El Amante del Cultivador [En Emisión]

24- Incendios en el Corazón de la Montaña (Segunda Parte)

Una vez que Wen Xu hubo pronunciado aquellas palabras, Qingheng-Jun extendió la mano y tomó a Zhèngzhí, y empuñando la espada, acercándola a su costado, habló con calma:

- Receso de la Nube es el hogar de cientos de discípulos y maestros.

Wen Xu, imitando la postura erguida de Qingheng-Jun, también llevando a Huoren a un costado, marcó sus facciones con una mirada de complacencia mientras hablaba:

- Lo sé, lo sé. Y espero que entiendas. – llevó su espada al hombro, mostrándose inocente - No encuentro nada mejor para enseñarles...

Cada vez que pronunciaba una palabra, daba un paso para estar frente al líder de Secta. Habiendo acortando la distancia a tan solo un metro, tuvo que levantar la mirada para poder ver a los ojos de Qingheng-Jun:

- ...a guardar respeto hacia la Secta QishanWen.

Ante tal intromisión y prepotencia, los miembros de la Secta Lan se encontraban disgustados. Sabían que, aunque Wen Xu sea certero al desenvolverse en el arte de las espadas, Qingheng-Jun era superior a él en todos los aspectos. En el momento en que Zhèngzhí comenzara su taque, no se detendría hasta librarse de su enemigo. Wen Xu también lo sabía, y estaba listo para afrontar el desafío:

- En el caso que también te niegues a cumplir con su castigo, Líder de Secta Lan, debo decir que tendré que encargarme de usted de una manera despiadada. Y créame, no es lo que quiero. Perder el apoyo de un cultivador tan importante como Qingheng-Jun, sería un desperdicio. ¿No lo cree?

Lan WangJi escuchaba cada palaba, aun teniendo la mano de su hermano sobre su hombro. Ver la manera insultante en la que el joven se dirigía a su padre estaba poniéndolo nervioso al punto de tensionar los músculos de sus brazos, llamando la atención de Lan XiChen. Sus ojos no se desprendían de aquellos dos, en medio del salón. Lan WangJi estaba poniéndose ansioso. Esta era la primera vez que veía a Zhèngzhí desenfundada en la mano de su padre, e inconscientemente quería que la usara para enseñar a Wen Xu sobre el respeto. Lan XiChen se paró frente a él, observándolo fijamente. Tenían una orden, y su padre estaba allí. Él se encargaría de arreglar la situación.

Lan WangJi asintió e intentó relajar los hombros. A punto de girar sobre sus talones para marcharse, el brillo dorado había resplandecido dentro de todo el salón y de inmediato, sus ojos viajaron en dirección a su padre. "No hay vuelta atrás"

Mientras los hermanos estaban distraídos teniendo un dialogo silencioso, Wen Xu había atacado de manera tramposa a Qingheng-Jun. Se había acercado lo suficiente, luciendo inofensivo con la espada al hombro, para atacar en cuanto tenía oportunidad. Lan WangJi no se sorprendió al observar los movimientos de su padre: con un rápido giro de muñeca, cambio a Zhèngzhí de su posición de descanso para defender, sin que el impacto de la energía proveniente de Huoren lo moviera un solo cabello en él. Mientras, los ojos en Wen Xu estaban inyectándose en sangre lentamente.

Lan WangJi observó a su padre, sintiendo que su corazón era estrujado. La mirada de aquel hombre solo decía una cosa: "Llegó a matar y no se irá sin hacerlo" Y solo entonces, Bichen y Shuoyue salieron de sus vainas junto con tantas otras espadas de ambas sectas. Pero para sorpresa de muchos, Lan QiRen habló fuerte:

- ¡Guarden sus armas!

Wen Xu dejó de empujar contra Zhèngzhí y dejó a su propia arma colgando a su costado:

- ¡Esto no es una guerra! ¿Cómo se atreven a desenfundar sus armas sin una orden directa?

Lan WangJi dudó, pero recibiendo una mirada de sus superiores, enfundó a Bichen nuevamente, apretando los dientes. "¿A qué está jugando?" Wen Xu se alejó nuevamente de Qingheng-Jun, dándole la espalda mientras hablaba: