CAPÍTULO 30

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En una habitación, mediante grande con largas cortinas cubriendo los primeros rayos de luz, dos jóvenes regulan su respiración después de una gran sesión de sexo.

— Zong ¿me vas a extrañar?

— Hum…

El pelinegro se remueve entre las sábanas para poder sentarse.

— ¿Cómo qué Hum? Eso no es una respuesta, Zong

—Si te voy extrañar… ¡Contento!

Zong ve como su pequeño amante cruza los brazos un poco molesto.

—¡Aish! No te enojes, sabes que si me harás falta — besa el hombro descubierto del molesto joven — si no estas aquí, no te podré besar — sube sus labios por la clavícula del pelinegro llegando al cuello — ni acariciar — su mano va de arriba abajo por la espalda del otro joven — además tú me das el mejor sexo, Arthit.

Arthit se aleja de las traviesas manos de Zong, con disgusto.

—¿Solo me quieres por sexo? ¿Enserio?

— No empieces — Zong gira los ojos con fastidio

— ¿Qué no empiece? Zong nos conocemos de toda la vida y llevamos casi tres años en esta maldita relación y me dice que solo me quieres porque te doy un buen sexo, debes estar bromeando.

— Arthit no te comportes como esos omegas idiotas que solo piensan en amor y estupideces sin sentido. Tú no eres igual que ellos.

Arthit un poco herido por esas palabras, se levanta de la cama.

—Voy a ducharme, mi abuelo quiere verme.

—Bueno y cuando salgas cierras la puerta con seguro —dice Zong acomodándose nuevamente en la cama.

En la ducha, mientras el agua cae sobre su cuerpo; Arthit piensa en la palabras de Zong « omegas idiotas que solo piensan en amor»

—No soy un idiota —murmura Arthit.

En el fondo él solo quiere ser apreciado por Zong. Por la persona que fue su mejor amigo, que es su primer hombre, al que le dio todo, fue tonto al pensar que esos sentimientos eran correspondidos.

Aunque Zong, no era el hombre perfecto siempre estaba para él. Y eso es amor ¿cierto?

Mojando una vez más su rostro, sale del agua, cubriendo su cuerpo con una toalla.
Al mirarse al espejo, su mirada viaja hasta su cuello.

—¿Qué tan malo es querer tener una marca de amor? —Pasa su mano por el lugar donde debería estar la mordida de Zong o alguna letra dorada.

Agita de un lado a otro su cabeza para eliminar esos pensamientos innecesarios. Ahora debe estar cien por ciento concentrado en su nueva misión.

Ya completamente vestido, gira su cabeza para observar por última vez la gran espalda de Zong que duerme plácidamente.
Una leve sonrisa aparece en su rostro antes de salir de aquella habitación.

🍁

Arthit camina por la gran mansión hasta llegar a la oficina de su querido abuelo.
El hombre de tez blanca y cabellos negros con algunos mechones grises, una mirada profunda, una postura firme, una sonrisa ladina y una precia temeraria hace de Tom Richardson, una figura de respeto y gran poderío.

—Abu… — saluda cariñoso Arthit al alfa.

—Pensé que el incompetente de Zong no te dejaría venir.

—No es incompetente abuelo.

— Como digas… —el anciano gira los ojos

—Es verdad, Zong consigo toda la información del chiquillo.

— Ya era hora que haga algo provecho  y no solo estar pegado entre tus piernas.

—Abuelo… —Arthit se sonroja levemente.

—Como sea, ¿estás listo?

—Si

—Muy bien, Arthit — suspira Tom poniéndose de pie, caminando hacia su nieto. Al estar lo suficientemente cerca, coloca su mano sobre el hombro de Arthit — Esto no puede fallar Arthit.

— Te doy mi palabra abuelo.

Tom sonríe al por fin tener venganza por la muerte de su sus hijos.
Aún recuerda ese fatídico día como si fuera ayer.

~ Ese día ~

Al aparecer el gran lobo negro y ser rodeados por los Daichi, la manada Mersh estaba más que acorralada.
Tom podía apreciar todo desde muy cerca al ser la mano derecha de Andrew.

En aquella oscuridad, solo quedaban pocos lobos de la manada Mersh ya que la mayoría había huido o al menos intentaron hacerlo.

El primer general se quedó paralizádo ante la cercanía de ese gran lobo negro de brillantes ojos rojos.

Tom, no tuvo tiempo ni de dar un paso hacia atrás antes de ver como aquel lobo negro saltó sobre el cuerpo de Andrew, tiñendo la nieve con su sangre.

El lobo negro lo miró con sus penetrantes ojos rojos antes de desaparecer juntos con los otros lobos blancos.
Cuando la claridad volvió, Tom pudo ver que era el único que estaba de pie todavía en aquel lugar.

El cuerpo de Andrew había desaparecido, solo quedaba la mancha de sangre como evidencia de que todo lo que pasó fue real.
El general Tom, aún un poco aturdido corrió de nuevo a su manada con la esperanza de que haya más sobrevivientes. En el camino se llevó una gran sorpresa, al encontrarse con el cadáver de su hijo Art y su yerno Leo.

En ese mismo instante juró vengarse de Prawat, tarde o temprano.
~
Tom al ser uno de los sobrevivientes de esa gran pelea y además siendo la mano derecha del ex alfa. Fue nombrado el nuevo alfa.

~

Algunos años después

—¿Cómo le va a Arthit en el entrenamiento?

—Muy bien señor

—No me sorprende al fin y al cabo es un gamma de primera clase. Lo único bueno que me dejó la familia Rojnapat.

— Su nieto es un gran guerrero.

—Claro que sí Zong. Lo es.

Arthit va ser el que me ayude a vengarme de Prawat — pensó el alfa Tom.

🍁🍁

Tiempo actual.

—Creo que esto será más fácil de lo que pensé —una pequeña sonrisa aparece en sus labios.

Arthit por fin podrá vengar la muerte de sus padres, por culpa de la manada Prawat no tuvo un infancia normal.
Siempre estuvo solo, su abuelo casi siempre estaba de viaje o muy ocupado en cosas de la manada que casi ni le ponía atención, aún así lo quiere mucho y haría cualquier cosa por él.

Ahora, Arthit podría desquitar todos esos años de soledad y rencor acabando con el tonto e inocente Kongphob Prachaya; el hijo menor de los asesinos de su familia.

— ¡Aquí está el desayuno! — grita emocionado el joven alfa.

—Gracias Kong — sonríe inocentemente.

—Buen provecho Sam — Kong le regala un sincera sonrisa.

—En realidad sería P', yo soy mayor para ti.

—Oh, no lo había notado te vez muy joven P'Sam.

Arthit solo asiente llevándose un pedazo de pan a la boca. Prefiere no hablar mucho con aquel chico de ojos avellana.


🌸

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