El Amante del Cultivador [En Emisión]

56 - Viajes (Primera Parte)

Pese a que las noticias de la muerte de Jin GuangShan fueron desalentadoras para gran número de las Sectas, a los pies de las montañas de Gusu, algo más estaba ocurriendo que merecía urgente atención. El Abismo Acuático, que anteriormente había logrado ser inmovilizado en las profundidades del lago Biling, comenzó a agitarse y no faltaba mucho para que lograra romper la matriz de retención que había sido trazada. Los talismanes que habían sido utilizados para alertar los cambios de energía resentida, se incendiaban por sí solos al ser debilitados. Esto solo significaría que la situación por la que pasaron los ciudadanos y navegantes hace seis años atrás, podría repetirse.

Al ver que gran número de cultivadores habían descendido de las montañas, las personas en Ciudad Caiyi comenzaron a sospechar que algo andaba mal, por lo que algunos, envueltos por la curiosidad, se acercaban a la orilla del lago para ver qué estaba ocurriendo. Los rumores se esparcieron de boca en boca y el nervosismo creció ente los ciudadanos, pues si las rutas de viaje volvían a comprometerse, entonces esto no solo afectaría a la ciudad, sino que a los pueblos que dependían del trasporte fluvial y su comunicación. Mientras decenas de los discípulos mejor entrenados viajaban diariamente para retener el flujo de energía resentida, los grandes maestros estaban discutiendo qué métodos tomar desde ahora:

- Si permitimos que esto continúe, no solo el desarrollo de Ciudad Caiyi se verá afectado sino que también habrá irremediables pérdidas humanas. Una vez que se desate ira del Abismo Acuático por haberlo contenido todo este tiempo, no existe manera de que logramos suprimir la energía resentida nuevamente. Hay que ser rápidos esta vez y actuar sin consideraciones.

- No somos ajenos a las consecuencias si dejamos que la situación se prolongue – respondió Lan QiRen – es por eso que estamos aquí. Necesitamos encontrar la manera de evitar una catástrofe.

- No hay más que dos maneras de solucionarlo, y todos conocemos cual afectaría menos a los residentes de Ciudad Caiyi. Es momento de elegir.

- Llevarlo río abajo no es una opción.

Lan WangJi tenía la mirada al frente cuando habló, y su voz se escuchó como si un rayo atravesara la habitación: "Nadie podría responsabilizarse de las vidas que serán tomadas en el camino si dejamos que continúe río abajo" Tomar aquella decisión era ir completamente en contra de sus ideales morales, por lo que debían encontrar otra forma. "Debemos acabarlo aquí" El anciano maestro, Leng Jian cruzó los brazos frente a él y escondió las manos dentro de las mangas, dirigiéndose hacia Lan WangJi con un gesto de resignación, como si se esperara escuchar aquel comentario:

- Entonces, ¿Qué sugiere HanGuang-Jun? ¿Vaciar el lago por años? Es lo mismo que quitarles las tierras a aquellas personas. Tarde o temprano los pueblos alrededor también se marcharán por la seca.

- Entréguenme las Banderas de Atracción Espiritual.

Todos comenzaron a murmurar, y no se esperaba menos pues el pedido del Segundo Maestro Lan no eran más que los instrumentos que había inventado el cultivador demoníaco Wei WuXian. Cualquier relación con aquella persona, sería como manchar su propia enseñanza y usarlas era una idea inaudita. Lan WangJi observó el sombrío rostro de los presentes, dejando su sitio y acercándose al Líder de Secta Lan:

- Al estudiar estos artefactos, descubrí que pueden atraer a cualquier criatura que tenga energía resentida. Lo principal es alejar el Abismo Acuático del centro del Lago Biling. Debilitando y acortando su alcance, podría centrar el ataque de Sonido de la Victoria. ZeWu-Jun, entrégame un número de discípulos que sean expertos en el guqin, y aunque demore, estoy seguro de que podría suprimir y darle fin a esto.

Hubo silencio en la sala y Lan XiChen sonrió. Alejar el Abismo Acuático del sitio donde era poderoso, debilitando al traerlo a zonas menos profundas y atacando allí: la estrategia era indudablemente inteligente. Aunque llevara tiempo y un agotamiento en aquellos discípulos que participen en el ataque, el plan era indiscutiblemente el mejor que habían escuchado. Lan QiRen comenzó a peinar su larga barba mientras afirmaba silenciosamente antes de decir: