Trece

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Lisa estaba bastante nerviosa, era el día de la audiencia, miró de reojo a su demandante, Soojin estaba con una pierna encima de la otra, sin ninguna preocupación.

- Buenos días - dijo el juez que llevaría el caso.

- Buenos días - respondieron todos los presentes.

El juez miró a las personas que tenía frente de él. En la audiencia, que duró una hora y media, se habló de que quería Soojin con respecto a los abusos que hizo Lisa con ella, Lisa estaba muy nerviosa, en toda lo audiencia no dijo nada, hasta que el juez la miró y le preguntó.

- ¿Usted qué opina señorita? - le preguntó el juez a Lisa.

Lisa por inercia vio a su abogado, este le dió el permiso de que hablará.

- Creó que si hablo la señorita Soojin dirá que es mentira, aunque estoy en contra de esto - respondió Lisa.

Soojin bufó.

- Ella me hizo daño, yo quiero que pague por eso - dijo Soojin.

- Está bien - el juez miró las hojas que tenía sobre su mesa - Señorita Soojin, ¿tiene pruebas sobre sus acusaciones?.

- Las tiene - respondió su abogada, le entrego un folder amarillo.

El juez las miró, eran fotos de las lecciones de Soojin.

- Son moretones - susurró el juez.

- ¿Sucede algo? - preguntó la abogada de Soojin.

- No nada - miró a la parte demandada - ¿Ustedes tienen algo?.

- La realidad es que no - dijo el abogado.

- Esto será difícil señorita Lalisa, por las pruebas presentadas por parte de la señorita Soojin, tendrá que pagar los gastos médicos y...

- Mi clienta tambien necesita ir al psicólogo, ya que tiene traumas y que la señorita Lalisa no se acerque a mi cliente.

- Está bien, tendrán también que pagar las consultas del psicólogo y no puede acercarse a la señorita no más de 30 m esto durante el periodo de recuperación, es mi veredicto - golpeó su martillo contra la mesa - eso es todo pueden retirarse.

El juez salió de la sala, Lisa estaba sentada analizando lo que había pasado.

- Señorita Lalisa, ¿está bien? - preguntó su abogado.

- Si, quiero pensar.

- Oh, está bien, lo siento.

- No te preocupes, muchas gracias - le sonrió.

El chico le sonrió.

- Me retiró.

Lisa asintió.

[•°•°•]

Rosé estaba afuera esperando a Lisa, había pasado como una hora y media desde que ella había entrado en aquel lugar, sólo pensaba que a Lisa le salieran bien las cosas. Cuando vio que su abogado salió, se puso de pie y le preguntó por Lisa.

- Ella está adentro, dijo que quería pensar - le respondió el chico.

- ¡Oh!, está bien.

- Me retiró.

Rosé asintió.

La chica fue por un vaso de agua para Lisa, cuando llegó al suministro de agua, logró escuchar a una voz de una chica que habla de Lisa.

- Vamos no creo que nadie lo descubra - dijo Soojin.

- Aún no hay que tener la victoria segura - respondió su abogada.

- El juez no se dió cuenta, y dió a mi favor, tu viste la tonta de Lisa ni tan siquiera se defendió, es tan estúpida que hizo que ganará muy fácil - sonrió la chica.

Rosé asombrada al oír eso, esa chica había planeado todo desde el principio, claro que ella no se quería así, odiaba las injusticias. La chica fue a la sala en donde fue la audiencia de Lisa. Iba a entrar pero Lisa ya estaba saliendo del lugar.

- ¿Rosé? - preguntó Lisa algo confundida.

- Hola - le sonrió - ten - le extendió el vaso.

- Gracias - lo tomo y dió un sorbo.

- ¿Quieres hablar?.

- Si, pero aquí no.

- Está bien.

Las dos fueron a un cafetería cerca de ahí, Lisa estaba desanimada por todo lo sucedido.

- ¿Qué sucedió? - le preguntó Rosé.

- Ella ganó, más bien la dejé ganar - suspiró.

- La gran actriz Lalisa se dejó vencer tan fácil.

- ¡Oye!, esto ya era un caso perdido para mí - dió un sorbo a su café.

- ¿Por qué lo dices? - le preguntó - la Lisa que me mostraste cuando te conocí era una chica que no se dejaba de nadie y ahora una chica cualquiera vino a tirarte tan fácil.

Lisa se quedó en silencio.

- Por favor reflexiona en lo que hiciste.

- Ya lo hice, sigo pensando que hice lo correcto, por cierto, quería pedirte un favor.

- ¿Dime?.

- Podrías darme trabajo en tu empresa.

- ¿Qué?.

- Necesito pagar todos los gastos de Soojin, pero ya no tengo dinero - hizo un puchero.

- ¿Ya ganaste tus ahorros?.

Lisa asintió.

- Los gasté en el bebé.

Rosé iba a reclamarle pero al oír eso, todo se rompió dentro de ella, era su culpa pues la había obligado a hacer ese acto.

- Lo siento - frunció el ceño.

- No te disculpes, ese bebé también es mi responsabilidad.

- Pero...

- Solo respóndeme si me darás trabajo.

- Si lo haré.

- Gracias.

Rosé solo sonrió.

Las dos chicas llegaron a la empresa, Lisa esperaba con ansias que era lo que iba a realizar dentro de la empresa.

- Y bueno, ¿qué haré? - le preguntó Lisa.

- No lo sé - soltó Rosé - por el mundo ocúpate de Bibu, en lo que busco un trabajo para ti.

- Está bien, iré a buscarlo.


(•••••)

Así fue como durante todo el día Rosé pensó en que trabajo darle a Lisa. Estaba en su casa jugando nuevamente con Bibu.

- ¿Y tú qué dices? - le preguntó Rosé al pequeño.

Esté solo le sonrió.

- Aún no sabes hablar, lástima, eres mi única compañía aquí - suspiró.

El bebé comenzó a hacer pequeños ruidos, Rosé no entendía que era lo que le quería decir, hasta que se dió cuenta de donde se encontraba mirando el bebé. La chica se acercó y tomo el primer libro que estaba en el estante, era una agenda.

- ¿Qué? - le preguntó Rosé al bebé, hasta que su cerebro logró comprender lo que le quería decir.















Complejo De Madres | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora