Se encontraba fuera de su casa. Tenía los ojos rojos e hinchados, las lágrimas volvieron a salir de sus ojos. Aún no lo veía y ya se encontraba llorando nuevamente por MinGi. Yunho fue desde temprano a la casa del menor para pedirle una explicación por la repentina desaparición y su nuevo romance con YeoSang. Lo único que recibió por parte de él, fue un mensaje de texto semanas atrás diciéndole que lo odiaba y que no quería verlo nunca más en su vida. Por más doloroso que haya sido ese mensaje para él, no fue capaz de borrar la conversación con MinGi y mucho menos las fotos que se habían sacado juntos. Yunho estaba perdidamente enamorado de ese chico con mechas verdes, y lo había estado desde hace mucho tiempo atrás.
Aún recordaba su primera cita con ese chico. MinGi lo llevó en su auto a la carretera. Fue un viaje de por lo menos dos horas y media al salir de Seúl. MinGi estacionó el auto en una zona de bosque, estaban cerca del parque acuático de la ciudad, con la diferencia que se encontraban frente al parque, pero el, en aquel entonces, pelirrojo chico, lo llevó árboles adentro, tirando de su mano. MinGi llevaba meses planeando aquella salida con Yunho para declarársele y decirle lo embobado que aquel chico pelinegro lo tenía.
—Yunho.
Aquella voz le hizo salir de sus pensamientos y de entre sus piernas, alzando la mirada para encontrarse a un MinGi boquiabierto, mirándolo con sorpresa y dolor en la mirada. Yunho lentamente se levantó, dejando caer más lágrimas que antes. A MinGi se le partía el corazón de verlo así. No le importaba lo que Yunho había hecho. Eso no cambiaba sus sentimientos por aquel chico. Le dolía, sí, y la herida ahí estaría, pero lo amaba. El pelinegro caminó hacia el de mechas verdes, el cual retrocedió al darse cuenta de la situación.
—Min... —susurró con un hilo de voz, dejando salir un sollozo.
—Te dije que no quería volverte a ver, Yunho —habló el de pequeños ojos, tragando. Un nudo se había formado en su garganta. Aquella situación le dolía.
—Min, necesito que hablemos. Necesito... —cerró sus ojos con fuerza, permitiendo así que su llanto fuera incontrolable—. ¡Necesito que me digas porqué me mandaste al demonio! —exclamó entre sollozos, encogiéndose nuevamente, cayendo al suelo, haciéndose bola, escondiendo su rosto entre sus brazos.
—Yunho...
Al de mechas verdes le pareció imposible no compadecerse de aquello. MinGi se acercó al cuerpo de Yunho, colocándose a un lado suyo, abrazándolo de manera protectora, consolándolo. Pronto las lágrimas envolvieron al alto de mechas verdes, llorando junto a su ex novio, haciéndolo él en silencio. No es que Yunho se haya aprovechado de la situación, si no que había extrañado demasiado a MinGi. Lo amaba. Tomó el rostro del menor entre sus manos, besando sus labios entre lágrimas, siendo correspondido segundos después de implorarle varias veces por que le correspondiera.
—Vamos adentro —susurró el menor, mirándolo a los ojos, sorbiendo su nariz. El pelinegro asintió, levantándose junto al de pequeños ojos, adentrándose ambos en su casa.
***
—Deberíamos decirle.
SeongHwa miraba atentamente el suelo de aquella casa. Ya habían estado hablando lo últimos tres días. Igual le seguía costando asimilar lo que estaba haciendo, pero no se iba a poner a hacer corajes cuando en lo que estaba involucrado era para sacar a WooYoung del lado de San. Si había sido capaz de mandar a matar a HongJoong, de amenazarlo a él y de hacer a YeoSang lastimar a sus propios amigos, ese loco lo que terminaría haciendo sería lanzar a WooYoung por el precipicio junto a él.
—Espera unos días más —miró al rubio, mordiendo la uña de su dedo pulgar—. Ahora no es momento. Debemos hacerlo darse cuenta de que está cometiendo una tontería.
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¿Quién es San? [WooSan/SanWoo] (EN EDICIÓN)
Fanfiction¿Nunca te ha pasado que estás enamorado de una persona que es idéntica a alguien pero al mismo tiempo diferente? ¿No? Bueno, seré más específico... ¿Nunca han estado enamorados de alguien que tiene un gemelo? Son idénticos en físico, pero diferentes...