—¿Entonces?
—¿Entonces qué?
—No lo sé —suspira—. No he vuelto a saber de el desde ese día.
—MinGi ya ha pasado más de un mes, y tu sigues pensando en ese idiota —respondió San—. ¿No crees que es tiempo de hacer borrón y cuenta nueva?
—San... No es fácil. Con Yunho me costó mucho tiempo igual.
—Pero, hermano, por favor, sólo es un estúpido chico.
—No le digas así. YeoSang no es ningún estúpido... —frunció el ceño, mirando a su mejor amigo—. El estúpido soy yo —suspira, relajando sus facciones.
—¿Te vas a seguir echando la culpa de eso? Por favor, MinGi, mereces más que eso —bufa, bebiendo de su cerveza en el piso alfombrado de la casa de su amigo.
—Jamás vas a entender lo que siento. No te has enamorado en años, Choi San —lo miró sin expresión alguna en el rostro.
—MinGi, cállate. Ese tema es pasado.
—Entonces no me hagas echarle sal a la herida, recordándote cosas que no te gusta te recuerde.
San apretó su mandíbula, apunto de abrir la boca para decir algo más cuando el timbre de la puerta sonó.
—Iré a ver quien es —habló el más alto, levantándose del sofá, yendo hacia la puerta, abriendo ésta y quedándose mudo al instante.
—Hola MinGi —susurró con una leve sonrisa, con apenas la comisura de sus labios hacia arriba.
—YeoSang, ¿qué haces aquí? —murmuró sintiendo su corazón acelerarse en una mezcla de dolor y emoción de tenerlo nuevamente cerca.
—Uhm... Quería hablar contigo...
Poco a poco la voz del peli rosa comenzó a desvanecerse para los oídos de MinGi al ver a un pelinegro caminar frente a su casa a pasos lentos. Jamás podría olvidar ese peinado y mucho menos la forma de caminar de él. El más bajito vio como el castaño no le prestaba atención y su vista no estaba enfocada en el como lo estaba hace unos segundos. Siguió la dirección de sus ojos viendo como observaba a un chico mucho más alto que los dos caminar hacia ellos.
—Hola Min... —susurró Yunho al estar frente a el, mirando después a YeoSang por unos segundos, fijando su vista nuevamente en el chico frente a él—. ¿Estás ocupado?
—S-
—No, para nada —cortó el de ojos pequeños al peli rosa antes de que terminara la respuesta, recibiendo una mirada de incredulidad de su parte.
—¿Puedo pasar? —sonrió levemente, mirándolo fijamente.
—Claro —las comisuras de sus labios comenzaron a elevarse poco a poco, haciéndose a un lado para que el mayor pasara—. YeoSang, podemos hablar después. Ahora tengo visita. Te veo luego y hablamos cuando quieras —habló MinGi mirando a YeoSang, quien simplemente asintió con una cara de tristeza y dolor al ser tratado de esa forma por el chico que amaba tanto, dando media vuelta, yéndose por donde había llegado—. Siéntete como en casa —murmuró el castaño, cerrando la puerta después de que Yunho entrara.
—Uhm, gracias Min —susurró mirando la casa, recordando viejos tiempos cuando estaba junto al menor, dirigiendo su vista hasta la sala, donde se encontró como un San rubio bebiendo una cerveza mientras revisaba su celular.
—Minky Pinky MinGi, ¿quién era? —cuestiona con un tono de voz elevado sin despegar la mirada de su teléfono.
MinGi apareció detrás de Yunho, haciendo que este se pusiera nervioso, pues podía sentir la respiración del menor muy cerca suyo.
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¿Quién es San? [WooSan/SanWoo] (EN EDICIÓN)
Fanfic¿Nunca te ha pasado que estás enamorado de una persona que es idéntica a alguien pero al mismo tiempo diferente? ¿No? Bueno, seré más específico... ¿Nunca han estado enamorados de alguien que tiene un gemelo? Son idénticos en físico, pero diferentes...