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Detesta llenar formularios y eso es visiblemente notable.
Si sabía que su nuevo cargo se trataba de llenar pilas de papeles con sus datos, se hubiera negado al instante. No sabe hace cuántas horas está sacando hojas de una columna para escribirlas y ponerlas en la otra, pero no ve la hora de llegar a su departamento y dormir como si no hubiera un mañana.

Desgraciadamente, siempre hay un mañana.

«Denme un respiro.» piensa, como si alguien tuviera el poder jerárquico de otorgarle aquel deseo al director de la asociación.

Desde que había llegado esa mañana a la oficina no había hecho otra cosa que recibir felicitaciones por parte de sus compañeros de trabajo y llenar odiosos formularios que iba trayendo el secretario del edificio a medida que iba recordando todo lo que le habían dicho que había que modificar.

Ya eran casi las 7pm, y aún le quedaba una buena pila de hojas incompletas. Quizás le quedaba una media hora más de estar allí.

Cuando le había llegado el primer mensaje de Kakyoin, se había sorprendido bastante de su irresponsabilidad, siendo que parecía tan aplicado. Claro que estaba consciente de la diferencia de hora entre su país de residencia y Japón, pero aún así allá eran alrededor de las 2pm; si siempre se despertaba a esa hora iban a tener muchos problemas.

Al haber leído los mensajes unos pares de veces, consideró que quizás no sea tan malo comunicarse vía Whats, era mucho más práctico y rápido. Y tampoco tenía forma de retractarse.

Le pareció que responder con un simple "ok" era lo más adecuado, después de todo no tenía nada más que decir.

un plan...

¿A qué se refería Kakyoin con un plan?

Desde sus adentros, Jotaro tampoco había pensado en profundidad el como podría hacer para "dictar clases" no presenciales; ni cómo hacer de tutor en general.

Con suavidad, se echó hacia atrás de la silla giratoria, con cuidado para que no se le cayera la gorra y cerró sus ojos, colocando su mano en su rostro para evitar más aún el contacto con la luz. Tenía suficientes problemas con los cuales lidiar para que por un capricho de su abuelo tuviera que instruir a un nerd inexperto.

Pero mentiría si dijera que no había podido dejar de pensar en ello y en cuanta curiosidad le causaba aquel joven de cabello cerezo que desde el primer momento en el que tuvo algún roce social, le pareció un absoluto misterio.

Sumido en sus pensamientos, el sonido de su celular vibrando contra la madera del escritorio logró desconcertarlo, de manera que tuvo que enderezarse para poder leer de qué se trataba. Si era otro mensaje de spam iba a tirar el celular por la ventana.

Al ver el nombre en la pestaña de notificaciones se extrañó de que pudiera haber pensado tan rápido en aquel "plan", siendo imposible la posibilidad de dar una devolución más profunda a un ok que fue escrito con el propósito de no ser respondido.

Al no tener un patrón que bloqueé el dispositivo la tarea de revisar los mensajes era mucho más fácil, pero en ese momento hubiera deseado ni siquiera hacer el esfuerzo de mover su mano hacia el escritorio con tal de evitarse tal disgusto.

Aquella foto llevaba plasmado un vivo sentimiento de melancolía, del cual jamás haría admisión; en ella podía ver reflejada su infancia, sus ilusiones infantiles y el cariño de su abuelo que ya no percibía a estas alturas, y mucho menos ahora que había sido tan duro con él.

Tragó saliva fuerte, no por enojo sino por inercia; que haya encontrado algo así solo indicaba que el tal Kakyoin estaba con su abuelo, o por lo menos en su oficina, husmeando a paso libre entre vaya a saber qué tipo de objetos y fotos que pudieran tener una relación visible. Claramente no era razón para molestarse, sino que en su interior se manifestaba la nostalgia como un temor a lo que pudiera llegar a pensar o a decir respecto a su nuevo tutor.

A kilómetros de ti. (JJBA) -JotaKak-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora