- él andaba delante de mí y en ningún momento cesó su paso o giró mínimamente su rostro hacia mí.  

-El agente Lawler desea hacerle unas preguntas- yo asentí.  

Me llevó a través de la comisaría, mientras alguno que otro le saludaba levantando la cabeza a nuestro paso. Yo me dedicaba a contar las baldosas que me llevaban a aquel despacho.  

Cuando llegamos me abrió la puerta educadamente y una vez estuve dentro la cerró. El agente Lawler se encontraba sentado con una expresión seria en un asiento de cuero negro detrás de una mesa de caoba.  

-Por favor tome asiento- una vez hube posado mis nalgas en aquella silla tan mullida y cara, comenzó un disfrazado interrogatorio.  

-¿Qué tal está?- mi expresión era calculadamente fría.  

-No me puedo quejar.  

-Pues yo diría que sí- dijo sonriendo de medio lado.  

-¿Qué le hace pensar eso?  

-No sé, sus padres están muertos y su hermana en el hospital. No es muy alentador- intenté que la rabia que guardaba en mi estómago no saliera de forma inconsciente por mi boca. ¿Quién se creía que era?

-¿Pretende intimidarme agente Lawler?- pregunté de forma osada mientras le miraba entornando ligeramente los ojos.  

-Ni mucho menos, le pido perdón- inclinó levemente la cabeza y yo levanté una ceja.  

-Los dos sabemos que no lo siente, así que deje de fingir y dime por qué me tiene aquí.  

-Estoy impresionado, diecisiete años y ése carácter ¿Aunque pronto dieciocho no?  

-Sí- dije cruzando mis piernas y posando mis antebrazos en los reposabrazos de aquella silla. No me acobardaba ante su presencia.  

-Veo que no está muy por la labor de hablar- apoyó los codos en la mesa y entrelazó sus dedos.  

-No se equivoque agente Lawler, estoy muy por la labor de hablar, pero únicamente de cosas que no me hagan perder el tiempo- le dediqué una sonrisa de lo más irónica, pero escondiéndola con algo de inocencia. Noté como sus ojos se abrieron imperceptiblemente.  

-Usted me dijo que conocía al señor Reed- por fin parecía que iba al grano.  

-Así es.  

-Habéis estado un buen rato hablando en la sala.  

Sin plan previsto (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora